Fue un momento muy especial. Esperado. Exactamente ocurrió el 8 de abril de 1987. Un hecho tan trascendental sumó también un granito de arena a nuestra rivalidad con Salta. Es que el protagonista principal de aquel día también estuvo en la provincia vecina. Emoción, alegría, fe y tantas vivencias se desparramaron a lo largo de los siete kilómetros que recorrieron los tucumanos para llegar al aeropuerto Benjamín Matienzo aquel día. Al final de la ruta los esperaba nada más y nada menos que el Papa. Juan Pablo II visitó Tucumán en aquella oportunidad, y estuvo en el altar especialmente montado en la puerta de la aeroestación, frente a lo que es hoy el estacionamiento.

Recuerdos fotográficos: la cara joven de la capilla