Por día son miles los vehículos de todo porte que atraviesan los 11 kilómetros más congestionados de la avenida de Circunvalación. Sólo en ese tramo -que los transeúntes recorren regularmente- hay 45 cruces ilegales de vehículos relevados por LA GACETA; desde Los Aguirre hasta la intersección con avenida Juan Domingo Perón reina la anomia. No es una reflexión, sino una realidad: cada segundo, motos, autos, camiones y hasta camionetas de la Policía y ambulancias utilizan caminos no autorizados. En tanto, los peatones se las ingenian para hacer su vida junto al peligro latente. Y parecería que las cosas no van a mejorar.

La situación no es nueva, pero se agrava cada año. De eso dan cuenta artículos publicados en el diario en 2021 y en 2022. “Estos accidentes lamentablemente son normales en la autopista. Hay poco alumbrado público y muchos cruces ‘de barrio a barrio’, como se les dice. Vienen a ser arterias de tierra por las cuales se meten las motocicletas, mayormente. Además falta hacer un control vehicular más específico en esta zona”, explicó a LA GACETA el oficial Juan Filman hace unos días, cuando un colectivo de la línea Exprebus arrolló a un motociclista. Esa postal, en realidad, es moneda corriente en la ruta.

“Hay robos, choques, todo pasa aquí. Hace un tiempo hasta se incendiaron dos autos acá enfrente; la semana pasada hubo un choque, y mientras el hombre estaba tirado en el pavimento le robaron el dinero que traía”, resumió Gladys Acevedo, que hace tres décadas vive en el barrio Las Piedritas. “Antes las cosas eran diferentes. No había tantos autos, cuando abrieron la autopista se volvió un desastre. Tenemos que esperar muchísimo para cruzar; ya lo hemos pedido e incluso hicimos un corte, pero nada... De noche, chocan muchos y no hay nada de luz. Así vivimos”, añadió.

Planificación fallida

“Una vez aquí volcó un camión de limones. Cruzan como si nada. Normalmente en nuestro barrio los almacenes no tienen nada, entonces sí o sí tenés que cruzar. Y hay que esperar un buen tiempo para hacerlo; y encima tenés que tener ojos en todos lados. La semana pasada hubo un choque porque una moto venía bien y se le cruzó una camioneta. Si no fuese por la mochila que tenía el chico, se hubiese roto toda la espalda. Es re común ver accidentes”, advirtió Melanie Jerez, mientras esperaba para volver a su casa.

La avenida desempeña un papel fundamental en la conexión vial que une el Gran Tucumán, Las Talitas y Tafí Viejo. Es innegable que las comunidades cercanas han experimentado un crecimiento significativo. El flujo de tráfico y de actividad que se presencia en la actualidad contrasta notablemente con el que existía hace tres décadas. La mayor razón -explicó hace un tiempo a LA GACETA Jorge Guillermo Correa, jefe del Tercer Distrito Tucumán de la Dirección Nacional de Vialidad- es que “cuando se planificó la obra no existía el desarrollo urbano en la zona como lo hay hoy. Lo que se hizo, se pensó para la planificación de la época... Hay muchos barrios que surgieron después”.

Las responsabilidades son compartidas, aseguró en aquella oportunidad Correa. “Todo lo que es ejecución de obras depende de nosotros siempre y cuando tenga que ver con caminaría -dijo-; y otras obras como, por ejemplo, iluminación, las pueden hacer los municipios después de tramitar la solicitud correspondiente”. El año pasado, para esta misma fecha, Correa anunció que había un proyecto para un paso peatonal frente al barrio Las Piedritas, pero todavía no se hizo realidad; el proyecto ya está listo, pronto será aprobado e iniciarán las licitaciones -confirmó ayer-. En esa misma zona, hace un año Claudia Liliana Díaz contó a LA GACETA que perdió a su padre y a su hermano en esa vía; ambos intentaron atravesar de noche la ruta y fueron víctimas de accidentes.

Responsabilidades

Cada autoridad municipal asegura hacer lo necesario para reponer el alumbrado y la cartelería robados. En junio de 2022, por ejemplo, la Gobernación de la provincia impulsó una obra de iluminación en la zona que une Banda del Río Salí con Alderetes. En aquella ocasión, el intendente bandeño, Darío Monteros, remarcó que además de los 3.000 metros de alumbrado, habría personal policial las 24 horas.

A pesar de las obras de los municipios -que advierten, no tienen obligación sobre la avenida, porque es de jurisdicción nacional- la situación no mejora. En el lugar del accidente de la semana pasada, los oficiales Filman y Ricardo Ponce analizaron, en diálogo con LG Play, que el tramo de los accidentes (sobre Las Piedritas) es peligroso por diversas razones: la oscuridad, los cruces clandestinos y la falta de señales (muchas veces robadas) como principales factores en un carril de vía rápida que atraviesa una zona barrial. Pero la situación es la misma en toda la arteria: alta velocidad en sitios sumamente poblados, iluminación vandalizada, cruces de personas, animales, carros de tracción a sangre, asaltos y presencia insuficiente de autoridades de control.

“Es una obra que se inició en 2011 y estuvo paralizada hasta 2016, que la retomamos y concluimos. Es lamentable que después de las obras no haya mantenimiento”, afirmó a este medio, en 2021 el legislador radical José Ricardo Ascárate, miembro de la comisión de Transporte y Obras Públicas de la Legislatura. “Una obra vial requiere ser ejecutada pero también cuidada -aseguró-; el mayor problema es la falta de mantenimiento por parte de la DNV en cuanto a iluminación, bacheo, calzadas y puentes. Es un problema de desidia, la peor compañera de un funcionario, que decide que las obras tienen que quedar libradas a su suerte”.