El 7 de septiembre de 1996, la vida de Fabricio Cagnin cambiaría para siempre. El accidente automovilístico en el que fallecieron la cantante Gilda, su madre; Mariel, su hermana y Tita, su abuela, marcaría un antes y un después en su vida.

Hoy se cumplen 27 años de la muerte de Gilda, la cantante tropical que más corazones conquistó y que se volvió un ícono popular que trascendió generaciones enteras. Casi tres décadas más tarde, su hijo menor, Fabricio eligió el nombre artístico Chio y enfrenta la vida con más luz de la que podía ver de niño.

Así está hoy Chio, el hijo de Gilda

A sus 35 años, Chio está felizmente casado con Brenda Troccoli, una especialista en desarrollo infantil. Juntos, son padres de dos pequeñas niñas: Delfina y Lucía. Además Fabricio, siguió los pasos de su madre y dejó brillar su faceta artística que durante años mantuvo escondida.

Chio y Brenda con sus hijas. Foto: Instagram

"Mi infancia la viví en dos partes, por un lado llena de luz cuando tenía una familia hermosa de a cuatro, convencional, llena de amor con recuerdos de risas en reuniones familiares en una casa llena de luz y movimiento", cuenta Chio sobre su niñez, para más tarde distinguirla de otra etapa, "una infancia en donde la vida te demuestra que tiene otra cara, más real, de la que cuesta salir".

En su día a día, las mujeres que perdió a sus ocho años, están presentes y las recuerda y homenajea cada vez que puede. Pero también apoya a los que, como él, sufrieron pérdidas tan grandes. Para diciembre, durante las fiestas, comparte mensajes de empatía: "Si perdiste a alguien hace poco y esta fecha es un clavo, no te exijas nada", escribió la Navidad pasada en su cuenta de Instagram.

Fabricio junto a su madre Gilda y su hermana Mariel

El recuerdo de Gilda de su hijo

Para el pequeño Fabricio, la cantante que movía multitudes era primero su madre y la describe como una mujer graciosa y ocurrente. "Era una mujer sencilla, que en casa estaba en calzas y pulóver. Me dio mucho amor y me hacía reír mucho. Éramos muy compañeros, además de ser mamá era muy compinche con nosotros. Había mucha risa en casa", recuerda.

Chio y Mariel de niños. Foto: Instagram

De Mariel, que le llevaba dos años, recuerda sus miradas y sus abrazos. "Era mayor que yo entonces era muy compañera para mi, me ayudaba a hacer la tarea del colegio, era muy inteligente", cuenta nostálgico.

Su cercanía a la muerte y la herencia que carga llevaron al hijo de Gilda a lanzar su propio álbum para dejárselo a sus hijas. Se trata de "Chio. Estamos vivos", un disco con cinco canciones que él mismo compuso y grabó en colaboración con otros artistas.