La devaluación brusca del 22% en el tipo de cambio oficial rompió el termómetro de los precios. El dato de julio quedó sólo para las estadísticas. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación del 6,3% durante el mes pasado y un 113,4% interanual, de acuerdo con el informe difundido por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). En el acumulado de los primeros siete meses, el dato ha sido del 60,2%. En el caso de Tucumán, la inflación de julio fue más alta que la nacional y trepó al 7,1%, con un acumulado del 61,3% en el año y una variación del 112,9% respecto de julio del año pasado, según la Dirección de Estadística de la Provincia.

La devaluación del tipo de cambio oficial sorprendió también a los analistas y consultores que habitualmente participan del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), difundido por el Banco Central. La entidad monetaria, que había decidido postergar la información hasta después de las PASO, llegó a la conclusión de que había consenso para que el IPC de este mes se moviera en torno del 7,9%. Las decisiones del Banco Central cambiaron los planes. Las consultoras privadas creen ahora que la inflación puede promediar los dos dígitos (consenso para ubicarla en 12% mensual), con un piso superior al 9% y un techo de hasta un 15%.

Así por ejemplo, LCG calculó que podría ubicarse entre el 12% y 15%, mientras que Econometría la ubica en el 11%, un porcentaje compartido por la consultora de Orlando Ferreres y Eco Go. A su vez, Equilibra, señala que el IPC podría marcar entre un 11% y un 12%.

“Para agosto esperamos una fuerte aceleración. La suba de impuestos al dólar a fines de julio implicó una aceleración en los primeros días del mes que se vio reflejada principalmente en alimentos y bebidas no alcohólicas”, expresó el economista de la Fundación Libertad y Progreso, Lautaro Moschet. “Posteriormente, con la devaluación de 22% al tipo de cambio oficial mayorista, comenzó una nueva dinámica en la evolución de los precios marcando un nuevo impulso. Como si fuera poco, el aumento de regulados también presionará a la inflación de agosto. Con esto, esperamos que el próximo dato se ubique en torno al 9,3%”, puntualizó el analista.

“En un país de alta inflación, la devaluación del 22% que tuvimos ayer se traslada rápidamente a los precios. Con esto, se estima que en agosto la inflación va estar entre el 10% y el 14%. Ayer y hoy hay remarcaciones tres o cuatro veces en el mismo día sobre algunos productos, como sucedía en 1989 con la hiperinflación”, aseguró Daniel Adler, especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo, consultado por Ámbito.com.

La medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD) dio para julio un 7,3% de inflación. Y estas entidades puntualizaron que los impactos inflacionarios derivados de la suba del costo de las importaciones (suba del impuesto PAIS del 7,5% a numerosos bienes importados) tendrán mayor impacto en la medición de agosto, ya que se comenzaron a implementar en los últimos días de julio. Lo mismo vale para los efectos inflacionarios derivados de la implementación de una nueva versión del “dólar agro”, que esta vez incluye un mayor tipo de cambio para el maíz, que es un insumo clave en la producción de carnes, cuyo precio mayorista registró fuertes subas en los primeros días de agosto. La situación se agravó en estos días con la depreciación brusca de la moneda nacional. Las presiones inflacionarias continuarán en la medida que los productores reclamen una actualización de los valores de los alimentos. A ello se suma el aumento del combustible y las tensiones con las empresas vinculadas a los servicios públicos privatizados. Con este escenario, se esperan varios mes con alta inflación.

¿Cómo protejo mi dinero en esta turbulencia?

- ¿Mantengo el plazo fijo o busco dólares?

Los analistas consultados por LA GACETA advierten que el dólar siempre será un bien caro para los argentinos, más aún en tiempos de devaluación. Sin embargo, observan que es el principal refugio en tiempos de crisis. “Lo malo es que está caro y cuando pasa eso, la gente no compra”, dijo un operador bursátil. En cambio, si bien no le gana a la inflación, el plazo fijo contribuye a que el ahorro no pierda demasiado. El Banco Central subió la tasa del 97% al 118% para evitar que los ahorristas se vayan a la divisa estadounidense. Si un individuo deposita en el banco a plazo fijo por 30 días recibirá $ 9.700 en ese período (tasa mensual del 9,7%, un poco más que el Índice de Precios al Consumidor). Para igualar el rendimiento del plazo fijo tradicional en los próximos 30 días el “blue” debería estar en $ 800 y el MEP en $ 724.

- ¿Conviene el tradicional o el ajustado por UVA?

Para responder este interrogante el mercado toma en cuenta tres variables: inflación, evolución del dólar y tasa de interés. Respecto de esta última, el rendimiento a 30 días es de 9,7%, y la tasa efectiva anual llega al 208,4%. Eso pasa con el tradicional. Respecto del ajustado por UVA, los analistas advierten que, si bien la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA), que replica el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER), sigue a la inflación, lo hace con un rezago. Los operadores también toman en cuenta que no es conveniente mantenerse en peso, pero son pocas las herramientas que cuenta un pequeño ahorrista para proteger su dinero.

- Para stockearme de mercadería uso la tarjeta de crédito, ¿es una buena estrategia?

La tarjeta de crédito contribuyen a mejorar la situación presente, pero suelen ser un dolor de cabeza en el futuro, dependiente del período del financiamiento elegido y de la variación de las tasas por parte de las entidades emisoras. Con la devaluación de principios de semana, para el dinero “plástico” se fijó una tasa del 107% anual, lo que implica una suba de 19 puntos porcentuales respecto del nivel previo, que era del 86%. Los especialistas sugieren que, en caso de no poder pagar el total de la tarjeta, lo más conveniente será recurrir a pagos que superen aunque sea levemente el mínimo, pues ello permitirá disminuir la carga de los intereses e ir bajando la deuda progresivamente.