Los votos necesarios para ser concejal: el piso de FR y la incógnita de la banca 18

Los votos necesarios para ser concejal: el piso de FR y la incógnita de la banca 18

Los candidatos capitalinos deberían reunir un mínimo de unos 8.500 votos para ser electo concejal, según estimaciones de la dirigencia. En el padrón de la Capital suman 459.207 los votantes habilitados.

CONCEJO DELIBERANTE DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN CONCEJO DELIBERANTE DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN

A dos semanas de la nueva fecha fijada para los comicios, los candidatos a cargos legislativos hacen y deshacen números para estimar si llegarán o no a alcanzar una banca. En el caso de San Miguel de Tucumán, son más de 1.000 postulantes anotados para competir por las 18 que se renovarán en el Concejo Deliberante.

Los distintos armados manejan sus propias previsiones. En programas, aplicaciones o planillas, los dirigentes más experimentados hacen los cálculos mediante el método D’Hondt. El sistema de cálculos, de coeficientes y promedios, se emplea para la distribución de escaños de manera proporcional a los votantes de cada lista tanto de la Legislatura provincial como de los órganos municipales.

Con base en los últimos parámetros disponibles -las provinciales de 2019- un postulante requirió sumar el mínimo de 8.156 adhesiones para lograr entrar en el Concejo. Ese fue el piso y en ese momento se trató del 2,26% de los votos. La lista que mejor desempeño tuvo en la categoría fue Fuerza Republicana, que cosechó 38.162 sufragios (el 10,57%). Ese techo fue clave, porque es la base sobre la que se reparten el resto de las bancas. La cifra le permitió sentar a cuatro ediles. 

Hace cuatro años, para esa categoría se registraron 360.894 votos, que comprendieron el 81% de los ciudadanos del padrón (el total era de alrededor de 445.000 vecinos). En el listado definitivo de la Junta Electoral Provincial (JEP) para el proceso próximo, el padrón capitalino habilita a 459.207 personas que estarán en condiciones de concurrir a las urnas. La variación, explicaron responsables de distintos partidos, no es sustancial y, por lo tanto, los mínimos y máximos para clasificar esta vez no variarían significativamente. Tanto en el oficialismo como en la oposición coincidieron que para entrar al Concejo se requerirán, entonces, entre 8.500 y 9.000 votos.

La composición actual

Las bancas están organizadas de la siguiente manera. La primera minoría (para que algún sector sea mayoría deberían tener 10 concejales) es la del peronismo, que cuenta con ocho miembros. Aunque todos están ahora en el mismo grupo, seis ediles fueron electos en 2019 por el oficialismo provincial y dos por el alperovichismo. En el primer segmento están Fernando Juri (presidente), Sara Assán, Gonzalo Carrillo Leito, José Luis Coronel, Ernesto Nagle y Emiliano Vargas Aignasse. Los que ingresaron por la lista de José Alperovich fueron David Mizrahi y Alejandro Figueroa (es funcionario provincial y es reemplazado por Elena Cortalezzi).

La segunda minoría suma seis y es la del oficialismo municipal, que son cuatro alfaristas y sus dos aliados radicales: Daniel Alfaro, Rodolfo Ávila, Cristian Petersen, Sandra Miranda (en lugar de Alfredo Toscano, que asumió como secretario de Obras Públicas), José Argañaraz y Agustín Romano Norri. La tercera porción es la de los cuatro ediles de Fuerza Republicana, representados por Eduardo Verón Guerra, Liliana Leiva, Ramiro Ortega y Belén Espinosa

1- Al piso lo determina la lista más votada

El uso del sistema D’Hondt determina que al mínimo de votos para alcanzar un asiento lo marca el acople o partido que más votos reúna. En las últimas elecciones, Fuerza Republicana fue el más votado en la categoría de concejales y eso se tradujo en que cuatro dirigentes de su espacio se sentaron en el recinto. Recogieron 38.162 sufragios, es decir, el 10,57%. El que le siguió fue el alperovichista Hacemos Tucumán, que logró dos ediles con 23.040 (el 6,38%). En el resto de los casos, se trató de acoples del oficialismo y de la oposición que consiguieron un escaño cada uno.

Según estimaciones de armadores de distintos sectores, el partido de Ricardo Bussi podría mejorar su performance y levantar un poco los porcentuales necesarios. También se espera que hagan una buena elección, de acuerdo con dirigentes, los acoplados más poderosos del oficialismo y de la oposición. Varios consultados ponen fichas también al desempeño de Libres del Sur, el espacio de Federico Masso.

Antes, en 2011, los más votados habían cosechado 32.000 (Tucumán para la Victoria) y en 2015 al tope se ubicó una nómina con 27.430 (Movimiento Popular y Federal).  

2- Listas únicas corren con ventaja

Por el sistema electoral, los partidos que compiten con una sola nómina tienen más chances de anotar más bancas por el método D’Hondt que los que van como acoples. Las colectoras benefician a los postulantes para los Ejecutivos, no así a los que van para cargos legislativos. La dispersión de votos es el motivo. Hay un breve cambio a diferencia de 2019, porque tanto el Frente de Todos como Juntos por el Cambio redujeron el número de colectoras en Capital y habrá menos que en 2019. Hay quienes consideran que la diferencia es mínima y que podría impactar en la redistribución. La conversación política más instalada es si alguna de las colectoras podrá lograr más de un puesto.

3- El peso del “arrastre”

Dirigentes que suelen analizar minuciosamente los datos electorales advierten que se producen varias curiosidades en relación a las votaciones. Por ejemplo, que para ser concejal de la Ciudad suelen ser necesarios más votos que para ser legislador capitalino, porque son menos bancas (para la Cámara las de la sección electoral suman 19). Una particularidad en 2019 fue que varios legisladores del oficialismo entraron sin que sus aspirantes a concejales pudieran hacer lo propio. Es decir, que hubo cortes de boleta.

Los nombres que están en carrera para la intendencia son clave para traccionar y “arrastrar” las listas que los acompañan para el cuerpo vecinal.  

4- La definición de la banca 18

El escaño más peleado es siempre el último y siempre hay incógnita hasta que el recuento está muy avanzado. La elección se pelea literalmente voto a voto. En 2019, por ejemplo, la banca 17 fue para el radical Romano Norri (8.168 adhesiones). Una docena de votos más abajo quedó Gonzalo Carrillo Leito, que se llevó la codiciada número 18. En las primeras proyecciones se habían mencionado también otros nombres para ese lugar como los de los justicialistas José María Franco y Facundo Vargas Aignasse. También estuvo en carrera Omar Albornoz, que habría sido la quinta banca del bussismo.

La diferencia entre ellos fue por un puñado de papeletas.

5- Un caso de D’Hondt sobre 1.000 votantes

El sistema se aplica para obtener el número de cargos electos en proporción a los votos que cosecha cada lista. Por ejemplo, con un total de 1.000 electores, 10 bancas y cinco fuerzas en pugna: si la “A” saca 500 votos, obtendría cuatro bancas; la “B”, con 400, tres; la “C”, con 300, dos; y la “D”, con 200, una. La “E”, con 100 votos, quedaría afuera. El mínimo para lograr un lugar en este esquema serían 125 votos, debido al cálculo sobre el coeficiente obtenido por la lista “A”.

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