01 Febrero 2023
El reconocimiento de la interventora del Instituto Provincial de Vivienda (Ipvdu) de que hay varias áreas que no estaban trabajando bien y que en los casi seis meses que han pasado desde que llegó al cargo debió reactivarlas, muestra las idas y vueltas que ha tenido la conducción del organismo. Problemas administrativos, investigaciones por irregularidades, reparación de las viviendas vandalizadas en El Manantial Sur, escasez de vehículos para hacer trabajo de campo y alta morosidad en el pago de cuotas son partes de un panorama complejo que incide en la imagen del instituto y que urge cambiar. “Quiero recomponer el concepto que tiene la ciudadanía del Ipvdu. Decís Ipvdu y es casi decir una mala palabra, es sinónimo de falta de transparencia. Quisiera que cambie”, expresó.
La llegada de la interventora sucedió a causa de una desprolijidad en el sorteo de inscriptos para 600 viviendas sociales, lo cual derivó en el cambio en la conducción del organismo. Esta “desprolijidad” mostró que el esquema de trabajo administrativo era relativamente precario. La anterior interventora, por otra parte, había estado investigando las irregularidades en la entrega de unas 300 casas. En los tiempos previos al reemplazo de autoridades se había informado de dos casos de personas que habían vendido las viviendas y allí se dio a conocer que había otros 300 casos bajo sospecha. “Los primeros meses fueron difíciles porque nadie viene y te cuenta el panorama, lo vas descubriendo. Yo lo fui descubriendo más que nada porque la gente venía a reclamar acá”, contó la nueva titular del instituto. “Hay millones de cosas por hacer acá, tenemos pendientes casi 5.000 escrituras que el instituto no entregó, y es por cuestiones administrativas”, dijo la nueva funcionaria. Reveló que hay mucha morosidad en barrios, en algunos de los casos cercana al 80%. Tampoco había prácticamente trabajo de campo como ser visitas a terrenos, hacer mensuras y dar planos de niveles. Había un solo vehículo y ahora hay nueve y eso todavía, según dijo, no es suficiente.
A esto se ha agregado el gran problema de las más de 1.000 viviendas vandalizadas en Manantial Sur, que luego de años de espera y de dos leyes hechas para que pudiesen ser reconstruidas, están casi terminadas en su totalidad. Pero el caso, que implicó enormes gastos al Estado, además de frustraciones para los adjudicatarios, ha mostrado la desidia para hacer controles y la falta de protocolos para mantenimiento y para brindar seguridad. Según se sabe, la seguridad sigue siendo un problema, lo cual debería resolverse para los nuevos emprendimientos:, muchos de los cuales han sido anunciados o entregados en el último tiempo.
El Ipvdu, además de que en algún momento debería ser normalizado para que funcione de acuerdo a las perspectivas con que fue creado, necesita una línea de trabajo constante, que abarque políticas de viviendas, control y mantenimiento de las obras mientras están en la órbita del organismo, así como un esquema efectivo de cobro de las cuotas, a fin de que el dinero se invierta en nuevos proyectos.
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