Cartas de lectores: la enfermedad cardiovascular en la mujer

Cartas de lectores: la enfermedad cardiovascular en la mujer

14 Diciembre 2022

En una época, y no tan lejana, la enfermedad cardiovascular se consideraba que solo afectaba a los hombres. En los años ‘80, cuando hacía mi residencia en cardiología, de los pacientes que llegaban a un by pass aortocoronario (cirugía de Favaloro) de 10 enfermos nueve eran del sexo masculino. En la actualidad, se considera que la enfermedad cardiovascular afecta tanto a las mujeres como a los varones, y eso nos obliga a ser docentes y a señalar a todos nuestros pacientes cuáles son los factores de riesgo que conducen a enfermar las arterias y el corazón. En el caso del sexo femenino, los síntomas que ocasionan un ataque cardíaco pueden ser diferentes a los del hombre (con su típico dolor en el centro del pecho) ya que la mujer puede referir una simple sensación de “falta de aire” (o disnea) al caminar, ardor en la boca del estómago, o bien mareos y sudoración, tal que como síntomas atípicos pueden estar estos enmascarando o bien, siendo la expresión clínica de una obstrucción coronaria. Los estudios universales han demostrado que, después de la menopausia, la mujer tiene un mayor riesgo de sufrir una enfermedad del corazón, tromboflebitis e hipertensión arterial y esto es por la disminución de los niveles de estrógenos, u hormonas femeninas, las cuales actúan cumpliendo una función protectora cardiovascular. La edad (inexorable) y la carga genética son imposibles de modificar, pero existen otros factores o condiciones que inciden en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular y que sí se pueden cambiar o por lo menos tender a corregir. En ese orden, digamos que es saludable abandonar el hábito de fumar, controlar la hipertensión arterial en forma eficaz y a largo plazo, normalizar los niveles de grasa o lípidos de la sangre (colesterol y triglicéridos), tratar la obesidad, la diabetes y el síndrome metabólico y finalmente resaltar la importancia de la actividad física, los cambios en el estilo de vida y alimentación y el control adecuado del estrés. Todas estas medidas han de conducir a reducir las causas que enferman el aparato cardiovascular. Se dice, y con razón, que el conocimiento salva vidas, pues entonces los médicos debemos concientizar a la población en prevención primaria y así no llegar tarde cuando el evento o accidente vascular ya sucedió (ACV, Infarto de miocardio, etc). Debemos poner énfasis y promover acerca del impacto de la enfermedad cardiovascular en la comunidad: es nuestra tarea y ya sea a través de campañas llevadas a cabo por organizaciones científicas o el Estado, o simplemente desde nuestro consultorio instar a que la mujer, así como el hombre, se haga un chequeo cardiológico periódico tanto como cuando se hace el control de mama y el Papanicolau. Para encarar así la detección precoz de esta enfermedad que lamentablemente se ha convertido en la primera causa de muerte en la mujer. La meta nuestra como profesionales es y será siempre la de asistir, difundir y educar.

Juan L. Marcotullio 

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