La deuda del Central es una bola que no para de crecer

La deuda del Central es una bola que no para de crecer

Uno de cada tres pesos emitidos está en manos de la gente, mientras que los restantes dos pesos tuvieron que ser rescatados por el Central con Leliq

TENDENCIA. Sólo $ 1 de cada $ 3 emitidos está en manos de la gente, mientras que los restantes $ 2 tuvieron que ser rescatados con Leliq. TENDENCIA. Sólo $ 1 de cada $ 3 emitidos está en manos de la gente, mientras que los restantes $ 2 tuvieron que ser rescatados con Leliq. LA GACETA / FOTO DE JUAN PABLO SÁNCHEZ NOLI

Si cada ciudadano tuviese que salir al rescate del Banco Central debería aportar no menos de $ 1,1 millón para que la entidad que hoy preside Miguel Pesce pudiera saldar sus compromisos financieros. El mercado de deuda en pesos argentino se encuentra atravesando uno de sus momentos más críticos luego de la salida de Martín Guzmán como ministro de Economía y el arribo de Sergio Massa, señala Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market. En el sendero eleccionario de este programa económico con financiamiento en pesos del déficit fiscal podría dejar pagos por delante por $ 17 billones hasta la finalización del actual mandato presidencial de Alberto Fernández.

“El origen de la moneda fue para tener un valor de cambio que nos permita generar transacciones y adquirir diversos bienes y servicios. Sin embargo, en la Argentina la cantidad de moneda en forma de deuda del Central más que duplica al que tiene los argentinos en circulación. La pérdida de poder adquisitivo del peso ha sido la más fuerte en la región en los últimos cinco años y sin embargo parecería ser que este camino aún no ha llegado a su fin”, puntualiza Di Pace.

El crecimiento del stock de deuda desde 2019 hasta la fecha estuvo liderado principalmente por la deuda en moneda local. La persistencia del déficit fiscal y el cierre de los mercados financieros obligaron al Gobierno a recurrir al mercado de deuda en pesos para cubrir sus necesidades financieras, indica Ecolatina.

Más cerca en el tiempo, a la restricción de acceso al crédito externo se le sumó en 2022 la demora en los desembolsos de organismos internacionales y la decisión de no solicitar asistencia monetaria desde agosto hasta que termine el año, lo que situó al mercado de deuda doméstico como la piedra angular del programa financiero, acota la consultora privada.

Uno de los días claves será el 14 de este mes cuando el Tesoro deba lograr refinanciar cerca de $ 465.000 millones. Además las necesidades de financiamiento son considerables: se estima que se necesitan $ 500.000 millones adicionales para cerrar el año fiscal. De no lograr financiarse en el mercado, es probable que se deba recurrir a la emisión monetaria que ante los actuales niveles inflacionarios lejos está de ser algo recomendable, plantea el economista Manuel Adorni. El Gobierno está pensando impulsar su última carta: ofrecer un bono que se compre en pesos y que luego el Gobierno se comprometa a que en su vencimiento lo devolverá en dólares. “Parece que Sergio Massa sabe que no hay muchas alternativas ante un mercado que desconfía de un gobierno al que le vencen desde aquí y hasta el día de las elecciones de 2023 el equivalente a cuatro veces todo el dinero que circula en la economía argentina. Los números son impresionantes”, acota el analista.

Pero en el Palacio de Hacienda se analizan otras variables. Por caso, podría utilizar parte de sus depósitos en el Banco Central, vender Derechos Especiales de Giro (DEG), vender dólares recibidos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) o invitar provincias y/o municipios a incrementar su participación en las licitaciones.

Con vistas al año próximo, la fragilidad y la poca viabilidad que exhibe el programa financiero será uno de los principales desafíos del Gobierno en 2023. Unas fuentes de financiamiento cada vez más acotadas y un sector privado reticente a incrementar su exposición al riesgo soberano obligarán a las autoridades a ofrecer instrumentos más atractivos para los inversores (es decir, más costosos para el Tesoro) y establecer algún tipo de anclaje para las expectativas, como podría serlo una reducción de las necesidades financieras vía un ajuste fiscal más profundo, advierte Ecolatina.

Más inflación

La larga historia de altos y persistentes déficits fiscales financiados con emisión explican el rechazo al peso que tiene la gente. Este rechazo es el que hace que la emisión monetaria sea inflacionaria, remarca un reporte del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). En este marco, pretender que la inflación baje cuando se reedita el “dólar soja” -que aumenta la emisión- es muy contradictorio. Hoy dos de cada tres pesos emitidos son rechazados por la gente.

Para dimensionar el rechazo a conservar los pesos resulta pertinente comparar del total de pesos emitidos cuántos están en circulación y cuántos fueron rescatados por el Banco Central a través de las Leliq. Según datos del Banco Central, Idesa plantea el siguiente escenario:

• El total de pesos emitidos por el Central asciende a $ 14 billones.

• Circulando en manos de la población hay sólo $ 4,5 billones.

• Los restantes $ 9,5 billones fueron sacados de circulación por el Banco Central a través de las Leliq.

“Estos datos muestran que sólo 1 de cada 3 pesos emitidos está en manos de la gente, mientras que los restantes 2 pesos tuvieron que ser rescatados por el Banco Central con Leliq”, observa la consultora presidida por el economista Jorge Colina.

El año pasado la distribución de los pesos emitidos, entre los que estaban en circulación y los rescatados por el Banco Central, era casi por mitades. “Es decir, que el rechazo de los pesos, además de alto, es creciente. El panorama se agrava porque los excesos de emisión no solo son función del déficit fiscal que no se logra financiar con deuda sino también de los crecientes intereses que devengan las Leliq”, alerta Idesa.

Con el “dólar soja”, el Gobierno trata de evitar las presiones inflacionarias que generaría una eventual devaluación del dólar oficial. “Así. remarca, apela a acuerdos de precios, tipos de cambios diferenciales, profundizar el cepo para administrar la escasez de reservas y multiplicar las Leliq para absorber los excesos de emisión. El resultado será más inflación y recesión”.

¿Qué dicen los operadores bursátiles?

Los operadores se encuentran atentos al escenario político, a raíz de sus implicancias electorales hacia el año próximo, así como a los serios desafíos económicos a administrar hacia adelante.

Según el economista Gustavo Ber, hay monitoreo sobre la marcha del “dólar soja 2”, y en especial se evalúa si serán suficientes las divisas en el post ante temores por la sequía, y la marcha de la montaña de pesos donde a diario se analizan las fuentes de emisión monetaria que acentúan los desequilibrios y potencian el riesgo de tensiones financieras.

En medio de expectativas sobre el ritmo del “crawling-peg” y las tasas, es que los operadores siguen cotidianamente esas variables así como el ritmo de liquidaciones y saldo que va dejando el “dólar soja 2”, al anticipar que esa oferta de divisas será la disponible para aguantar hasta la próxima cosecha.

El ¨combo¨ de la política y la economía aceleró el reacomodamiento de los dólares financieros, dado que la incertidumbre no hace más que profundizar la inclinación de los agentes económicos por la cobertura, ante un mayor consenso de excesivo atraso acumulado contra la inflación, advierte Ber.

El dólar “blue” mantuvo ayer la tendencia alcista y cerró en $ 316 para la venta, mientras que los tipos de cambio financieros continuaron subiendo. El Contado con Liquidación aumentó hasta los $ 343 para después bajar hasta los $ 339, mientras que el MEP avanzó hasta los $327, tras escalar hasta los $ 332.

El Banco Central terminó la rueda con compras por unos U$S 71 millones en el mercado cambiario y en el mes acumula compras por unos U$S 54,8 millones. Según los datos provisorios de la entidad, las reservas brutas cerraron en U$S 39.005 millones

El dólar Qatar trepó a $ 353,70, por encima del “blue”, mientras que el turista o tarjeta subió a $ 309,49.

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