El crimen de Luis Espinoza: “Les di la información precisa para que encuentren el cuerpo”

El crimen de Luis Espinoza: “Les di la información precisa para que encuentren el cuerpo”

Claudio Alfredo Zelaya decidió declarar. Con un croquis, ilustró los puntos donde vio a la víctima

CROQUIS. Claudio Alfredo Zelaya explicó su versión con un mapa. CROQUIS. Claudio Alfredo Zelaya explicó su versión con un mapa.

“Cuando fui a declarar a la Fiscalía el auxiliar Bernardo Sassi me presionó para que confesara, me dijo que si lo hacía considerarían darme el beneficio del arrepentido. A pesar de eso, yo les dije que venía para colaborar porque ya no aguantaba más la situación. Les dije que el subcomisario (Rubén Héctor) Montenegro había dejado el cuerpo en un claro. Tomando la vieja comisaría de Alpachiri como referencia, había que seguir por la ruta y hacer una curva y contracurva”, explicó el policía Claudio Alfredo Zelaya, uno de los 11 imputados por el crimen de Luis Espinoza. “Al día siguiente, a las 14, hallaron el cuerpo. Yo les di la información precisa para que lo encontraran. No hablé antes por miedo a las amenazas que me habían hecho, necesitaba que todos quedáramos detenidos para poder hablar”, destacó.

Zelaya es el segundo imputado que accedió a declarar en el juicio. Previamente lo había hecho el efectivo René Eduardo Ardiles. Además llegan acusados también al debate oral los policías: Montenegro, José Alberto Morales, Gerardo Esteban González Rojas, Mirian Rosalba González, Carlos Lisandro Romano, José María Paz, Víctor Manuel Salinas; el vigía Héctor Fabio Villavicencio y el civil Álvaro Gonzalo González. Espinoza fue asesinado de un disparo en el omóplato el 15 de mayo de 2020 en El Melcho tras un operativo para suspender una carrera cuadrera. Según la acusación, los efectivos se deshicieron del cuerpo, que fue encontrado en el límite con Catamarca.

“Quiero aclarar señoría que a este hombre (a Espinoza) lo vi con vida y que no soy ningún asesino. Le pido a cada uno de aquí que se haga responsable de la participación que tuvo. Es una injusticia que estemos todos aquí, el único responsable es Montenegro, que no nos dejó documentar el hecho. Tiene que responsabilizarse de lo que causó. Perdí mi trabajo y perdí mi libertad”, lamentó Zelaya.

Trazó un mapa

Por pedido del fiscal federal Pablo Camuña, Zelaya dibujó un croquis para explicar donde había visto con vida a Espinoza y donde lo encontró luego herido.

Según relató el imputado, cuando llegaron a El Melcho a bordo de una moto con González Rojas, vieron que en la cancha (que se usa como pista) ya se habían puesto las banderas y la gatera. Había alrededor de una decena de jinetes que, al verlos, se dispersaron galopando. Otras personas salieron corriendo. “Algunos hombres a caballo nos empezaron a disparar sin importarles nuestras vidas ni la de las personas que quedaron atrás nuestro. Mi compañero se baja y se cubre atrás de un poste, yo me protegí detrás de la moto. Hicimos disparos al aire, nunca hacia la humanidad de nadie”, dijo Zelaya.

Señalando un punto en el mapa, explicó que ahí se cayó Juan Antonio Espinoza y que allí vio a Luis. “Me dijo: ‘soltalo viejo, es mi hermano. Nosotros no tenemos nada que ver, los que disparan van adelante’. Es cierto que ellos no tenían armas”, recordó. Añadió que luego vio pasar a Morales y a Mirian que avanzaban disparando y a Villavicencio que los acompañaba.

El acusado señaló otro punto del mapa y dijo que 40 minutos después sus compañeros le avisaron lo que había pasado y vio a Luis Espinoza tendido boca abajo. Dijo que no podía asegurar si estaba vivo o muerto en ese momento.

“Le dijimos a Montenegro, que era el jefe, que llamara a una ambulancia y no nos lo permitió. Le dijimos que entonces lo llevemos al hospital y accedió. Lo subimos al baúl de su auto, pero él lo llevó a la comisaría. Cuando veo que abre el baúl y que el hombre seguía ahí lo confronté. Me contestó: ‘¡Qué querés que lo lleve a un hospital si ya está muerto el chango! ¡Ya lo hago desaparecer!’”, describió. Por último juró que tanto él como González Rojas fueron obligados a acompañar a Montenegro y a Morales -sin armas ni celulares- hasta Alpachiri para ocultar el cuerpo.

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