Cartas de lectores IV: Numen primaveral

Cartas de lectores IV: Numen primaveral

20 Octubre 2022

Con el advenimiento de la primavera, cuyo efímero y fugaz reinado hace ya unos días está con nosotros, la vida parece asumir nuevos bríos y una remozada pujanza, asociada al influjo voluptuoso que exhala el floreciente universo de los parques y jardines cuya fragancia se esparce generosamente dando la bienvenida a tan colorida y fragante estación. Arrobados por el sentimiento que produce su arribo, una constelación onírica nos recuerda la existencia de las musas, protagonistas eterna e infalible de novelesca inspiración. Entroncada a la magia de la primavera, las musas fueron fuentes de iluminación, habitando en las distintas expresiones de las artes, y de las letras. Recordamos al poeta Edgar Allan Poe, enamorado locamente de su prima Virginia Clemm, 14 años menor que él. La prematura muerte de su amada enloqueció a Poe, refugiándose en el alcohol y convirtiendo a la muerte en una temática recurrente en el resto de sus obras. Otra de las musas terrenales que fue el faro de creación del escritor nacido en Praga Franz Kafka; se llamaba Milena Jerenská, periodista y traductora checa, conocida como la “enamorada de Kafka”, cuyo influjo sobre el autor de “La metamorfosis” sería decisivo. A la muerte del escritor ella escribe una nota fúnebre para un diario de Praga donde relata: “tímido, retraído, suave y amable, visionario, demasiado sabio para vivir, demasiado débil para luchar, de los que se someten al vencedor y acaban por avergonzarlo”. Una auténtica musa de varios artistas fue la compositora y pintora vienesa Alma María Schindler, una mujer de singular belleza, pasando a la posteridad como Alma Mahler. Entre sus numerosos amoríos se destacó su matrimonio con el compositor y director de orquesta Gustav Mahler, 20 años mayor que ella. No obstante, su relación tempestuosa con sus distintos cortejadores y pretendientes dejó una huella profunda entre los hombres que se relacionó, testimoniando ellos en sus obras su amor por la codiciada musa. Precediéndola en el tiempo a todas ellas, una mujer enamorada de un trovador muerto, Clemencia Isaura de Tolosa (Francia), consagró gran parte de su fortuna a la protección de las bellas artes, persuadida de que honrando la poesía honraba la memoria del poeta muerto. “Lo grotesco de los acontecimientos cotidianos impide ver el verdadero dolor de las pasiones”, advertía Antoine Barnave, (1761-1793), abogado y político francés.

Alfonso Giacobbe 

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