La viruela del mono empuja a la OMS a decidir si estamos ante otra emergencia internacional

La viruela del mono empuja a la OMS a decidir si estamos ante otra emergencia internacional

El organismo debate hoy si eleva la alerta al mismo nivel que el coronavirus. Expertos analizan la situación para LA GACETA.

VIRUELA DEL MONO. Según la OMS, por ahora no es necesaria una vacunación masiva. REUTERS VIRUELA DEL MONO. Según la OMS, por ahora no es necesaria una vacunación masiva. REUTERS

Un comité de urgencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentra reunido desde ayer para evaluar si la viruela del mono representa una emergencia de salud pública de alcance mayúsculo. "La proliferación actual de contagios es inusual y preocupante", había declarado en la víspera Tedros Adhanom Ghebreyesus, el etíope que preside el organismo para justificar el convite. A sus dichos se sumaron los de Mike Ryan, responsable de las situaciones de emergencia, quien entendió que "la interfaz entre el hombre y el animal se ha vuelto inestable".

Lo cierto es que las zoonosis, las enfermedades transmitidas por los animales al hombre -como el ébola, la covid-19 o la viruela del mono- se han multiplicado en estos últimos años. Y dicha aseveración no incurre en el terreno de las percepciones: se trata de una verdad objetiva. "Los factores de emergencia y amplificación han aumentado", han explicado Ghebreyesus y Ryan. Según la OMS, al 8 de junio el número de casos confirmados de viruela del mono llegaba a 1.300 en países no endémicos; es decir, fuera de África.

¿Qué implicancias puede tener este cónclave de la ONU? Quizás acabe en la declaración formal de un "evento extraordinario". De ser así, se considerará que constituye un riesgo para la salud pública y que potencialmente requiere de una respuesta internacional coordinada.

De acuerdo a datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal, cerca de 60 % de las enfermedades emergentes son de origen zoonótico. Aparecieron miles de años atrás, desde que el hombre intensificó sus interacciones con los animales al domesticarlos. Y desgraciadamente se han desarrollado en estas últimas décadas. Pero, ¿qué ha disparado esta amenaza? Para los investigadores, una de las respuestas reside en la intrusión en el entorno natural. La comunidad científica responsabiliza a nuestras acciones sobre la vida salvaje y sus hábitats. "El brote de covid-19, por ejemplo, se ha detonado debido a la presión humana sobre los ecosistemas y la biodiversidad", dice Francesco Gaetani, investigador del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). Ha trabajado para la Organización Meteorológica Mundial, en Ginebra, y desde 2012 se encuentra en Panamá, como coordinador de datos en esa área de la ONU.

Según él, el cambio en el uso de la tierra, a causa de la presión del sistema alimentario, emerge como una causa determinante. "En 1960, éramos 3.000 millones de habitantes. Para 2023, se esperan 8.000 millones. La población está aumentando de manera dramática. Y también está aumentando la occidentalización de la dieta alimentaria. En China, en la década del ´60 se consumían cinco kilos de carne roja por año por habitante. Hoy se comen 65 kilos por año por habitante", explica a este diario durante una conversación telefónica.

Esta demanda de carne roja -añade- ha provocado un cambio en el uso del suelo. La frontera agrícola ha avanzado. La cantidad de suelos disponibles para producir toda esa carne está presionando a aquellas áreas que no tenían un uso agrícola. "Los bosques tropicales, además de albergar la biodiversidad, son considerados reservorios de enfermedades emergentes. Los virus, bacterias y hongos viven de forma controlada allí. Pero si a los animales que cargan gérmenes les quitámos su hábitat, tienen que salir", razona Gaetani.

A la hora de pensar en el contexto local, sería poco acertado extrapolar estos conceptos a la Argentina. Así lo advierte Alejandro Brown, ecológoco y presidente de la fundación ProYungas. Según él, la percepción generalizada de que hemos creado un ambiente insano y que a ello se deben las zoonosis suena verídica. No obstante, nuestro país no entra en las generales de esa ley. "La Argentina tiene una baja densidad poblacional y un alto porcentaje de verde, con cerca del 75 % del territorio silvestre. Es cierto que en algunas regiones chaqueñas contamos con una escasa proporción de áreas protegidas; pero las actividades productivas que allí se realizan no necesariamente generan vínculos nocivos con la biodiversidad", explica.

Mientras, si la ONU determina la emergencia de salud pública de importancia internacional, que es el máximo nivel de alerta que puede declarar el organismo y se trata de una consideración que actualmente tienen el coronavirus y la polio, en las próximas semanas se pondrían en marcha una serie de mecanismos que ayuden a ponerle un freno a la circulación del virus. Lo que se decida será comunicado en una rueda de prensa prevista para esta noche o para el sábado por la mañana.

El infectólogo Mario Raya, subdirector del Centro de Salud, considera que la declaración de la emergencia internacional, si al final se adopta, es justificada. "La razón principal es que el virus se ha extendido. Y esta es la vía para asegurar que los países ponen los medios y dimensionan la situación", concluye.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios