Hay buenos planes que se hacen en la arena

Hay buenos planes que se hacen en la arena

En las últimas décadas la superficie tomó gran popularidad en diferentes deportes. La combinación en el desarrollo de aptitudes físicas y un entorno distendido atrae al deportista y al espectador

HANDBALL. En cada jugada de los partidos, los protagonistas realizan movimientos acrobáticos que cautivan a los espectadores. HANDBALL. En cada jugada de los partidos, los protagonistas realizan movimientos acrobáticos que cautivan a los espectadores.

Otorga un poquito más de libertad para sentirse algo así como un Súperman del deporte. Saber que la pirueta que durará apenas segundos intentando emular al superhéroe no dolerá tanto, es una motivación para el deportista que practica un deporte en la arena. La superficie va ganando terreno en actividades deportivas que, primero, la concibieron como parte de un método de entrenamiento y, después, como una alternativa de competencia de alto rendimiento.

Así, una jugadora de handball se anima. Es dueña del balón, avanza a toda velocidad. El horizonte le muestra lo mismo que en el salón techado donde conoció el deporte: varias rivales que están por marcarla. Pero la mentalidad “outdoor” es diferente a la “indoor” porque pese a que la arena provoca una sensación de avanzar menos haciendo la misma fuerza que en el suelo firme, a metros del arco el factor extra puede ser muy eficaz para que el destino de la pelota sea de gol. La decisión, por más que implique mayor esfuerzo, es no tomar como opción de pase a las compañeras e irse con todo hacia adelante. Y en el momento que el instinto lo crea conveniente, elevarse, alzar vuelo, estirar las piernas para despegarse de la arena que después amortiguará, un poco al menos, la caída. ¿Importará si hubo o no gol? Por supuesto, pero el espectáculo de destreza, habilidad y despliegue físico habrá hecho menor el drama si no hubo anotación.

Eso es lo que se observa en los deportes de arena practicados al alto rendimiento. El voley, el handball, el fútbol, el tenis, el hockey, el básquet, entre los más populares, son los que generan ese tipo de postales. Al jugador, le da esa sensación de liberar todo su cuerpo para llevarlo en un viaje volador y al espectador, le brinda un show visual deportivo de nivel acompañado también por un entorno de fiesta y diversión; una propuesta descontracturada.

El voley en arena es el precursor de un movimiento que se puede tildar como “moderno”. Los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, por citar un punto de comienzo del crecimiento de la popularidad de la arena, fue el debut de la modalidad en el programa olímpico. Un año más tarde, la Federación Internacional de Voleibol (Fivb) empezó a organizar el Campeonato Mundial.

Si bien en los últimos años los deportes que se juegan sobre arena empezaron a formar parte de la agenda en competencias específicas de juegos de playa, los movimientos a nivel mundial apuntan a que también sean Olímpicos. Por lo pronto, en París 2024, el voley será el único presente en la arena que tendrá hacia uno de sus costados a la Torre Eiffel. Sí, mucha arena cerca del histórico monumento de 300 metros de altura que dentro de dos años exhibirá un moderno estadio.

La arena también brinda ésa posibilidad: no hace falta estar en un país o ciudad con salida al mar o que tenga ríos, entornos que poseen arena. Tucumán fue ejemplo de ello en abril de 2014 cuando la séptima etapa del Campeonato Sudamericano de Beach Voley se jugó en dos canchas montadas en la playa de estacionamiento del hotel Hilton Garden Inn (foto). La frase mutó de “hay mar de fondo” a “hay asfalto de fondo” por el marco inusual que tuvo el torneo jugado en plena ciudad.

El deporte competitivo en la arena va atrayendo cada vez más y su crecimiento se va materializando, principalmente, en la incorporación en las agendas de los Juegos de playa. Éste año, los Juegos Evita tuvieron la versión playera que se celebró entre los últimos días de marzo y primeros de abril, en Mar de Ajó. Fútbol, handball y voley fueron las que coparon la arena; windsurf, canotaje y natación invadieron el agua. Otra muestra del potencial que las organizaciones deportivas regionales y mundiales vislumbran es que ya se hicieron cuatro Juegos Suramericanos de playa desde 2009 (el último fue en Rosario en 2019) cuya administración está a cargo de la Organización Deportiva Suramericana (Odesur). O la realización de los Juegos Mundiales de Playa hace tres años cuando Qatar fue escenario del evento organizado por la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales que programó la segunda edición para 2023 en Indonesia. La arena viene a “taparnos”, pero en un buen sentido.

Entre competir y entrenarse

La arena resulta útil tanto para entrenarse como para competir. “La potencia de piernas es un condicionante”, expone José Rubino. “Lo que se busca es el desarrollo de la fuerza general, sobre todo en los miembros inferiores”, sintetiza Federico Quinteros. Rubino, oficial de Desarrollo de la Unión de Rugby de Tucumán y Quinteros, preparador físico de Monteros Voley que juega en la máxima categoría del voley de salón, tuvieron experiencias con la arena en distintos sentidos.

El de la ovalada dirigió a los equipos tucumanos de juego reducido en competencias de playa en Rosario 2018 (bronce) y Puerto Madryn 2019 (oro). El de la red alta propone cada pretemporada trabajos físicos en las dos canchas de voley playero que tiene el club monterizo (foto). En una comparativa entre sus visiones sobre la arena, lo que condiciona al deportista en la competencia es lo que se mejora en el entrenamiento. “Es muy demandante, requiere de un gran desarrollo de fuerza en el tren inferior”, marcó Rubino. “Lo que se busca es el desarrollo de la fuerza, sobre todo en los miembros inferiores. Al trabajar en un suelo inestable nos permite fortalecer las articulaciones de tobillo, rodilla y cadera, que, por el piso en el que el jugador juega, tienen mucho desgaste”, detalló Quinteros.

“En lo personal fue una experiencia muy gratificante, no sólo por las dos medallas conseguidas”, comentó Rubino sobre las competencias. “También las utilizamos para dar lugar a los jugadores del Desarrollo. Es una buena puerta de ingreso al deporte para los nuevos jugadores. El hecho que se juegue en la arena con el contexto de una playa o río, da la posibilidad que exista el rugby contratemporada en un ámbito muy relajado”, destacó el Oficial de Desarrollo.

Para Quinteros la contextualización de Rubino también se aplica en el voley. “La variabilidad de lugares para entrenarse, permite descansar la cabeza y evitar la rutina. Al jugador, salir de su espacio natural siempre le gusta”, estableció el preparador físico de “El Naranja”.

Una modalidad que recomiendan

“Fue genial”, no dudó Nicolás González. El tucumano recordó desde España, donde juega al rugby en Ingenieros Industriales, sus experiencias representando a Tucumán en la modalidad playera. “Es un modo completamente diferente al de césped, ya que varía desde el tiempo de juego, la cantidad de jugadores y, al no tener pausa prácticamente, exige tener un estado físico óptimo”, analizó.

En los dos torneos el ex jugador de Lince fue dirigido por José Rubino. “Explayó todos sus conocimientos. Nos hizo crecer como equipo, personas y jugadores, un grande de nuestras tierras”, elogió González que en Puerto Madryn gozó la consagración. “Ganamos el torneo de punta a punta porque teníamos más entrenamientos y conocimientos del juego. Fueron dos años muy lindos con el grupo”, reconoció el rugbier. “Sería muy buena la idea de hacer un torneo de verano ‘Argentino’”, sugirió González. “En España se juega mucho en verano, en las playas de Valencia, un torneo famoso: ‘El Tiburón’”, comentó.

La misma sensación le quedó a Iris Delfina González luego de competir en fútbol sobre la arena. “La experiencia me encantó”, calificó la jugadora que participó en los Juegos Evita de playa en Mar de Ajó. “Aprender y hacer cosas nuevas siempre es hermoso. En cuanto al futuro del fútbol de playa, creo que sería bueno ponerlo en práctica, hacer equipos y buscarle una salida porque por más que sea diferente, está muy bueno”, destacó la joven de 17 años. “Serviría mucho para el fútbol tradicional, el entrenamiento y la competencia, ya que se gana resistencia y fuerza. Es muy dinámico, y no tan estructurado”, afirmó la futbolista.

Así se juegan

Voley

La cancha es ligeramente más pequeña (16 por 8 metros). Se juega con dos jugadores que no tienen sustitución. Si alguno se lesiona, la dupla debe retirarse. El set se juega a 21 puntos y el ganador es el que gana dos parciales. Se pueden hacer hasta tres toques.

Handball

La cancha mide 27 metros de largo por 12 de ancho. Se juega con cuatro jugadores (tres de campo y un arquero). La acción de botar la pelota se sustituye con la de pasarla o posarla en la arena y hacerla rodar ligeramente. Se juegan dos sets de 10 minutos. Un gol suma el doble si: lo marca el arquero en el área contraria, es un penal desde la línea de seis metros o se hace de forma creativa.

Tenis

La red está elevada 1,70 metros y la cancha, mucho más pequeña que en tenis convencional, no tiene líneas internas. Se juega con paletas. El objetivo es que la pelota no caiga y vaya hacia el campo contrario.

Hockey

Se juega cinco contra cinco en una cancha inflable de 30 metros de largo por 20. La pelota es similar a la de handball. El palo es el mismo que se usa en el césped.

Rugby

No hay un reglamento. Sí, hay una regla de tenencia de la ovalada de dos segundos con la finalidad de convertir a ésta modalidad en la más dinámica del rugby. No hay haches, conversión, line, scrum y no se puede patear la pelota.

Fútbol

Hay cuatro jugadores de campo y un arquero. La cancha es de 37 metros por 28 y no tiene líneas internas. Hay sustituciones en todo momento de los tres períodos de 12 minutos.

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