Falta mucho por hacer en todos los campos

Falta mucho por hacer en todos los campos

Punto de vista. Por Adriana Alvarez, médica tocoginecóloga y miembro fundadora de la organización feminista Mujeres x Mujeres.

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12 Mayo 2022

En nuestro país se ha avanzado muchísimo en la igualdad de género. Tenemos leyes que han sido pioneras a nivel global, como es la Ley de Identidad de Género, que cumplió ayer 12 años, y la Ley de Matrimonio Igualitario, que lleva 15 años.

Se ha legislado además la violencia de género. Y si bien faltan políticas para afianzar las obligaciones estatales de prevención, el marco normativo es un gran avance.

En salud, en tanto, se ha instaurado la legalización de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), una deuda democrática con las mujeres de este país y de esta provincia, especialmente. Eso ha bajado a menos de un dígito la fecundidad adolescente. El proyecto de ley para garantizar el acceso universal y gratuito a la salud -tanto en prestadores públicos como privados, para todas las personas expuestas o afectadas al VIH, las hepatitis virales, otras ITS y la tuberculosis- podría convertirse en un nuevo logro.

Pero en términos de participación política, Tucumán es uno de los tres distritos argentinos que aún no cuentan con una ley de paridad, junto con Tierra del Fuego y Corrientes.

Con respecto al cuidado, también se avanzó en políticas públicas: se legislaron la Jubilación de Amas de Casa y la Asignación Universal por Hijo. Incluso, acaba de presentarse un proyecto para democratizar el cuidado y reconocer licencias igualitarias.

También hay cupo laboral trans y se busca erradicar las violencias en el trabajo. Las capacitaciones de la Ley Micaela han derribado bastantes barreras para la igualdad.

No podemos dejar de reconocer que se ha avanzado. Aún así y pese a todo lo mencionado, falta por hacer en todos los campos. Y la igualdad de género se verá afectada mientras nuestro país y nuestra provincia sigan mirando hacia otro lado, sin tener en cuenta nuestro marco normativo y legal.

La realidad es que las políticas públicas, que son por demás cuidadosas para evitar los atrasos, no son ejercidas ni valoradas por algunos sectores. Los propios efectores que deben ponerlas en prácticas no lo hacen, convirtiéndose en desobedientes civiles o en negligentes. Para compensar esto, debemos efectuar capacitaciones sobre derechos y emponderar a las mujeres.


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