Dos investigadoras tucumanas, entre tumbas de 3.500 años

Dos investigadoras tucumanas, entre tumbas de 3.500 años

Viajaron a Egipto en la primera misión íntegramente argentina para estudiar una tumba en Luxor.

LOS ARGENTINOS. Debían elaborar informes de todo lo investigado durante la misión. Se trató de una exigencia del gobierno egipcio.  LOS ARGENTINOS. Debían elaborar informes de todo lo investigado durante la misión. Se trató de una exigencia del gobierno egipcio.
04 Abril 2022

Silvina Vera y Valeria Cannata forman parte del Instituto de Arte y Cultura del Oriente Antiguo de la Facultad de Artes de la UNT y se incorporaron al equipo de investigación del Proyecto Amenmose TT 318 el año pasado. Este año, participaron de la segunda campaña de trabajo en tierra egipcia. Recién llegadas, las investigadoras tucumanas conversaron con LA GACETA y transmitieron su pasión por el arte antiguo egipcio y lo enriquecedora que resultó esta experiencia.

Las investigadoras

Silvina tiene una larga trayectoria docente. Actualmente es profesora asociada de la Cátedra Historia del Arte Antiguo de la Licenciatura en Artes Visuales de la Facultad de Artes y del Departamento de Artes Visuales de Aguilares. También es directora del Instituto de Arte y Cultura del Oriente Antiguo.

Esta no es su primera misión a Egipto, ya que, en 2000 formó parte de un grupo de egiptólogos argentinos que trabajó en la tumba perteneciente a Neferhotep TT 49, un funcionario muy importante en la época del rey que sucedió a Tutankamón.

Dos investigadoras tucumanas, entre tumbas de 3.500 años CALUROSO. Hacían más de 30 grados en las tumbas.

“La docencia en Arte Antiguo, me lleva a conectarme con gente que está en el mismo tema. Y en el 2000 se me abrieron las puertas para trabajar in situ, una de las civilizaciones que tenemos dentro de nuestro programa. Eso ha sido una felicidad inmensa, porque era la segunda misión de la que participaba Argentina, trabajando en ese momento. Y hoy, la tumba TT 318 de Amenmose es la única misión totalmente argentina y federal. Porque hay gente de Buenos Aires, Córdoba y La Plata. Así que estamos muy contentas”, contó la profesora.

SACANDO FOTOS. Registrando el interior de Luxor. SACANDO FOTOS. Registrando el interior de Luxor.

Valeria es médica dermatóloga y, además, es licenciada en Artes Plásticas e integra la cátedra de Arte Antiguo de esa carrera. También es miembro del Instituto de Arte y Cultura del Oriente Antiguo. “Soy médica, pero siempre me gustó mucho el arte, la historia y la filosofía. Así que un día decidí estudiar arte porque me gusta pintar y hacer fotografías”, contó Cannata, quien se incorporó a la cátedra de Arte Antiguo siendo estudiante.

El proyecto

Este proyecto comenzó en 2019 y está radicado en el Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (UNLP-Conicet) de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata y en el Instituto de Investigaciones de Arte y Cultura del Oriente Antiguo de la UNT (IACOA).

Dos investigadoras tucumanas, entre tumbas de 3.500 años TUMBA TT 318. En Amenmose, la única misión totalmente argentina

Está integrado por profesionales de distintas áreas y de todo el país. Su objetivo es el estudio y la conservación de la tumba de Amenmose, localizada en la necrópolis de Sheikh Abd el-Qurna, en Luxor, Egipto.

El equipo tiene que realizar los primeros aportes de conservación y estudiar la información presente en los motivos iconográficos de las paredes de la tumba. “El propósito general del proyecto es el relevamiento y recopilación de la decoración. Poner en valor las imágenes del monumento, la restauración y la conservación”, explicó Vera, y agregó: “en cuanto a la parte artística, nuestro proyecto es estudio estilístico, procesos técnicos y dibujo digital. Uno de nuestros objetivos es documentar la decoración epigráfica y registros pictográficos, a través de la fotografía y la digitalización, que es nuestro proyecto”. “Nuestra misión es hacer la epigrafía digital y hacer el registro digital de todas las paredes”, agregó Cannata.

EN PLENA TAREA. Las tucumanas trabajaron un mes en Egipto. EN PLENA TAREA. Las tucumanas trabajaron un mes en Egipto.

Las tucumanas llevaron a cabo una gran labor de investigación previa a realizar el viaje. Debieron trabajar con las imágenes del primer viaje del equipo a Sheikh Abd el-Qurna, a principios de 2020. “Lo primero que hice fue trabajar con las fotos que hizo el equipo en la primera campaña y a través de eso armé los muros. La tumba tiene 12 paredes y todas tienen dibujos en pintura y relieves. Así que armé los muros y reconstruí las escenas a través del dibujo digital. Este año trabajé in situ viendo que otra información puedo tomar de las paredes que no se ve en las fotografías. Porque hay muchos detalles y elementos. Estos serían dibujos preliminares, porque cuando se haga la limpieza y restauración van a surgir muchísimos detalles”, aseveró la profesora Vera.

“Mi tarea también fue hacer el registro fotográfico de las paredes, para así armar un plano 3D de las paredes de la tumba. Me preocupaba tomar todos los detalles de las paredes, porque después todo eso se sigue estudiando acá. Como fueron pocos días era importante hacer un buen registro para que el equipo pudiera seguir trabajando”, explicó Cannata.

El viaje

En Egipto estuvieron un mes. Explicaron que los primeros días los pasaron en El Cairo haciendo gestiones y tramitando permisos en el Ministerio de Antigüedades egipcio para ingresar a la tumba. “Esa tumba permanece cerrada. No puede entrar nadie. Está con un candado y está lacrado”, aclaró Cannata.

“Nosotros alquilamos una casa. Por lo general todas las misiones alquilan, algunas tienen su propia casa en el lugar como las misiones alemanas y francesas”, explicó Vera. “En la misión tuvimos como 15 días para estudiar la tumba. Descansábamos sólo los días viernes ya que trabajábamos sábados y domingos también”, agregó Cannata.

“Nos levantábamos a las seis de la mañana y a las siete y cuarto nos pasaba a buscar una traffic para ir todos juntos a la tumba. La temperatura dentro de la tumba es de poco más de 30 grados, sin embargo al acercarse al mediodía comenzaba a sentirse más calor”, contó Cannata. “Si teníamos tiempo tratábamos de visitar tumbas cercanas”, agregó Cannata. Luego volvían a la casa a clasificar la información recolectada durante la mañana. El trabajo fue fundamental porque debían elaborar informes de todo lo actuado durante la misión, ya que es una exigencia del gobierno egipcio para poder acceder a las tumbas.

Expectativas

“Mi expectativa fue la de encontrarme con un gran trabajo. Es muy intenso”, expresó Silvina Vera, quien ya en dos oportunidades viajó con diferentes misiones a Egipto para trabajar en tumbas. “Sé que hay un choque de culturas, de la oriental y la occidental. Pero se trata del respeto. Los que vamos a trabajar, vamos con muchísimo respeto hacia la cultura egipcia. También nos sentimos muy respetados. Agradezco que puedo trabajar en Egipto”.

Cannata también tuvo contacto con la cultura egipcia. “Es una cultura que siempre me interesó muchísimo y me daba curiosidad. Ir a trabajar fue algo muy bueno para mí”, dijo y agrega que las semanas previas al viaje las vivieron con ansiedad ya que no estaba confirmado el vuelo debido a la situación sanitaria en el mundo. “Cuando nos confirmaron el viaje, comencé a preparar todo el equipo”, cuenta Cannata quien llevó alrededor de 16 kg de equipaje tan sólo de equipo fotográfico.

La experiencia

“Rescato de esta experiencia el aprender todos los días un poco más sobre Egipto. Trabajar in situ te muestra otra perspectiva que no está en los libros y eso me permite, como docente, entregar la información desde otro lugar y proyectarla en mis alumnos”, expresó la profesora Vera.

“Para mí fue un desafío enorme, ha sido grandioso pertenecer a este equipo y aprender muchísimo sobre la cultura egipcia. En lo profesional me encantó, porque fue un desafío hacer fotografías en un lugar oscuro y cerrado. Es una fotografía totalmente distinta a la que hago de naturaleza. Estoy feliz de que me hayan incorporado al proyecto”, afirmó la doctora Cannata.

La tumba

El nombre Amenmose significa “nacido de Amón” y lleva el título de “cantero de la necrópolis de Amón” que lo asocia al trabajo con la piedra en la construcción de monumentos y tumbas. Vivió en torno a los años 1479-1458 a.C., durante el reinado de Tutmosis III y probablemente de la reina Hatshepsut.

La tumba de Amenmose fue descubierta por Jean- François Champollion a mediados del siglo XVIII. En 1924 la tumba recibe el número TT 318 con el que se la identifica actualmente. La sigla TT se corresponde con la referencia en inglés “Theban Tomb” o “Tumba Tebana”, y forma parte de un sistema de catalogación de tumbas ideado por el Servicio de Antigüedades egipcio.

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