El sexo según Alá

No todo es burkas, violencia, machismo y “No me iré sin mi hija” en el Islam.

“La disminución del placer sexual femenino contradice directamente las enseñanzas de Mahoma”, asegura Geraldine Brooks, experta norteamericana en el Islam, en un estudio sobre la mujer islámica llamado Nine parts of desire (“Las nueve partes del deseo”). Sostiene que en una lectura más certera de las escrituras y tradiciones del Islam podemos encontrar que “Dios Todopodereoso creó el deseo sexual en diez partes, y luego le dio nueve a las mujeres y una a los hombres”.

Un extenso párrafo en el Corán refiere que Mahoma y sus discípulos estaban a favor de la sexualidad femenina y del placer sexual de la mujer (dentro del matrimonio, eso sí). De hecho, Mahoma alentaba a los hombres a ser atentos con sus esposas en la cama: “cuando uno de ustedes tiene sexo con su mujer, no deben ir hacia ellas como aves, sino que deben ser lentos y retrasar los acontecimientos”. Y recalca que el sexo sin este proceso previo es algo cruel y condena a un marido que no tiene tiempo para hacerle el amor a su mujer.

El placer femenino

Del mismo modo en que muchos tabúes sexuales del antiguo judaísmo luego se reflejaron en el cristianismo, los placeres sexuales establecidos por el Profeta y sus seguidores se han transmitido durante cientos de años a las tradiciones sexuales de las sociedades de Oriente Medio, también influenciadas por la cultura hindú. El origen de la danza del vientre, por ejemplo, tuvo como objetivo ayudar a los hombres con dificultades eréctiles a “sostener” la excitación y alcanzar el orgasmo. Avicenna, filósofo y médico árabe del siglo XI en Ubzekistán, creía que las mujeres tenían esperma, lo que provocaba “una picazón sexual específica en los conductos de semen masculinos, que sólo se alivia con el roce causado por el intercambio o algo similar”. Y sostenía que era imposible suprimir el deseo de la mujer, y que si no era saciado de algún modo, terminaría por recurrir a “frotarse con otra mujer para así alcanzar entre ellas la satisfacción de sus placeres”.

La escritora británica Yasmin Alibhai-Brown, en un ensayo llamado Why East beats West when it comes to sex (“Por qué Oriente derrota a Occidente cuando hablamos de sexo”) refiere que muchas mujeres musulmanas son sabias en materia de sexo: “En el este de África donde me crié, se creía que las mujeres musulmanas de la tribu Zanzibari eran amantes sofisticadas y adictas que podían extender lazos invisibles para atrapar a los hombres y mantenerlos intoxicados, sin entregarse por completo. Pero nunca las veías; siempre estaban cubiertas por mantos negros, pero sus ojos brillaban de modo inexplicable”. Alibhai-Brown afirma que en los textos islámicos, “Alá le otorga a la mujer el derecho al placer sexual y a exigirle al marido la gratificación requerida”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios