“Ellas se conectan más con su deseo que con los mandatos”

“Ellas se conectan más con su deseo que con los mandatos”

La psicóloga y docente de Sociología de la UNT, María Gabriela Córdoba, analiza las razones de la baja de nacimientos que está alterando las sociedades en todo el mundo.

“HOY LA MUJER SE PLANTEA LA DECISIÓN DE SER MADRE”, señala la psicóloga María Gabriela Córdoba.  “HOY LA MUJER SE PLANTEA LA DECISIÓN DE SER MADRE”, señala la psicóloga María Gabriela Córdoba.

Los cambios en el rol de la mujer en la sociedad, su salida al mundo al trabajo, la conquista de derechos, sobre todo a la educación, y su “empoderamiento” en niveles de autonomía, alentados por leyes como las de aborto y políticas públicas, son algunos de los factores que han intervenido en la baja de la natalidad que experimenta el mundo desde hace varios años.

En 1980, en el país había un promedio de 3,3 hijos por mujer. En 2010, ese promedio ha bajado a 2,4 hijos por mujer, y en 2019, según la Dirección de Estadística de Información de Salud del Ministerio de Salud, la cifra ronda 1,8 hijos por mujer. En Tucumán las cifras del Registro Civil señalan que 2020, se registraron 5.600 nacimientos menos que el año anterior, lo cual significa una baja del 21%.

¿Desde la óptica de la mujer, cuáles son las razones de la caída de nacimientos? La psicóloga y docente de Sociología de la Facultad de Filosofía de la UNT, María Gabriela Córdoba, señala que si bien se trata de un fenómeno policausal, hay un factor determinante. Y es la liberación del mandato social de ver a la maternidad como un modelo de plenificación de la mujer. “Hoy en día esos mandatos sociales están cada vez más cuestionados, como también el número de hijos”, señala en una entrevista con LGplay.

“Estamos en una época en que las mujeres intentan conectarse con sus deseos personales. Se preguntan si tienen ganas de tener hijos. A veces no encuentran una pareja y esto las lleva a la criopreservación de óvulos para no parar su carrera laboral, y tener un proyecto de maternidad para más adelante”, señala.

“Las técnicas anticonceptivas y las técnicas reproductivas que permiten extender hacia más adelante la decisión de ser madres también influyen en la baja de nacimientos”, señala.

Más tareas para la mujer

La salida de la mujer al mundo del trabajo el siglo pasado ha marcado un hito fundamental en la toma de decisiones y la adquisición de derechos. “Sin embargo la responsabilidad en las prácticas de cuidado y atención de la familia no se han modificado, siguen estando a cargo de las mujeres. Ellas han agregado más tareas de responsabilidad y nuevos mandatos, sin haberse desprendido de la histórica responsabilidad del cuidado de los miembros de su hogar”, observa la doctora Córdoba.

Aunque en los últimos años los varones comparten las actividades de crianza de los hijos, son ellos quienes eligen qué actividades hacer. “Siete de cada 10 varones de entre 25 y 45 años dicen que comparten tiempo con sus hijos pero en actividades lúdicas y deportivas. No eligen quedarse en casa cuando los niños están enfermos ni hacer las tareas todos los días con ellos. Los varones tienen un posicionamiento de ‘ayuda’ en el hogar, pero no de hacerse cargo como lo hace la mujer. Si se quedan con los niños, por ejemplo, llaman a la madre para preguntarle qué va a preparar de comer o qué ropa ponerle”, ejemplifica.

Por todas estas razones Córdoba piensa que “las tasas de natalidad van a descender más”.

Desde el punto de vista económico “el modelo familiar patriarcal basado en un único salario se ha alterado dramáticamente. Se necesitan dos sueldos en la casa. También es real que mujeres con más alta educación, viudas o separadas que vuelven al mercado del trabajo. Las mujeres están teniendo mayor participación en el ámbito laboral. Pero eso no ha tenido su correlato en el hombre. Sigue vigente la idea de que las responsabilidades de crianza, y de ciudado de los niños son femeninas. Esto pone a las mujeres al frente de la escena y lleva a que se empiecen a cuestionar el deseo de ser madres. Muchas son hijas de mujeres que han sido amas de casa, entonces han visto el sacrificio, la injusticia o las renuncias que significa ser madres y por ese motivo no están dispuestas a abandonar su carrera para comenzar a tener hijos a temprana edad”, explica.

Córdoba dice que así como muchas mujeres postergan su maternidad también los varones quieren ser padres tardíamente. “Por eso muchas veces eligen mujeres más jóvenes que ellos para cuando decidan tener hijos”.

En suma, dice Córdoba: “el peso de la realidad social y la incertidumbre ha tenido impacto en los procesos de gestación del deseo. Se ha ido desnaturalizando aquello de que todas las mujeres deseamos ser madres, y el instinto maternal que, por supuesto, no existe, porque es una construcción social.


El mundo envejece

El cambio de las políticas demográficas

Durante el siglo XX, el desafío era cómo lidiar con un boom de crecimiento demográfico. De 1.600 millones de habitantes que tenía el planeta en 1900 se pasó a 6.000 millones en 2000. Pero en el siglo XXI la preocupación fue el envejecimiento de la población mundial. Durante años China mantuvo la política de ‘‘un solo hijo” instaurada en 1979. Así se evitaron entre 350 y 400 millones de nacimientos porque se pensó que una mayor población iba a ser perjudicial a sus intereses económicos. En 2016 cambiaron de política y permitieron dos hijos. Hoy ya se pueden tener tres o más, pero Chica ya no puede frenar la caída en nacimientos. El desequilibrio demográfico puede traer consecuencias insospechadas en todo el mundo.

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