Mirando a 2022: ¿quién manda en Tucumán?

Mirando a 2022: ¿quién manda en Tucumán?

Mirando a 2022: ¿quién manda en Tucumán?

Las respuestas posibles al título de este artículo son tantas como ciudadanos hay en la provincia. Existe, sin embargo, una idea coincidente en todos los espacios políticos: las urnas ordenaron el tablero político. Las elecciones nacionales, sobre todo las Primarias, tuvieron la particularidad este año de dirimir pujas internas en los frentes más competitivos del oficialismo y de la oposición. Si bien se votó para la renovación parcial del Congreso, los resultados pusieron -y sacaron- nombres de la carrera hacia las provinciales de 2023. A casi dos años de la próxima contienda, los dirigentes con expectativas para la gobernación estuvieron en el centro de la opinión pública.

El año de las peleas. El año de los quiebres. El año de lo inesperado. Son sólo algunos de los títulos que le caben al 2022 y que repiten sus protagonistas políticos. Los primeros meses estuvieron remecidos por la disputa dentro del oficialismo gobernante y terminó con un acuerdo que determinó que el gobernador Juan Manzur se mudara a la Casa Rosada y que el vicegobernador Osvaldo Jaldo lo reemplazara en el sillón de Lucas Córdoba. La previsibilidad quedó guardada para algún otro capítulo y la realidad le marcó a los políticos que conviene no hacer tantos planes a futuro.    

Manzur-Jaldo  

La mayor parte de la dirigencia coincide en que Manzur y Jaldo fueron los protagonistas del año. La áspera confrontación que mantuvieron entre marzo y septiembre movió el ambiente como pocas veces en décadas. Aunque algunos prefieren decir que “dinamizó” el año electoral, la pelea generó mucho más que eso y afectó también las definiciones en otros espacios.

A poco de comenzar su segundo mandato, la dupla gobernante comenzó una pelea subterránea por el poder. La sucesión en 2023 fue el telón de fondo de los desacuerdos: uno ya no puede ser reelecto y el otro quiere sucederlo.

El oficialismo se quebró en marzo. Los miembros del manzurismo y del jaldismo tuvieron que blanquear su pertenencia y durante seis meses no hubo grises. Se insultaron; se quitaron puestos y se denunciaron. La campaña previa a las PASO fue una exhibición de territorio, de recursos e influencias. En las urnas Manzur venció y Jaldo se acercó. La oposición de Juntos por el Cambio (JxC) acortó distancias y a las cabezas del Partido Justicialista (PJ) les quedó en claro que a Manzur sin Jaldo no le alcanza ni viceversa.

La polvareda no se había asentado y el escenario volvió a cambiar drásticamente. La derrota en el ámbito nacional golpeó al Gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El Presidente convocó a Manzur y esto lo forzó a lograr un acuerdo con Jaldo. Las horas de negociación e incertidumbre parieron una reunificación forzada en el justicialismo tucumano.

Desde entonces, el vicegobernador encabeza la gestión limitado por un Gabinete ajeno y por las decisiones conjuntas con su compañero de fórmula. Manzur, en tanto, con un ojo en Tucumán, capea la crisis en los pasillos porteños y se entusiasmaría con perfilarse como presidenciable. Aquí el oficialismo ganó las generales y mantuvo las bancas en juego. Pero la secuela de la interna fue la pérdida de 76.000 votos en relación a las Primarias.

Manzur y Jaldo repiten que la interna quedó en el pasado y que la división ya no existe. ¿Qué pasa con la dirigencia? Está incómoda y todavía se encuentra procesando lo que sucedió. Los cercanos a uno y otro consideran que la discusión por la sucesión sólo se aplazó.              

¿Qué se espera para 2022? En los vericuetos del poder adelantan que será un año preelectoral en el que los gestos se medirán milímetro a milímetro. Anuncian que las internas bullirán en municipios y comunas porque muchos se quedan sin la posibilidad de ser reelectos.

Jaldo afirmó que llevará adelante un Gobierno de transición que, aspira, sea ordenado; con un Estado muy “presente” para los vecinos y con novedades relevantes en materia de obras públicas. En el entorno de Manzur, en tanto, afirman que los planes son mantenerse dos años a la cabeza del Gabinete de Fernández y aportar la mirada del interior desde ese puesto trascendente. ¿Se sostendrá el acuerdo Manzur-Jaldo? Ese es el gran interrogante en las charlas de café y en los despachos. La moraleja de este año genera que nadie arriesgue aún una respuesta.  

Heterogéneos

El principal frente opositor también tuvo un año intenso. Distintas vertientes de los partidos que lo integran se ordenaron en tres listas que participaron de las PASO. El alfarismo y sus aliados -entre los que están espacios del PRO y del radicalismo, entre otros- lograron el mayor número de adhesiones para la nómina de senadores y la propuesta de la dupla Mariano Campero-Roberto Sánchez, junto al nuevo partido CREO, se impuso para la categoría de diputados. Atrás quedaron dos referentes radicales de experiencia en el Congreso como Silvia Elías y José Cano. La mayor parte de la campaña para las generales fue fragmentada y los espacios recorrieron la provincia por separado. El último tramo transcurrió en relativa armonía después de un entredicho en el Concejo de Concepción por la conformación de la línea sucesoria de Sánchez.

El contexto nacional y los buenos resultados de JxC en el país impulsaron un mejor resultado en noviembre. Para senadores, el Frente de Todos llegó al 41.52% de los votos y el armado opositor alcanzó el 39.28%. En diputados, la diferencia fue 42.15% a 39.9%.

Estos números entusiasman a los disidentes con la mirada puesta en 2023 ¿Cuál creen que es el mayor desafíos? Es unánime: superar los personalismos y mantener unido un armado con diferencias sustanciales entre sus integrantes.     

Al igual que en el oficialismo, la unidad también mostró hilachas ante diversos episodios, como la renuncia de Germán Alfaro a la banca como senador. En paralelo, se dieron discusiones internas en el plano nacional en la Unión Cívica Radical (UCR) y en el PRO, medulares de la estructura.

Los políticos de más experiencia consideran que por delante hay una oportunidad histórica, pero advierten que las dificultades son muchas ¿Quién podrá mantenerse y liderará el proceso hasta 2023? En general, algunos mencionan al peronista Alfaro y otros al radical Sánchez. Esa es la gran incógnita que atraviesa JxC.    

En las generales, en tercer lugar quedó Fuerza Republicana (FR), que hizo una buena elección con la dupla Ricardo Bussi-Josefina Bussi. En el cuarto se ubicó el Frente Amplio, una nueva alternativa que se identifica con el progresismo encabezada por el legislador Federico Masso. Y quinto, en tanto, llegó el Frente de Izquierda, que también tuvo internas, pero viene creciendo gradualmente y e hizo su mejor elección de la década.

Otros que mandan

Un apartado especial merecen otros aspectos que “mandan” en Tucumán. El primero es el “aparato”, que refiere a los recursos y estructuras, principalmente institucionales, con las que cuentan aquellos candidatos que ocupan cargos. La ventaja de los oficialismos es sustancial. Desde todos los sectores reconocen que son clave para recorrer el territorio y, sobre todo, para los domingos de elecciones que implican pago de fiscales y traslado de votantes, entre otros. También hubo denuncias, aunque no se formalizaron, de intercambio de votos por dinero. Los procesos de este año fueron de los más costosos que se recuerden, según confiesan off the record miembros de todo el espectro político. El segundo punto gravitante es la coyuntura nacional. La crisis del Gobierno de Fernández afectó a los oficialismos provinciales y, como contrapartida, el reverdecimiento de JxC fue beneficioso para los opositores tucumanos.

CASA DE GOBIERNO DE TUCUMÁN / FOTO DE ARCHIVO DE LA GACETA - JORGE OLMOS SGROSSO CASA DE GOBIERNO DE TUCUMÁN / FOTO DE ARCHIVO DE LA GACETA - JORGE OLMOS SGROSSO

22 protagonistas, 22 respuestas

Sebastián Murga (referente de CREO)

En Tucuman manda y va a seguir mandando la gente, que en las últimas elecciones dio su mensaje contundente. Estamos a pasos de cambiar la Administración oficialista de siempre y esto es irreversible. En 2023, ¡JxC o una coalición similar se hará cargo del Gobierno!

Alfredo Toscano (secretario de Obras Públicas capitalino-PJS)

Decir que alguien simplemente “manda” es naturalizar un modo de ejercicio de poder nada democrático. Tanto Jaldo en la Provincia como Alfaro en la Capital fueron elegidos y cada uno ejerce la autoridad que el pueblo legítimamente les ha delegado. De cara al 2023 está claro que Alfaro es el referente provincial más importante de la oposición.

Ricardo Bussi (legislador-FR)

En un sistema republicano no hay quien mande, sino quien gerencie los asuntos de Estado. En ese sentido, quien gerencia claramente hoy la provincia es Jaldo, que no se porta como un gobernador interino, sino como uno con todas sus potestades, porque define políticas e influye con sus presiones a los otros poderes. Convierten así a Tucumán en un feudo en donde los señores tienen a sus vasallos a merced.

Liliana Leiva (concejal capitalina- FR)

Quien tiene hoy la sartén por el mango es, sin dudarlo, el gobernador interino. Ni lerdo ni perezoso, lo primero que hizo fue poner como presidente de la Corte a su discípulo y amigo, Leiva. No contento con eso Jaldo fue por más y decidió, entre gallos y medianoche, avanzar contra las libertades y los derechos mediante el pase sanitario. El poder es bueno en política cuando se lo usa para el bienestar de la gente, no para beneficio propio.

Paula Quiles (concejal de Bella Vista-JxC)

Es difícil entender cómo está la relación política entre el gobernador en licencia y el interino. Durante casi un año los tucumanos fuimos testigos de la interna entre Manzur y Jaldo que preocupó a todos por sus efectos institucionales. Los tucumanos se expresaron en las urnas en un claro mensaje de hartazgo a gran parte de los políticos y sus intereses mezquinos. Hay otro futuro posible.

David Mizrahi (concejal de Capital-PJ)

Siempre después de unas elecciones queda demostrado que los que mandan son los ciudadanos. La aprobación o desaprobación de la gestión se refleja a través del voto. Los resultados marcaron la necesidad de repensar la gestión y realizar una autocrítica de toda la dirigencia política. Sin embargo, en Tucumán la gente revalidó en el peronismo la responsabilidad de conducir los destinos.

Sara Assan (concejal de Capital-PJ)

En Tucumán mandan los tucumanos, y lo hacen con la herramienta que nos da la democracia que es el voto para convalidar o no las gestiones de quienes gobiernan y de quienes ocupan cargos. Quien conduce cada espacio político que compite en elecciones es otra cosa: gobierna el espacio que gana elecciones y hoy gobierna el peronismo.

José Orellana (intendente de Famaillá-PJ)

Tucumán es gobernada por un doble comando. Manzur desde la Nación nos abre puertas y nos consigue recursos y Jaldo que, con prudencia, viene llevando la gestión de forma ordenada y con aciertos. Todo indica que lo que viene es hacer llegar la unidad a los dirigentes. El tiempo dirá si todos actuamos desde la buena fe. En Tucumán seguiremos teniendo un gobierno peronista en 2023.

Cristian Rodriguez (titular del Ente de Infraestructura-PJ)

Fue un año muy intenso en el peronismo tucumano porque tuvo una interna no sólo para elegir candidatos sino también que definió la conducción y el liderazgo político mediante Juan Manzur. De esa experiencia logramos el triunfo de las elecciones de término medio y podemos proyectar en el futuro, a partir de la unidad, un triunfo en 2023.

Teresita Villavicencio (ex diputada radical)

En democracia siempre manda la voluntad popular y, de acuerdo con los últimos resultados electorales, no hay un liderazgo contundente. En la provincia tenemos un Gobierno de interregno, no está claro el jefe del oficialismo. En la oposición, las PASO demostraron el equilibrio entre las listas de JxC. Si sostenemos la unidad, en 2023 seremos una opción.

Nadima Pecci (legisladora de Valores Republicanos)

Mientras algunos priorizan intereses y nombres propios para cuidar su “quintita”, en Tucumán sigue mandando la billetera del populismo nacional que, asfixiando la actividad privada, asigna recursos del Estado para manipular. Hoy el oficialismo se une en plazas como si no hubiera perdido, es hora de que la oposición deje los caudillismos que dividen para ganar en serio.

Rodolfo Succar (ex legislador socialista-Frente Amplio)

Tucuman, al igual que el país, tiene un sistema hiperpresidencialista. Es decir que el Ejecutivo tiene hegemonía sobre los otros Poderes. Aunque el gobernador Manzur tiene funciones en la Nación, cogobierna con Jaldo. Asimismo, no hay que desconocer referentes de ambos espacios que en el interior de Tucuman ejercen poderes locales con mucho autoritarismo, en especial en municipios y comunas.

Silvia Elías de Pérez (ex senadora radical)

Los que mandan en Tucumán son los tucumanos, pero la corrupción los dejó sin voz. Todo se hace por el costado, lo que es un derecho se otorga como si fuera un favor que hace algún puntero, el manejo del dinero de todos se sigue haciendo en oscuridad y la gente cada vez la pasa peor.

Graciela Gutiérrez (legisladora-PJ)

El pueblo tucumano es el que manda mediante el voto. En la provincia conducen Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, que son además el presidente y el vicepresidente del Partido Justicialista. Ambos toman las decisiones en conjunto.

Sandra Manzone (ex concejal capitalina- Coalición Cívica)

En Tucumán no manda una persona, sino que desde hace demasiados años impera una lógica de poder voraz que tiene capturadas y colonizadas todas las instituciones de la democracia, donde las personas son accesorias y transitorias. No es un fenómeno privativo del partido gobernante, en consecuencia nos sigue sumergiendo en la decadencia crónica en que nos encontramos.

Raúl Albarracín (legislador- PJS)

Manda el fracaso tras años de desgobierno que nos sometió en los peores indicadores que se tenga registro y la soberbia, ya que no se escuchan los reclamos de la sociedad. En la última elección esa sociedad demostró que quiere ser escuchada y anhela una vuelta de página para empezar una nueva historia. Se debe lograr gobernar para todos promoviendo estrategias de desarrollo, para lograr la dignidad de los tucumanos en donde -como dijo Esteban Bullrich- el consenso es primordial.

Pablo Macchiarola (cointerventor de la UCR)

En Tucumán el peronismo gobierna hace 22 años y la pobreza es de un 50%, el desempleo de un 15% y el empleo público creció un 75% en 14 años. Nuestra provincia tiene la segunda tasa más alta de homicidios de la Argentina y una inseguridad alarmante. La falta de rutas, puentes y autopistas atenta contra el desarrollo productivo. En 2021 el gobierno invirtió un 4% menos en educación que en 2020 y las escuelas se caen a pedazos. En 2023 comenzaremos a modificar esta decadencia con Roberto Sánchez gobernador de Tucumán.

Alejandra Arreguez (referente del PTS-Frente de Izquierda)

Mandan los dueños de las citrícolas, ingenios y las familias terratenientes. Los mismos apellidos se repiten en las boletas, nóminas de funcionarios y hasta en la revista Forbes como los Lucci, Budeguer, Rocchia Ferro, Luque, Colombres, Trápani. Toda decisión que se toma siempre es para beneficio de ellos. También la cúpula eclesiástica tiene gran influencia en la política. Por eso, exigimos la separación de la Iglesia y el Estado.

Lita Alberstein (referente del MST en el Frente de Izquierda)

Los grandes industriales del citrus y el azúcar son el poder real y permanente. El Gobierno y la falsa oposición de derecha, convertidos en nuevos millonarios, son sus representantes o socios. El peronismo está debilitado, es un gobierno fragmentado que aparenta unidad entre Manzur y Jaldo, pero por abajo sigue el enfrentamiento y el rechazo de parte de la población, que vive cada vez peor.

José Vitar (ex diputado-Frente Grande)

El régimen de acoples devino en un sistema político clientelista y poco transparente, donde el debate de ideas ha sucumbido bajo la prepotencia de millonarios aparatos electorales en manos de una oligarquía política sin alma ni sensibilidad, que domina la provincia. Urge una reforma política e institucional que acabe con los privilegios y la impunidad.

Gerónimo Vargas Aignasse (legislador-PJ)

Hay un gobernador en uso de licencia que es nada más y nada menos que el Jefe de Gabinete, la segunda autoridad más importante del Ejecutivo y en su lugar hay un gobernador interino que es la máxima autoridad en nuestra provincia. Tenemos un escenario extraordinario en el cual ambos dirigentes de manera conjunta y en permanente consulta definen los temas de fondo de la gestión. Hay un acuerdo de gobernabilidad que demuestra una gran madurez política, privilegiando la gestión y la agenda que nos reclama la sociedad.

Carlos Najar (intendente de Las Talitas-PJ)

La conducción política está ejercida por el Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y la gestión de Gobierno la está realizando el gobernador Osvaldo Jaldo. Es una cuestión particular al haber un corrimiento. Manzur tiene un rol fundamental en la Nación, al coordinar los ministerios, y esto beneficia a la Provincia en las gestiones.

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