¿Cómo nos afecta el acuerdo entre el FMI y la Argentina?

El analista Diego Martínez Burzaco analiza el impacto del posible entendimiento en los distintos sectores de la economía

Martín Guzmán y Kristalina Georgieva (FMI) Martín Guzmán y Kristalina Georgieva (FMI)

El Gobierno le pide al Fondo Monetario Internacional que el acuerdo se haga en base a un crecimiento sostenido. El organismo, a su vez, le reclama a la gestión del presidente Alberto Fernández que presente un plan económico plurianual que siente los principios para aquel crecimiento y, a la vez, se comprometa a cumplirlo para generar capacidad de pago de la deuda que la Argentina tiene con el Fondo. El problema central es la falta de credibilidad en el país por parte del mercado, debido a los constantes incumplimientos. Al Gobierno se le están agotando las reservas y espera que la cosecha del trigo le aporte, en el corto plazo, unos U$S 4.000 millones.

Frente a tanta expectativa, entre los agentes económicos viene creciendo una pregunta que está invadiendo hasta las charlas de café: ¿cuánto nos afecta o no un acuerdo entre la Argentina y el FMI? Diego Martínez Burzaco, Head of Research & Strategy en Inviu, responde que, más que un acuerdo, lo que más nos golpea en la vida diaria es la inestabilidad económica que el país arrastra desde hace varios años. Según el analista de mercado, un entendimiento por la deuda es una condición necesaria, pero no suficiente para aplacar los problemas estructurales de un país con altibajos en su economía. "Al FMI le tenemos que pagar unos U$S 37.000 millones entre el año que viene y 2023 y es una cantidad que Argentina no tiene. Entonces, hay que arrancar por alguna vía y la principal es terminar con esa incertidumbre que nos agobia", señala Martínez Burzaco, que vino a Tucumán para disertar en un encuentro organizado por Amauta Inversiones Financieras.

¿Por dónde arrancar?

El economista señala que el Gobierno nacional necesita dar señales de que no habrá un descalabro fiscal, que está dispuesto a abandonar la conducta de emisión de moneda para financiar déficit y diseñar un programa de convergencia para que la brecha cambiaria no se siga ampliando. De otro modo, será imposible que ingresen divisas. Estas medidas brindarían un mejor panorama para la macroeconomía. La economía argentina necesita inversiones privadas que puedan motorizarla y abandonar este escenario de estancamiento y elevada inflación, puntualiza.

¿Qué pasa con el mercado?

Las expectativas son crecientes porque los precios de los activos son de remate, aclara el analista consultado por LA GACETA. "Estamos observando que hay compras especulativas porque, en el fondo, no ha cambiado la situación. "Son inversiones meramente financieras, de corto plazo, aprovechando el momento y viendo qué es lo que puede pasar hacia el futuro", detalla.

¿Qué pasará con los ciudadanos de a pie?

Para este caso, puntualiza Martínez Burzaco, lo primordial es que aquella estabilidad se vuelque rápidamente en las expectativas. Mejorando ese escenario, la inflación marcará una tendencia a la baja y, por lo tanto, dejará de caer el poder adquisitivo de la sociedad. Claro está que para que esto sea posible se necesitan medidas adicionales que el experto en Mercado de Capitales llama pragmatismo económico. "Hoy no sabemos realmente cuánto vales las cosas y eso es lo que nos agobia diariamente, porque el dinero que tenemos nos alcanza para menos productos", sintetiza.

¿Qué nos espera a los argentinos pensando en 2022?

Martínez Burzaco expresa que observaremos un primer trimestre bastante duro porque, quiera o no, el Gobierno deberá buscar la manera de estabilizar las variables, tomando medidas con impacto socioeconómico. Esto, a su vez, puede aparejar más presiones inflacionarias en un contexto en el que continuarán las restricciones sobre el dólar. "Está en el Gobierno adoptar medidas que corrijan el rumbo, haciendo ciertos sacrificios y, así, vislumbrar un segundo semestre con mejores perspectivas económicas para el país", finaliza.

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