Metaverso: ¿qué hay detrás del cambio de nombre de Facebook?

Metaverso: ¿qué hay detrás del cambio de nombre de Facebook?

“Si lo hacemos bien, creo que durante los próximos cinco años más o menos ... haremos una transición efectiva de que la gente nos vea principalmente como una empresa de redes sociales a una empresa metaversa”. La frase de Mark Zuckerberg sobre las nuevas ambiciones de Facebook tuvo cierta relevancia en julio de este año cuando anunció cuáles serían los planes de la compañía a The Verge, uno de los medios más relevantes en materia tecnológica. Sin embargo, en los últimos días, el proyecto le imprimió verdadera popularidad sobre un concepto que quizás adoptemos para siempre: el “metaverso”. Si bien la visión de Facebook sobre este nuevo modo de conectarnos ya estaba explicitada hace algunos meses, los tiempos se aceleraron y todo parece indicar que la empresa instalará dicho término para explicar cómo dejará de ser solamente una red social para especializarse en mundos virtuales. Las especulaciones apuntan a la próxima conferencia anual Connect, la cual se celebrará el próximo 28 de octubre.

¿Pero qué es realmente un metaverso? La palabra es una combinación entre “meta” y “universo” y propone pensar la idea de una expansión del universo físico, tal cual lo conocemos. Los especialistas encuentran su origen en “Snow Crash”, una novela publicada en 1992 por Neal Stephenson en la que se refería a la convergencia entre la realidad analógica y la virtual, ambas conectadas a través de lo que hoy sería internet. La idea ya está presente en videojuegos muy populares como Fornite, Roblox o League of Legends, en los que usuarios de cualquier parte del planeta pueden compartir un mundo digital desde sus celulares. Allí pueden crear un personaje (o avatar), adquirir bienes y hasta construir verdaderos lazos sociales. Se arman equipos de trabajo, se buscan conseguir objetivos, hay victorias y derrotas.

Facebook entiende que la experiencia que hoy se vive en videojuegos puede exportarse hacia otros ámbitos sociales y por eso anunció un plan para crear 10.000 puestos de trabajo altamente calificados en la Unión Europea para desarrollar su proyecto del metaverso. Para ello, la empresa invertirá 50 millones de dólares para construir el universo en el que supuestamente comenzaremos a interactuar en el futuro. Los metaversos que hoy existen en los mencionados videojuegos son espacios estancos, es decir, funcionan solamente como entornos para dichos juegos. La idea de Facebook es que haya un metaverso global que conecte todas las experiencias que hoy vivimos en línea y que tengan su anclaje con el universo físico. Este proyecto, según publicó en los últimos días The Verge, motivará a que la empresa cambie su nombre y que Facebook solo quede referido para la red social. Hoy la compañía cuenta con diversos productos tales como Instagram o Whatsapp, pero también con otras unidades de negocio ya involucradas con la realidad virtual como Oculus, su división encargada de la fabricación de visores para disfrutar de experiencias en tres dimensiones.

Lo curioso de este ambicioso lanzamiento es que aún resuenan las acusaciones que se vertieron sobre Facebook luego de la filtración de documentos internos entre los cuales se reveló que la empresa sabía, entre otros aspectos, de los efectos nocivos en la salud mental de los adolescentes que provocaba Instagram. La política norteamericana fue el centro de debate de este escándalo cuando Frances Haugen, una exempleada de la red social, expuso en el Senado dichos informes. El hecho volvió a poner sobre el tapete la necesidad de mayores regulaciones sobre las redes sociales y la idea de que obligar a Facebook a dividir sus empresas supuestamente para reducir su poderío.

Por dicho motivo, hoy sobrevuela la inquietud de saber qué tan seguro es que Facebook o Microsoft lideren este cambio tecnológico. Pero además, ¿será este el inicio de un nuevo paradigma en las telecomunicaciones o estamos ante otro fracaso anunciado? Los mundos virtuales y las experiencias en 3D siempre fueron promesas que en muchos casos quedaron solo como utopías. Los anteojos de Google, Second Life y los televisores 3D son solo algunos ejemplos de productos que no maduraron o bien que ni siquiera llegaron a lanzarse. Veremos entonces, en los próximos años, qué tanto de “meta” o de “verso” tiene la nueva ilusión que Facebook nos promete.

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