Los tucumanos renovaron su fervor a la Virgen

Los tucumanos renovaron su fervor a la Virgen

Como cada año, fieles de toda la provincia se acercaron a rendirle tributo a la Virgen de la Merced. Una dura homilía del arzobispo.

UNA FIESTA. Las celebraciones comenzaron el día 23 a la noche y se extendieron hasta pasadas las 21 del viernes. UNA FIESTA. Las celebraciones comenzaron el día 23 a la noche y se extendieron hasta pasadas las 21 del viernes.

“¡Viva la Virgen”, se escucha a lo lejos por el centro. Ese grito (que se repite varias veces) rompe con la quietud de un viernes feriado en San Miguel de Tucumán. Pocos autos, casi nula circulación de gente, locales abiertos pero vacíos... La imagen es de casi desolación, excepto por un lugar: la calle 24 de septiembre es una fiesta. Es que ayer se celebró el día de la Virgen de La Merced, patrona y abogada de la provincia. Fue una fiesta, en la que el arzobispo, monseñor Carlos Sánchez, envió un duro mensaje a los gobernantes.

A diferencia de 2020, fieles de todo Tucumán y alrededores se congregaron para homenajear a la Virgen. El panorama es alentador y recuerda, casi, a los tiempos precovid. Hay vendedores ambulantes que ofrecen banderines o estampitas con flores, personas congregadas alrededor de la histórica imagen de la Virgen, algún adulto mayor emocionado hasta las lágrimas y también muchos jóvenes, movidos por la fe, que ayudan en la organización. Si nos olvidamos del barbijo que tenemos puesto, todo lo demás es como siempre: se respira y se vive la fe, una fe que se renueva cada año.

“La pandemia nos ha desconcertado”, afirma el arzobispo en su homilía. Habla de sufrimiento, fragilidad y dolor; todos esos sentimientos se disipan durante la fiesta. Los fieles sólo se regocijan en su Madre, y le agradecen por su incondicional compañía.

Pese al momento de jolgorio, Sánchez no puede pasar por alto la realidad actual. “Esta pandemia ha puesto al descubierto otras enfermedades sociales de nuestra patria: la falta de respeto por la vida en todas sus etapas y circunstancias, la prepotencia, las divisiones, las injusticias, las desigualdades, la indiferencia, la corrupción; que agravan la estructural y extrema pobreza de muchos hermanos; la violencia, los homicidios, suicidios y abortos, las adicciones u falta de oportunidades de educación y trabajo digno”, afirma contundente ante la presencia del gobernador interino, Osvaldo Jaldo. “No nos dejemos robar la esperanza, Dios está de nuestro lado”, insta a los fieles el sacerdote.

De nuevo en comunidad

A lo largo del día se realizaron siete diferentes misas en las que desfilaron devotos para agradecerle a su patrona, que presidió todos las celebraciones eucarísticas. El escenario estuvo montado sobre 24 de septiembre. “Se siente mucha emoción al volver a verla hoy. En mis ojos se puede ver”, dice Sara Domínguez, que sostiene una estampita de la Virgen y casi no puede dejar de mirar la imagen histórica de la patrona de Tucumán. Al ser consultada por LA GACETA, sus lágrimas empiezan a salir. No se puede contener. “Me emociona verla tan bonita, ver tanta gente, y volver un poco a la normalidad, porque estábamos privados de esto que es tan hermoso”, añade.

Los tucumanos renovaron su fervor a la Virgen

Por “esto”, Sara se refiere a la vida en comunidad, un eje del catolicismo. Recordemos que el año pasado la celebración de la Virgen de La Merced fue mucho más austera, con la basílica casi vacía y transmisiones en línea; la imagen fue muy diferente a la que los fieles estaban acostumbrados. “Tenemos hoy un camino más esperanzado, esperemos que podamos volver a la normalidad, con la ayuda de Dios y la Virgen”, espera la mujer, visiblemente emocionada aún por la convocatoria.

“Es una fiesta para ella y para todo el pueblo Tucumán, y es una alegría poder compartir la fe”, asegura Benjamín Gallo, también a pocos metros de la Virgen. “Esto (la fiesta) es un renacimiento de la fe, es abrazarla nuevamente. Porque estamos sanos, y estamos vivos, y hay que celebrarlo”, añade.

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