Por Rodolfo Casen
09 Junio 2021
DISTRIBUCIÓN. La provisión de alimentos contempla los casos de familias donde hay celíacos o diabéticos. LA GACETA / FOTOS DE OSVALDO RIPOLL
La segunda ola de Covid-19 castiga con rudeza al municipio de Aguilares, que acusa un repunte inquietante de contagios y obliga a la intendencia a reforzar la asistencia a las familias aisladas. A la vez, ante el desborde de infectados, la admnistración colabora con las tareas de testeos y de vacunación, que se han incrementado en las últimas semanas.
En estos días son 100 los grupos familiares confinados a los que se les suministra una vez por semana alimentos y productos de higiene. “El objetivo es evitar que tanto los contagiados como los contactos directos salgan a la calle a hacer compras o a trabajar a pesar de estar enfermos o ser sospechosos”, dijo la intendenta Elia Fernández de Mansilla.
La jefa municipal cree que la multiplicación de casos de la Covid-19 en Aguilares se vincula no sólo con las reuniones sociales, sino también con el movimiento de los cosecheros “golondrinas”. Entre ellos, particularmente, los obreros que trabajan en la zafra del limón. En muchos casos, urgidos por la necesidad de ganar el jornal, van a trabajar en las fincas pese a estar enfermos, multiplicando así los contagios.
“Uno les brinda la asistencia que necesitan para que no salgan, pero no se puede estar controlando si cumplen el aislamiento”, advirtió la intendenta.
Testeos y vacunas
En Aguilares por día se practican alrededor de 200 testeos, de los cuales un 30% resultan positivos. Es decir unas 60 personas en promedio. El hospital local tiene el 90% de sus camas para Covid ocupadas. Los casos graves son derivados a otros centros asistenciales más complejos.
“Estamos focalizados en esta crisis sanitaria que no nos da respiro. Nos tiene muy afligidos una cepa contagiosa y bastante agresiva. El hospital trabaja a full, al igual que los vacunatorios y los centros de testeos. Nosotros colaboramos testeando a unas 40 personas por día. Además, hemos desplegados unos 25 empleados en los vacunatorios. Es grande el esfuerzo logístico y económico que realizamos para contener esta situación”, insistió.
Solo ayer, hasta el mediodía, se había vacunado a 1.200 personas. La jefa municipal advierte durante los últimos días los casos de Covid-19 experimentan un amesetamiento, pero con cifras elevadas aún. “La gente comenzó a colaborar más. Ya no se la observa sin barbijos y las reuniones familiares se redujeron. Es lo que necesitamos para controlar esta emergencia”, expuso.
Enzo Fernández, uno de los encargados de la distribución de las ayudas a los aislados, dijo que el pico máximo de asistencia se registró hace un par de semanas, cuando debieron distribuir provisiones para 105 familias. En algunos casos, debieron proveer alimentos atendiendo las necesidades de personas con celiaquía o con diabetes, entre otras patologías.
“Este virus es tan contagioso que a veces una familia entera termina enferma. Es decir que la asistencia se prolonga por varias semanas porque cuando se recupera uno se contagia otro”, describió Enzo Fernández.
“El Siprosa nos notifica del caso positivo y nosotros hacemos el relevamiento de necesidades de la familia aislada”, explicó.
La intendenta precisó que la emergencia sanitaria afecta a todo el departamento Río Chico y por ello el municipio también colabora con algunas comunas destinando un equipo de detección de contagiados asintomáticos.
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