La cuestión electoral
La cuestión electoral

Un mes y medio sin intercambiar siquiera un mensaje de Whatsapp. La distancia entre el gobernador Juan Manzur y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, se mantiene. En el medio hubo oportunidades y “excusas” personales, institucionales y partidarias para retomar la comunicación. Pero no, no sucedió.Por estos días, ninguno tendría tampoco la intención de tomar la iniciativa, de acuerdo con dirigentes cercanos a ambos. Aunque en política todo puede cambiar en cuestión de horas, el impasse se extendería durante las próximas semanas.

Los gestos y las fotos de los líderes de la interna del oficialismo provincial hablan, de hecho, de actitudes que profundizan las diferencias: el manzurismo y el jaldismo apilan ladrillos en sus construcciones políticas con la vista puesta en las elecciones provinciales de 2023.

Precisamente, la cuestión electoral es bifásica: es el motivo medular del quiebre y puede ser el que eventualmente los reúna. Al menos, eso es lo que analizan los actores de distintos signos políticos, incluidos los peronistas.

La sucesión dentro de dos años es el trasfondo de la disputa, por un lado, y por el otro, que el justicialismo gobernante saque un buen resultado en la contienda de medio término de este año (aún sin fecha confirmada) es una inquietud local y una necesidad nacional.

Hay un concepto que funciona como máxima peronista y que repiten los dirigentes. Da cuenta de las prioridades que históricamente tiene el movimiento: se tira de la soga, pero no se la corta. Y esto se acentúa aún más en años de procesos electorales.

Gobernar y armar

En la Casa de Gobierno, la preocupación fundamental es la cuestión sanitaria y cómo equilibrarla con la económica. Consideran que el sistema sanitario está relativamente bien en el contexto de una pandemia y que el ritmo de vacunación es acorde a lo que permite la llegada de las dosis. También la inseguridad es un tema preponderante en la lista y la agenda de Manzur da cuenta de ello. El mandatario visitó el interior y distintas dependencias, como muestra de que se ocupa del asunto que desvela a los tucumanos.

De manera subterránea, el manzurismo también busca reforzarse, mediante la fidelización de distintos actores institucionales y políticos, como los comisionados comunales, concejales e intendentes. Fundamentalmente está apoyándose en el interior provincial.

En cuanto al año electoral, no hay confirmaciones. El favorito para liderar la lista de candidatos a senadores sigue siendo el diputado Pablo Yedlin. Mientras que entre los postulantes para la diputación estaría la legisladora Sandra Mendoza, esposa del intendente de Famaillá, José Orellana. Su sitio en la nómina se habría negociado a partir de la incorporación de los Orellana al manzurismo. Se cree que podría estar en el segundo lugar. El runrún en las últimas semanas fue que podría estar encabezada por el ministro del Interior, Miguel Acevedo. La estrategia sería lograr así que los “institucionales” (intendentes, delegados y concejales) del interior se encolumnen tras la lista y trabajen para reunir los sufragios que garanticen buenos números.

¿Por quiénes podría pedir la Nación? Aunque es muy pronto, especulan con que podrían solicitarse dos lugares, uno para cada Cámara. Los nombres que sonarían serían los de Marcelo Santillán, para la Baja, y Beatriz Mirkin, para renovar en la Alta.

Si bien no es una ocupación primordial, se conocieron gestiones para que dirigentes afines cubran algunos puestos nacionales. Trascendió que la Nación mantendrá la potestad de Manzur de ocupar los que quedaron vacantes tras el desplazamiento de representantes del jaldismo.

La primera oficina para la que se encontró reemplazo fue la delegación local de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT). El saliente Ramón Santiago Cano será suplantado por Luis Romano, titular en la provincia del Movimiento de Unidad Popular (MUP). El ex concejal de Alberdi venía manifestándose en contra del divorcio político y reclamando por recursos para la treintena de merenderos y comedores que sostiene su organización. Hace tiempo, había sido mencionado para el área de Aduanas y del Ministerio del Interior de la Nación, pero esas posibilidades luego se desdibujaron. Romano es secretario adjunto nacional del MUP, cuya cabeza es Federico Martelli, quien formó parte de la secretaría de Energía nacional y es cercano a Santiago Cafiero.

Otro que podría ser beneficiado es el ex ombudsman y reafiliado peronista Fernando Juri Debo. Tras ser protagonista inesperado del quiebre, encontraría un lugar en un cargo “importante”, probablemente en el PAMI.

¿Cómo ven lo que pasa en la vereda del frente? Lejos de irritar, la reunión Jaldo-Parrilli trajo tranquilidad. Al menos, eso dicen. Creen que es un seguro de que el jaldismo no jugará por fuera ni “sacará los pies del plato” en este año electoral. Reconocen que Manzur tiene más para perder si al PJ no le va bien en las urnas. Ven a Jaldo enfocado en su armado político, buscando a ex comisionados y ex candidatos que no están “contenidos” por el Ejecutivo.

Los legisladores de ese espacio ven con preocupación el avance del calendario y que aún no se haya resuelto el tema de los 1.138 contratos dados de baja.

Creen que podría haber pronto un encuentro Manzur-Jaldo, pero que lo que está roto ya no se repondrá. Están convencidos de que el vice perdió la oportunidad de ser el “bendecido” por el gobernador para la sucesión.

Viaje y “reciprocidad”

El postergado viaje de Jaldo a Buenos Aires se cumplió. Es el primero de carácter político que efectúa sin el gobernador. El vicegobernador pudo llevar “su versión” de la interna a oídos del kirchnerismo nacional. La reunión a solas con el senador Oscar Parrilli, uno de los hombres clave de la vicepresidenta Cristina Fernández, dejó tranquilo al jaldismo. Al margen de que el mensaje recibido fue que hay que priorizar y sostener la gobernabilidad local, Parrilli había sido enfático en la necesidad de hacer lo mismo con la nacional. El cómo es sencillo: trabajando en conjunto para lograr la mayor cantidad de senadores y diputados para lo que queda del mandato en la Casa Rosada.

¿Qué implica una visita al Instituto Patria? Un contacto con el cristinismo puro. Jaldo sabe que, estratégicamente, es apostar a un ala del Gobierno que no es afín a Manzur. El gobernador es, en cambio, una figura importante del presidente, Alberto Fernández, en el interior y en el PJ nacional.

El anfitrión en la institución, además, tampoco tuvo en el pasado consideraciones tan positivas sobre Manzur. De hecho, las últimas públicas de Parrilli sobre él fueron en este diario en noviembre de 2017, durante la visita de Cristina en pleno macrismo y luego de que el gobernador dijera que ella era un ciclo cumplido. “De Manzur tengo un buen recuerdo, porque fue un buen ministro (de Salud). Siempre se sonreía. También recuerdo que a Cristina no le gustaba porque era muy obsecuente a veces”, había dicho entonces con ironía.

¿Por qué es importante una foto con Parrilli? Porque es Cristina. Los que conocen la organización interna, lo consideran como uno de sus constructores políticos y aseguran que no hace nada sin su venia.

La vicepresidenta fundó el Patria (Pensamiento, Acción y Trabajo para la Inclusión Americana) en 2016. Ella es la presidenta honoraria y Parrilli, el titular. Inspirado en el Instituto Lula de Brasil, la idea es que funcionara como una usina de debate ultrakirchnerista y de generación de políticas públicas. Internamente, le decían “la embajada”, porque cobijó a dirigentes durante el macrismo y allí se gestó la vuelta al poder. Hay antecedentes de la “intervención” del Patria en una puja comarcana como la tucumana. Uno de los ejemplos es el de la interna Weretilneck-Soria en Río Negro.

¿Qué tucumanos tienen llegada a la organización? Hugo Cabral, Jesús Salim, José Vitar y Silvia Rojkés, entre otros.

Ahora, en la agenda de Jaldo figura pendiente una reunión con el titular de la bancada manzurista, Sergio Mansilla. El tema excluyente son los contratos. El encuentro, que es el segundo, podría concretarse mañana.

El jaldismo pediría reciprocidad en el acuerdo: rehabilitaría los puestos de trabajo si es que el manzurismo tiene un gesto similar. Sostienen que lo que esperan es que se renueven contratos que habrían sido dados de baja en dependencias del Ejecutivo y beneficios sociales que se abonan mediante la Casa Popular y que se restituya el código de descuento a la Mutualidad. También se habría recortado parte de los fondos que los Municipios afines al vice, Alderetes y la Banda del Río Salí, recibían como parte del Pacto Social. Era el destinado a pequeñas obras públicas, cuenta.

La fecha clave es el martes porque administrativamente el área de personal de la Cámara comienza la liquidación del mes de abril y, si no hay un acuerdo antes, los desvinculados perderían la mensualidad.

La disputa interna tendrá nuevos episodios en estas próximas semanas y se espera que el horizonte sigan siendo los procesos electorales.

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