El cáncer de cuello de útero puede ser eliminado del planeta

El cáncer de cuello de útero puede ser eliminado del planeta

Prevenir no sólo es posible, es sencillo. Sin embargo, la mortalidad se sostiene. Volver a los controles.

PREVENCIÓN. La vacuna contra el VPH y los controles son las herramientas. PREVENCIÓN. La vacuna contra el VPH y los controles son las herramientas.

En plena pandemia de covid-19 (noviembre de 2020), la OMS nos recordó que hay otras enfermedades que podemos prevenir y borrar del mapa, incluso si se llaman cáncer, y como primer objetivo planteó reducir, para 2050, más del 40% de los nuevos casos del cáncer de cuello de útero (CCU) y evitar 5 millones de muertes relacionadas con ella (se calculan más de 311.000 por año). Y se puede, porque la realidad es que hay herramientas para que ninguna (¡sí, ninguna!) de esas muertes se produzca: vacuna, testeos rápidos y métodos de diagnóstico precoz (se conoce como prevención secundaria) que permiten la curación.

Los datos de 2019 indicaban que en Tucumán morían entre 60 y 70 mujeres por año, y la pandemia llevó a que bajaran mucho los controles y los testeos, así que casi con seguridad esas cifras han subido.

“Las mujeres se siguen muriendo; y cada vez más jóvenes, porque la iniciación sexual es más temprana” destaca preocupada Sandra Forneris, especialista en virus de papiloma humano (VPH) e integrante del consultorio de patologías cervicales y colposcopía de la Maternidad. “Y se enferman y se mueren en silencio, porque el origen de la mayoría de los casos es una infección con VPH, un virus de transmisión sexual, y eso genera tabúes y estigmas”, resaltó.

Enfrentar la raíz

Cosa infrecuente en el cáncer, en el caso del CCU se conoce la causa, al menos del 90% de los casos. Se trata de algunas cepas de este virus, que es muy frecuente. “Casi todas las personas con vida sexual activa en algún momento de la vida lo contraen”, señala el jefe del servicio de Oncología del Centro de Salud, Juan José Zarbá. “En la mayoría de los casos desaparece sin manifestaciones. Sólo en muy pocos casos, alrededor del 5%, el virus se torna persistente”, añadió. Y si persisten las cepas oncogénicas (es decir, generadoras de cáncer) del virus, en el largo plazo las lesiones que causa pueden derivar en tumores, explica. Pero hay un gran margen para que eso no ocurra, y contando con ese margen (hasta 10 años) es que, entre todos, podemos eliminar el CCU.

Herramientas disponibles

La técnica para detectarlo en temprano está disponible desde que en 1940 la desarrolló Georgios N. Papanikolaou, médico griego pionero en citopatología. “Y sigue tan vigente como entonces -destaca Forneris-; luego se sumó la colposcopía (examen de la vagina y del cuello del útero con un aparato óptico que amplifica imágenes). Y son irremplazables para detectar lesiones y saber si son malignas”.

Pero también se puede actuar antes de la aparición de lesiones. “La primera es la vacuna, en el calendario desde 2011 para las niñas de 11 años (los varones se sumaron en 2017), con resultados muy buenos: 10 años después (esas niñas tienen 21), se observa importante disminución de las lesiones de bajo grado -añade Forneris-. Aún falta tiempo en el país para poder confirmar su eficacia en lesiones de alto grado, pero en Nueva Zelanda, que fue pionera, hubo una importante baja de las lesiones más graves”. El problema entre nosotros no es la eficacia sino la administración: “sigue costando mucho lograr la adhesión, en especial a la segunda dosis, que deben recibirla, nenas y varones, seis meses después de la primera. Y la situación se agravó con la pandemia, ya que las escuelas eran sitios claves para la vacunación”, resalta Forneris.

Test de VPH

“También hay disponible un autotest que detecta presencia de cepas oncogénicas del VPH -agrega Zarbá-. Por medio de un hisopo que se entrega dentro de un tubo cada persona puede tomarse una muestra de células del cuello uterino; si esa muestra da negativo para VPH, no es necesario el Papanicolau”.

Las pruebas y la vacuna están disponibles en el sistema de salud; sólo falta que todos y todas hagamos lo necesario, también -en realidad, más que nunca- en pandemia.

Controles irreemplazables

“La vacuna protege de virus que causa la mayoría de los casos, pero no del cáncer; y si bien es cierto la protección es muy alta (si se completan las dosis) hay un margen de riesgo. Por eso es muy importante que todas las mujeres hagan los chequeos anuales; los centros de salud  y los trailers sanitarios de la Provincia están trabajando en ello”, destacó Forneris. 

Para acceder a los servicios de detección y al mismo tiempo evitar aglomeraciones, pedir turnos al 0800 -4444- 999, de Salud Escucha, de 7 a 19 y de lunes a viernes. “Si se detecta que es necesaria alguna intervención, desde allí se harán las derivaciones”, añadió.

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