Para la nueva ley se debe oír a los que saben

Para la nueva ley se debe oír a los que saben

Las idas y vueltas que genera la situación de los biocombustibles en el país y el vencimiento, este año, de la Ley N° Ley 26.093 (Regulación y Promoción de Biocombustibles), de 2006, mantienen en vilo a todo el sistema sucroalcoholero regional y nacional. Esta actividad tiene para el NOA y para Tucumán una importancia económica y social tan grande que debe ser considerada por los Gobiernos.

Según Wikipedia, el etanol es un compuesto químico obtenido a partir de la fermentación de los azúcares, que puede utilizarse como combustible, solo o mezclado en cantidades variadas con gasolina. Su uso se ha extendido principalmente para reemplazar el consumo de derivados del petróleo.

El combustible resultante de la mezcla de etanol y de gasolina se conoce como gasohol o alconafta.

El etanol también se utiliza cada vez más como añadido para oxigenar la gasolina normal, remplazando al éter metil tertbutílico (MTBE), responsable de una considerable contaminación del suelo y del agua subterránea.

Como fuente para la producción de etanol en el mundo se utiliza fundamentalmente biomasa. Este etanol es denominado bioetanol, debido a su origen.

El etanol es un combustible que puede producirse a partir de un gran número de plantas, con una variación del rendimiento entre el combustible consumido y el generado en dicho proceso, según el producto agrícola que se utilice.

La producción del bioetanol procedente de la caña de azúcar actualmente viene chocando con algunas cuestiones negativas. Por un lado, el producto de desecho final de la destilación: la vinaza. Por otro, la falta de rentabilidad que hoy tiene la producción del bioetanol por cuestiones económicas: un aumento de los costos de producción y la fijación de un precio del producto que no favorecería continuar con las inversiones necesarias para cumplir con los cupos fijados para la mezcla obligatoria con las naftas provenientes de hidrocarburos.

Tal consternación genera el vencimiento de esta ley y, por ende, la eventual promulgación de una nueva, que el Ministerio de Desarrollo Productivo de Tucumán se manifestó al respecto en LA GACETA con cierta preocupación, ya que la nueva ley de Biocombustibles -se encuentra en etapa de borrador- podría ser perjudicial para la provincia.

El flamante ministro, Álvaro Simón Padrós, se mostró esperanzado en que ahora se apruebe una prórroga de la actual ley, que vence en mayo, para que haya más tiempo para discutir una nueva norma. El funcionario hizo hincapié en que espera que el Gobierno nacional permita la participación de las provincias en la elaboración de la nueva ley, para que se tengan en cuenta todos los puntos de vista.

En esto están también presentes la Legislatura tucumana y el sector sucroalcoholero, que de manera mancomunada piden a la Nación una ley beneficiosa para la provincia y para la región.

Es necesario que la sanción de una nueva ley de biocombustible garantice la producción de este mediante una adecuación del régimen de promoción, de una fórmula de determinación del precio del bioetanol, con el objetivo de garantizar que se cubran los costos de producción, que tenga una rentabilidad razonable y que den un marco de seguridad jurídica para incentivar la inversión.

Los biocombustibles en el mundo son considerados un recurso estratégico; y en el caso nuestro es totalmente adecuado para el desarrollo real de nuestras economías regionales.

Resulta prioritario que no se siga dilatando la concreción de una nueva ley de biocombustibles acertada para el crecimiento económico y social, y ambientalmente adecuado a las actuales circunstancias es prioritario.

Seguir dando vueltas sólo generará más perjuicios económicos y una verdadera inseguridad jurídica para quienes invirtieron para la producción de etanol, desalentando de manera abrupta la inversión en el sector.

Es esperable que las autoridades nacionales revean todo lo actuado en relación a la nueva norma, y que la propuesta que llegue al Congreso nacional sea consensuada por todo el sector político, económico y productivo, para que se generen condiciones claras para reactivar y afianzar la inversión para el crecimiento de esta actividad es pos de producir biocombustibles.

Brasil es un claro ejemplo del camino a seguir, y la Argentina y nuestra región tienen las condiciones agroecológicas necesarias para producir la biomasa indispensable para los biocombustibles.

Todos esperamos que se tomen las decisiones correctas.

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