
BARBIJOS TRANSPARENTES. La opción se analizó en Tucumán, pero fue rechazada por personas sordas.

“Las personas sordas utilizan mayormente la lengua de señas para comunicarse, que es viso gestual, es decir que necesitan ver manos y gestos al hablar. Si interactúan con oyentes es necesaria la lectura labial para descifrar lo que quieren decir, pero el uso de tapaboca hace imposible la comunicación ya que no se logra entender el mensaje”, afirma Melisa del Moral, psicóloga e intérprete de señas de la Asociación de Sordos.
El simple hecho de salir a la calle para hacer un trámite, ir al súper, realizar las compras en los negocios o la necesidad de comunicarse por cualquier motivo se convirtió en una complicación más para las personas sordas que saben leer los labios, ya que el barbijo impide hacer uso de este recurso. Deben ir siempre acompañadas o pedir inevitablemente a la otra persona que se saque el tapaboca para poder comprender, con el riesgo de contagio que esto implica.
Las profesoras Silvia Santurio, directora del Servicio Educativo Primaria Especial (SEPE), y Viviana Nasir, directora del Servicio Educativo Integral Secundario Especial (Seise) de la Escuela para Sordos e Hipoacúsicos Próspero García junto a Martín Blanco, referente sordo, expresan: “Si el tapaboca llegase a ser transparente también es incómodo porque al empañarse es molesto para quien lo usa e igualmente no pueden verse con claridad los labios”.
“Cabe destacar que la comunicación no sólo requiere de lectura labial sino principalmente del uso de la lengua de señas, que no implica únicamente mover las manos, necesita el acompañamiento de expresiones corporales y faciales que completan y enriquecen el mensaje”, especifican.
Medidas tomadas
Las docentes afirman que la Dirección de Educación Especial del Ministerio de Educación pensó en los barbijos transparentes para favorecer la comunicación, sin embargo, las personas sordas consultadas en su momento expresaron su desacuerdo y se mostraron a favor usar máscaras para ver mejor los rostros y lograr, de esa manera, una comunicación más fluida.
“Nuestra institución y diferentes agrupaciones de sordos, como así también la Asociación de Sordos, publicamos información en lengua de señas, que es compartida en las redes sociales para darle una mayor difusión y permitir a los miembros de la comunidad acceder a estos datos y toma los recaudos necesarios”, explica Santurio.
Del Moral asegura: “Se pudieron utilizar canales virtuales para estar en contacto, como videollamadas mediante Zoom o Meet, así las personas sordas pudieron enterarse de la situación sanitaria que atravesamos, porque actualmente ningún canal de televisión cumple con la ley que obliga a los medios audiovisuales a contar con intérpretes de lengua de señas en los noticieros”.
Tomar conciencia
“En general, no sólo por la pandemia, la gente desconoce y no contempla a la comunidad sorda. En ningún lugar al que vayás se encuentran intérpretes, ellos deben conseguirlos y llevarlos para cualquier trámite común. No hay personas especializadas, sumado al barbijo es casi imposible para ellos comunicarse sin ayuda”, señala Del Moral.
La especialista hace hincapié en que el estudio de la lengua de señas por parte de la sociedad en su conjunto sería ideal para una mejor integración de sordos e hipoacúsicos, ya que esta es en sí la lengua propia de esta comunidad. Es importante remarcar que aún entre ellos, no todos saben leer los labios.
“La sociedad desde hace un tiempo viene aceptando y promoviendo una mejor comunicación con las personas sordas, desde el Ministerio de Educación se dieron diferentes capacitaciones a agentes de la administración pública para favorecer el acceso de la persona sorda en los diferentes ámbitos. De esta forma, el uso del barbijo quedaría como algo secundario que no impediría la comunicación”, acota la profesora Santurio.
Es importante visibilizar y que la sociedad se cuestione también acerca de las problemáticas y limitaciones que deben afrontar estas personas, que, si bien representan una proporción pequeña de la población, forman parte de la comunidad tucumana y muchas veces son excluidas por la falta de información y la ausencia de medidas de integración.
(Producción periodística: Mariana Ávila)







