El peligro de las burbujas deportivas pinchadas

El peligro de las burbujas deportivas pinchadas

Las llamadas burbujas son un sistema vigente en uso en el deporte nacional para poder reanudar actividades en un marco controlado y sujeto a las disposiciones sanitarias por la covid-19. Se las ha visto en varios formatos, con distintos alcances y metodologías. Pero hay algo en lo cual empieza a notarse una relajación, con el peligro que esto conlleva. Los propios protagonistas se han referido, con creciente insistencia, a la pérdida de rigor para cumplir con los alcances de las medidas que solicitan las autoridades de cada provincia.

Como si se tratara de distintos países en uno solo, en la Argentina, para hacer deportes, en los últimos meses se han tomado distintas varas. Sólo así puede entenderse que, mientras hay sitios activos con determinados protocolos para la práctica de actividades deportivas, en otros, a veces cercanos, pero de otra jurisdicción provincial, el freno se mantiene. Ni las burbujas más estrictas parecen ser aptas para una habilitación.

LA GACETA publicó en los últimos días material que reproduce el malestar de deportistas y dirigentes. Una de las voces más firmes fue la de Darío Gasco, el múltiple campeón de mountain bike. “Somos cada vez más los tucumanos que salimos a competir en otras provincias. No se puede entender que en Tucumán todavía no podamos correr. Desconozco cuáles son los argumentos por lo que no están habilitando las pruebas, pero me parece muy extraño todo”, dijo el concepcionense. En la práctica, en Salta, La Rioja, Catamarca y Córdoba se está corriendo con protocolos, cuya puesta en práctica difiere.

Las mismas preguntas de Gasco se hacen en general otros deportistas tucumanos. Vale recordar que, desde las esferas oficiales, hubo un adelanto de lo que sucederá en Tucumán: la ministra de Gobierno y Justicia, Carolina Vargas Aignasse, y el subsecretario General de la Gobernación, Pedro Sandilli, recibieron a representantes de varios disciplinas deportivas. Fueron ellos quienes vaticinaron que el regreso a las competencias se programará para después del inicio de las clases y que no se descarta la unificación de todos los protocolos en uno.

En este tira y afloja que produce un desgaste a autoridades, dirigentes y deportistas hay verdades que no se pueden soslayar. Una de ellas es que, cualquier habilitación, genera un efecto indeseado que responde a nuestra preocupante condición de sociedad transgresora. Dicho en pocas palabras: se hace lo cada uno quiere, incluso con la anuencia de quienes deben controlar.

Quizás uno de los mayores llamados de atención lo haya dado Pablo Cerisola, presidente de Tucumán de Gimnasia. El club tucumano fue a disputar, en una burbuja en la localidad cordobesa de Villa María, la Liga Nacional Masculina de Voley. Pero terminó retirándose antes de tiempo debido a un caso positivo de coronavirus detectado en el plantel. El dirigente fue directo: “está claro que esto no fue una burbuja. Había mucha flexibilidad. En nuestro país es imposible organizar una burbuja con 30 equipos. Es verdad que había controles en la cancha, pero también es cierto que los integrantes de cualquier plantel salían de los hoteles para comprar en los kioscos. Incluso los empleados de los hoteles se van a sus respectivos domicilios, están con sus familiares, y, al día siguiente, vuelven para tener contacto con los jugadores y cuerpos técnicos”, reveló.

Otro punto delicado es el que describió Cerisola acerca de que, pese a que el plantel tucumano estaba en el mismo hotel que otros -con lo cual hubo un contacto estrecho con el contagiado-, el torneo se siguió jugando cuando se debió al menos suspender actividades, hacer controles y recién entonces decidir cómo continuar. Lo ocurrido es, desde todo punto de vista, un desatino y devuelve un crudo cuadro de lo que está sucediendo.

Todos sabemos que este virus forma parte de la realidad que vive el mundo hoy. Y todos entendemos que debemos saber cómo adaptarnos a él. Situaciones como las planteadas (la falta de responsabilidad e inoperancia de los organizadores, y el poco apego en general de los protagonistas a las normativas) no hacen más que dar la razón a las autoridades en aquello de obrar con mesura. Que vuelva el deporte, pero que lo haga en condiciones seguras, es el anhelo general.

Esta nota es de acceso libre.
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