La historia de un niño soldado que remite a muchas guerras cotidianas

La historia de un niño soldado que remite a muchas guerras cotidianas

“Selva” cuenta la captura de Joao y su transformación en un entorno plagado de violencia y brutalidad. Entrevista al guionista.

VIVIR SIENDO OTRO. Si quiere sobrevivir, Joao no tiene más opción que transformarse en un niño soldado. VIVIR SIENDO OTRO. Si quiere sobrevivir, Joao no tiene más opción que transformarse en un niño soldado.

Dentro de la tragedia de una guerra, uno de los capítulos más brutales es el de los niños soldados. “Selva” retrata esa realidad que se vive en múltiples territorios, donde la violencia y la muerte son habitantes cotidianos. Lo inhabitual es que la producción es argentina, lo que permite una mirada sobre esa situación alejada de la propia experiencia directa vivencial.

El propio nombre del filme refiere a la transformación del personaje principal, Joao (de apenas 11 años), que pasa a llamarse Selva por decisión de sus captores. Para el guionista correntino Luigi Serradori, la trama excede lo bélico para situarse en un terreno más amplio y temiblemente cercano. “La guerra que él vive la entiendo como una metáfora sobre cualquier situación de violencia extrema que pueda vivir un ser humano: la pobreza, el hambre, la agresión sistemática ejecutada desde los poderes sobre un cuerpo, pueden leerse como ramificaciones de lo que podríamos llamar ‘la guerra’”, sostiene en un diálogo exclusivo con LA GACETA.

- ¿Cómo te llegó la propuesta?

- Con el director, Iñaki Echeberria, nos conocimos filmando la miniserie “Pueblo que fue”, que se rodó en Monte Caseros, donde yo vivo. En ese momento, me habló de una historia que tenía basada en un cuento de Horacio Quiroga, donde estaba el elemento de la selva como contexto. Yo parto de aquel bosquejo e introduzco la línea argumental de Joao, el niño protagonista. Nos presentamos al concurso Raymundo Gleyzer en 2015, pasamos esa instancia y en las clínicas de guión, producción y dirección que brinda el Incaa nos sugirieron que sigamos la historia de Joao, porque de lo contrario corríamos el riesgo de intentar contar una historia demasiado extensa; iba a volverse imposible.

- ¿Cuándo se hizo la película?

- Se rodó en 2019, pero su estreno quedó atado a la situación pandémica. Final y felizmente pudimos estrenarla y está en el catálogo de Cine.ar, en forma gratis hasta el viernes y luego con una entrada muy accesible.

- ¿Por qué elegiste esa trama?

- En mi escritura, el tema de la infancia violentada o en situación de riesgo siempre está latente. De manera directa o indirecta, este elemento muchas veces emerge, ya sea en obras de teatro o en guiones. “Pueblo que fue”, la serie que escribí con Mauro Santamaría, es un ejemplo. En “Selva” nos propusimos contar la historia de un niño que es arrancado de su familia y de su comunidad, y llevado por un grupo de soldados que lo inician en sus prácticas de guerra, decididamente machistas y misóginas. Viendo la película en retrospectiva, su historia arroja ciertas nociones acerca de cómo, cultural e históricamente, se constituye y distorsiona la identidad de un niño.

- ¿Cómo es la transformación de Joao a Selva?

- Joao, en principio, se ve forzado a adaptarse a un determinado contexto de desarraigo y violencia. Entiendo que se tiene que adaptar para sobrevivir, pero él no solo se adapta, sino que además comprende que debe aprender de esa violencia, asimilarla, atravesarla, para después tomar una decisión sobre sí mismo. Mientras escribía el guión me preguntaba si realmente un niño podía soportar tanta crueldad, abuso, enajenamiento y siempre me terminaba resultando una pregunta bastante torpe. Si nos guiamos por las estadísticas de nuestro país y del mundo, en donde más impacta el hambre, la violencia y el abuso es en las infancias.

- El antagonista de Joao es Estanislao, quien lo captura. ¿Existen muchos cerca nuestro, disfrazados con otros trajes?

- La mayoría de los políticos y empresarios del país y del mundo. Ahí están los verdaderos depredadores de la condición humana. La violencia siempre responde a una orden, a un poder oculto. Los que la ejecutan generalmente son la mano de obra barata de los ideólogos de la violencia. Hay distintos grados de responsabilidad que habilitan estas tragedias y quienes excusan este tipo de comportamientos por la lógica de que el capitalismo debe ser cada vez más brutal, son los Estanislaos de la sociedad.

- ¿De qué forma se puede impedir que estas tragedias se repitan?

- No tengo idea. Con consciencia, quizás, si es que todavía existe. Desde el arte, lo único que podemos hacer es visibilizar el dolor del otro, mostrarlo sufriente, nombrarlo para que exista, y esto ya es un paso.

- Mayormente sos teatrista. ¿Qué está pasando en Corrientes en el teatro?

- El teatro no existió durante 2020 en todo el país, estuvimos muertos y sin posibilidad de producir. No hubo ni hay apoyo oficial en mi provincia ni logramos que nos habiliten desde el comité de crisis nuestra sala para volver al ruedo. Sí recibimos el apoyo del Instituto Nacional de Teatro desde el plan Podestá para salvar los gastos del espacio.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios