Por Gustavo Frías Silva
12 Diciembre 2020
Proteger el suelo, para que el futuro sea real
Los cambios climáticos plantean el desafío de extremar las medidas para cuidar ese recurso clave para la vida, ya que todo alimento se genera a partir de él. En el NOA debe motivarse la rotación de cultivos con granos, pero con medidas por parte del Gobierno, que impliquen un incentivo para el ruralista: esa producción debe ser considerada economía regional.
El suelo es el soporte de toda la vida que se da en el planeta y debe ser cuidado para que las generaciones venideras puedan procurarse alimento y vida en todo sentido de la palabra. Pero a raíz de los graves problemas climáticos que se vienen dando a raíz del calentamiento global, entre los principales perjudicados no sólo está el hombre, sino también el suelo y la naturaleza toda.
Con el calentamiento global, que es la elevación de las temperaturas debido a las emisiones de gases de efectos invernadero, se provoca mucha inestabilidad ambiental, lo que provoca diversos fenómenos climáticos que perjudican al suelo.
Este breve comentario, y las reflexiones de Daniel Ploper, que se publican en esta edición, solo pretenden recordar la importancia del recurso suelo, ya que el 5 de diciembre se celebró el Día Mundial del Suelo.
Esta conmemoración surge como una iniciativa de la Unión Internacional de las Ciencias del Suelo (IISS), que en 2002, mediante una resolución, propuso ese día para la referida conmemoración, con el fin de resaltar la importancia del suelo como un componente crítico del sistema natural y su contribución vital al bienestar de la humanidad.
Historia
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) respaldó el establecimiento formal del Día Mundial del Suelo como una forma de incrementar la sensibilización a nivel mundial.
Es por ello que la conferencia de la FAO, en junio de 2013, apoyó de forma unánime la celebración de este Día y pidió que se adopte oficialmente durante el 68° período de sesiones de la Asamblea General. En diciembre de ese año, este órgano de las Naciones Unidas declaró el 5 de diciembre Día Mundial del Suelo y 2015, el Año Internacional de los Suelos.
Desde 2012, la FAO y la Alianza Mundial por el Suelo organizaron eventos para celebrar este importante día que fue recordado en todo el mundo durante la semana que pasó.
Tener presente la importancia de cuidar el recurso suelo resulta fundamental, ya que el futuro de la alimentación pasa por este concepto y los productores deben seguir el camino de conservarlo.
A raíz de ello siempre debemos tener en cuenta que mientras no hagamos nada para evitar más desequilibrios en el ambiente y en los suelos, los efectos negativos seguirán dándose año tras año.
Resulta importante decir que el sector agropecuario regional y nacional tiene desafíos diversos y numerosos para poder seguir mejorando la forma de producir, ya que los aportes dados desde hace tiempo atrás -la siembra directa, menor uso y mejores agroquímicos, menor uso de agua y la utilización de mejores semillas genéticamente modificadas para su mejor adaptación en cada región- no resultan suficientes y muchas veces un inadecuado manejo de estas herramientas termina siendo muy perjudicial.
Decisiones políticas
Es importante que en el NOA se sostengan y se impulse a un mayor uso de las rotaciones con el cultivo de maíz para mejorar el sistema productivo, pero para que el productor siembre deben generarse de manera permanente diversos incentivos.
Resulta necesario la toma de decisiones políticas que fomenten su cultivo, ya que el cultivo de granos en esta región -a raíz de sus condiciones agroclimáticas y geográficas- debe ser considerada economía regional, y que la producción de este cereal estival tenga incentivos que impulsen al hombre de campo a producirlo.
Otro aspecto fundamental a considerar -que en el caso de nuestra provincia resulta vital- es seguir trabajando en fomentar de manera muy precisa el adecuado manejo y la conservación de las cuencas de alta montaña, evitando el desmonte en zonas de altura y de pendiente donde el bosque o los montes funcionan como esponjas que absorben el agua de lluvia y evitan las escorrentías.
Como dicen todos los técnicos e investigadores que conocen a profundidad la importancia vital del suelo, este recurso permite sostener todo tipo de actividad agropecuaria para producir alimentos por lo que debe ser protegido con el uso de prácticas y de técnicas de producción sustentables, que permitan que el futuro de generaciones venideras sea real y puedan seguir produciendo.
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