Las familias discuten si ir o no a los actos de colación

Las familias discuten si ir o no a los actos de colación

El ministro dijo que no será obligatorio.

El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer. El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer.

Emilia Ahumada saltó de alegría cuando se enteró de la disposición ministerial de realizar el acto de colación de grado de manera presencial: “este año venía siendo un bajón para todo 6° año. Perdimos muchas cosas: Bariloche, la última semana del colegio, tantas cosas ... Que podamos hacer el acto presencial es una gran noticia, no solo por la ceremonia, que en mi colegio es hermosa y emotiva, con antorchas ..., sino porque nos vamos a reencontrar todos, los alumnos, los profesores y los preceptores”.

La voz de Emilia, del colegio Santa Rosa, resuena estusiasta. Representa a la mayoría de los alumnos, con muchas ganas de reencontrarse después de tantos meses. Pero no todos los padres están de acuerdo. En cuanto a los sindicatos docentes ninguno aprueba la medida. Aunque el ministro Juan Pablo Lichtmajer aclaró que no será obligatorio asistir. Los actos de colación de grados presenciales serán únicamente para los alumnos del último año de la primaria y de la secundaria. Si bien el protocolo no fue aprobado por el COE todavía, el tema ya se discute en el seno de las familias.

Carolina Ascárate y Mili, su hija de 17 años, esperan con ansiedad la ceremonia: “Me muero por volver a ver a mis compañeros y estar con ellos por lo menos por una última vez ya que cada uno seguirá un camino diferente”, dice emocionada la adolescente. “No sé si me podría contener en darles un abrazo. Va a ser un momento de tanta felicidad y tristeza al mismo tiempo...”, confiesa.

“Yo creo que cada colegio tendrá su protocolo. Sería hermoso poder hacer este acto porque nuestros hijos están tan ilusionados por cerrar un ciclo en sus vidas. No tengo miedo, todo es cuestión de responsabilidad”, advierte su madre.

“Tengo sentimientos encontrados” reconoce Eugenia Alberti, mamá de Salustiano, que acaba de cumplir 12 años. “Creo que es importante para ellos encontrarse y tomar conciencia del cierre de un ciclo. Pero a la vez me da temor, porque por más que se tomen las medidas necesarias para el protocolo, no creo que por la emoción se vaya a respetar”.

En cambio Salustiano tiene sus razones para pensar que es mejor que el acto sea presencial: “si lo hacemos virtual a alguno se le puede cortar internet y se perderá el acto. Además así nos podemos ver la cara, no como ahora que solo miramos la pantalla. Pienso que en el acto los padres están sentados en el teatro de mi escuela y que nosotros recibiremos el diploma y un fuerte abrazo de la directora”, imagina.

Juana Gutiérrez, mamá de Josefina, de 11 años, de la escuela Alberto García Hamilton, no está del todo convencida: “yo tengo miedo porque hay muchas familias con covid. Pero la verdad es que no sé qué pensar; mi hija está muy ilusionada con el acto, pero a mí me da temor. Ella no salió nunca de la casa durante la pandemia, las dos nos cuidamos mucho”.

En cambio, Josefina está feliz: “me puse contenta porque voy a reencontrarme con mis compañeros. Prometo que voy a cumplir todas las normas para poder cuidarnos sin que deje de ser un acto emotivo y feliz”.

A Mariana Dato, mamá de Bautista, de 11 años, el tema no le agrada: “un acto presencial de egresados suena incongruente con el desarrollo del ciclo lectivo 2020. Tuvimos celebraciones virtuales de todas las efemérides. Son niños para entender normas de bioseguridad que, junto a la demanda contenida de contacto social hará imposible que al verse no quieran abrazarse, reírse juntos o sacarse una foto. Si nos sacrificamos todo el año padres, madres, docentes y equipos directivos por sostener una pseudo normalidad con clases virtuales y acompañamiento en los aprendizajes, el cierre debería ser una continuidad de ello”, opina

“Si estamos haciendo muestras de artes como plástica, teatro y música por vía virtual, cuánto más un acto de colación cuya formalidad es absolutamente apta para esta modalidad”, señala. Además objeta que “no todas las instituciones cuentan con lugares aptos para cumplir con dos metros de distancia” y que “el uso del barbijo un par de horas es cuestionable para la salud”. Propone “aceptar que fue un año atípico, que empezó y terminará con una coherencia basada en el cuidado de la salud”.

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