Los planteos no frenaron el proyecto de etiquetado frontal

Los planteos no frenaron el proyecto de etiquetado frontal

El Senado sancionó la iniciativa, que no respaldaron las dos legisladoras tucumanas.

CONTUNDENTE. El tablero electrónico refleja la votación en el Senado. CONTUNDENTE. El tablero electrónico refleja la votación en el Senado.

El proyecto de ley para establecer la obligatoriedad del etiquetado frontal de alimentos tiene media sanción del Senado. La iniciativa de 15 legisladores y consensuado con el Ministerio de Salud y distintos sectores, fue aprobado con 64 votos a favor, tres en contra y ninguna abstención, y pasó a Diputados para su tratamiento. Si en la Cámara Baja se modifica el texto, el trámite deberá volver al Senado para su evaluación y sanción definitiva.

El objetivo de la iniciativa es promover la alimentación saludable y combatir la malnutrición; centralmente prevenir la obesidad desde edades tempranas. Para ello, el proyecto establece que los alimentos y las bebidas que contengan exceso de nutrientes críticos -sodio, azúcares o grasas- deberán llevar en su cara principal un sello de advertencia, según corresponda, de color negro y de forma octogonal.

Con ponencias similares en cuanto a la defensa de la producción regional de azúcar, la oposición al método de etiquetado llegó de parte de las senadoras tucumanas Silvia Elías de Pérez (UCR) y Beatriz Mirkin (FdT), y de la riojana Clara Vega (Parlamentario Federal). La radical remarcó en el recinto que esta ley lleva a Tucumán al desamparo, al “demonizarse” el azúcar con este tipo de etiquetado”. Agregó la senadora que se pone en riesgo el futuro de 60.900 familias tucumanas, jujeñas, salteñas, misioneras, santafesinas, al igual que el trabajo de 8.100 productores cañeros de la provincia.

Por su lado, la legisladora Mirkin insistió con que apoya la ley de etiquetado para contribuir a una alimentación saludable, pero planteó que “se puede establecer otro criterio que no afecte injustamente a nuestra principal industria, que es la azucarera”.

Explicó que el azúcar es un nutriente natural, “orgánico, no sintético, que no merece ser demonizado”.

A su turno, la riojana Vega, justificó su voto por el impacto laboral que tendría la sanción de la ley. “No nos podemos dar el lujo de perder un puesto más de trabajo”, subrayó.

Inquietudes

Entre otras voces que se escucharon en el recinto, sonó fuerte la del radical Mario Fiad, presidente de la Comisión de Salud donde se debatió el proyecto. Si bien respaldó la iniciativa planteó -para abstenerse- sus “inquietudes” respecto de algunos artículos del proyecto.

El jujeño indicó que hay que “extremar los recaudos” para la concordancia entre las normas del Código Alimentario con las del Mercosur. Apuntó que hay varios productos cuyo consumo es recomendado por la guía alimentaria, pero que contendrán sellos de advertencia.

El senador, de profesión médico, opinó que la ley tendría que poseer una normativa complementaria, y alertó sobre el “período corto” de adaptación para las industrias.

A su turno, la senadora bonaerense Gladys González (PRO) aseguró que con la ley “se trata de reconvertir la industria alimenticia y no de destruirla”. “Los consumidores tienen el derecho de acceder a información clara de lo que comen”, dijo.

También llamó la atención la opinión de la jujeña Silvia Giacoppo (UCR). Justificó su apoyo al proyecto y cruzó a su compañera de bloque: “voto convencida de que es lo correcto y lo digo como productora agropecuaria, como representante de una zona productora de mi provincia”. Agregó que para nada se está atacando a la producción azucarera. Y añadió que está prevista la excepción del “azúcar común”.

Subrayó que “acá no se está demonizando el azúcar; muy por el contrario, se está otorgando al consumidor información de lo que se lleva a la boca”.

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