La madre del acusado y de “Abi” hablaron minutos antes del hallazgo del cuerpo

La madre del acusado y de “Abi” hablaron minutos antes del hallazgo del cuerpo

Un drámatico encuentro en una comisaría

Fue un encuentro que duró un par de minutos. Pero fue el tiempo suficiente para que ambas, con los ojos vidriosos, se contaran el drama que estaban viviendo. El diálogo se produjo en la puerta de la seccional 12ª, el domingo cerca de las 16 y momentos antes de que los vecinos encontraran el cuerpo de Rocío Abigail Riquel, la niña que fue abusada y asesinada en un descampado de la zona.

La primera en llegar a la dependencia policial fue Juana Rosa Guaymás. Se presentó allí para denunciar que su hijo, José Antonio, de 22 años, el acusado del crimen de la pequeña que murió linchado tres días después, cuando ella estaba trabajando como empleada doméstica, le había robado una cocina y un lavarropas para venderlos y comprar droga. También les dijo que el joven la amenazaba constantemente con matarla.  Sofía, la mamá de “Abi”, en cambio, esperaba que los efectivos salieran una vez más a buscar a la pequeña que estaba desaparecida desde la mañana.

Mientras esperaban ser atendidas por el personal de la seccional, las vecinas del barrio intercambiaron unas palabras. Doña Juana, como la concen en el barrio, le habría contado el drama que vivía con su hijo y que la noche anterior habría intentado tocarla. Esa sería la razón por la cual en el vencindario circulaba la versión que el acusado del homicidio de la pequeña habría abusado de la madre, pero como la víctima no lo denunció formalmente, no se abrió ninguna causa judicial. Tampoco correspondió iniciar una por el robo, según las normas vigentes.

“Sofía se quedó helada con lo que le había contado la mujer. No pudo decirle nada porque ella estaba desesperada por encontrar a su hija”, indicó José María Molina, representante legal de los Riquel. “Después, con el tiempo nos pusimos a pensar si realmente no se trató de un mensaje que le dio por lo que podría haber hecho su hijo. Sabemos por terceros que después ella dijo que no sabía lo que hizo ‘Culón’”, agregó.

Molina también destacó que “la mujer denunció que el robo se había cometido el viernes, cuando ella estaba trabajando, pero recién hizo la denuncia el domingo, cerca las 16, minutos antes de que encontraran el cuerpo de Abigail. Es sospechoso porque le robaron cosas esenciales de una vivienda como es la cocina”.

Las mujeres no volvieron a verse nunca más. Guaymás se fue del barrio, luego de que una turba le destrozara y le incendiara la casa donde vivía.

Se podrá saber si Guaymás mató a la niña

Los peritos le confirmaron al fiscal Ignacio López Bustos que cuentan con numerosas pruebas para realizar estudios que serán claves para determinar si “Culón” fue el autor del hecho.

Le encontraron restos debajo de las uñas (signo que la víctima se defendió arañando al agresor) y restos genéticos en sus partes íntimas. Esos restos biológicos serán comparados con las muestras que se le extrajeron al cuerpo del sospechoso en la Morgue Judicial.

El estudio será realizado por el Equipo Científico de Investigación Fiscal (ECIF) que señaló que necesitará al menos tres semanas para dar a conocer el resultado. Por pedido del fiscal, y por la gravedad del hecho, se dará prioridad, ya que en nuestra provincia una pericia de estas características tarda entre 45 y 60 días en realizarse.

Pese a que existen varios indicios en su contra, el resultado del estudio genético será clave para determinar si “Culón” fue el agresor. “Esto es indiscutible. Es la madre de las evidencias”, destacó Molina. ¿Y si el resultado fuera negatigo?. “Hay otras pruebas que vinculan al sospechoso en el crimen”, le respondió el profesional a LA GACETA.

Los médicos confirmaron que, por la golpiza que recibió Guaymás el miércoles en el sur de la capital, no pudieron establecer si su cuerpo presentaba lesiones defensivas, es decir, lastimados generados por la víctima en su desesperado afán de salvar la vida.

El cuerpo del sospechoso permanece aún en la morgue y, si sus parientes no lo retiran hasta el lunes, el fiscal ordenará que sean enterrados en una fosa común de un cementerio de la capital, cuyo nombre se mantiene en reserva para evitar profanaciones.

Tras los pasos de un posible cómplice

La posibilidad de que Guaymás haya atacado a “Abi” con otra persona sigue siendo un rumor. Pero los pesquisas tienen más datos. La versión involucra a un tal “Piquillín” o un tal “Jonathan”, pero hasta aquí sólo es un comentario entre los vecinos. “Es una línea de investigación más que se está trabajando”, indicó Molina.

Los investigadores de la división Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib, Diego Bernachi y Juana Estequiño, están verificando una información. Al parecer, “Culón” se presentó en la casa de una ex novia. Y esa chica les habría comentado a sus allegados que el sospechoso llegó acompañado por otro joven.  

La supuesta ex pareja, por el momento no pudo ser ubicada y tampoco pudo determinarse si ese supuesto compañero se unió a Guaymás después de que se cometiera el crimen. La testigo que involucró al acusado dijo claramente que él estaba solo cuando lo vio caminar con la víctima.

Los mencionados, según los vecinos, tienen el mismo estilo de vida que tuvo “Culón”. Por los severos problemas de adicción que padecen, cometen robos para poder comprar sustancias que les venden los transas del barrio.

Dos veces amagó con entregarse a la policía

Guaymás quiso entregarse dos veces ante las autoridades, antes de que fuera asesinado por una turba. L.A.N, de 20 años, encontró al sospechoso el domingo por la noche sentado en la puerta de la casa donde está residiendo, que está ubicada en el barrio 240 Viviendas, cerca del cañaveral donde fue asesinado.

“Lo conocía porque andaba con una chica que le decían ‘Pollito’. Vivieron juntos hasta que él cayó preso por haber ingresado a una casa a robar. No supe nada más de él ni de ella tampoco”, declaró.

La testigo, que es madre de un niño de tres años y que vive de un plan social, relató que cuando se pusieron a hablar le comentó que lo estaban acusando de haber abusado sexualmente y asesinado a una chiquita cerca de su barrio. “Me dijo que quería entregarse y que lo llevara a Homicidios porque era inocente. Había hablado con la madre que le dijo que ella lo esperaría con un abogado. Lo llevé en la moto hasta un lugar por la avenida Viamonte donde hay canchitas y juegos infantiles. Me pidió que me fuera y le hice caso”, explicó.

La joven relató que en la madrugada del lunes, la madre, acompañada por los efectivos de Homicidios, se presentó en el lugar para averiguar si él estaba ahí. Al parecer, “Culón” esperó como una hora en ese lugar y después se fue porque la progenitora y el profesional no se habían presentado en el lugar acordado. Los pesquisas volvieron a ese sector para tratar de encontrarlo.

Ese mismo día, pero a las 7, L. A. N.  volvió a despertarse porque alguien le golpeaba la puerta. Era nuevamente Guaymás. “Estaba empastillado y le dije que se quedara ahí que hablaría con su madre. Le recomendé que se entregara porque la Policía y la gente lo estaban buscando. Él dijo que quería hacerlo. Entré a la casa y le dije a la gente que había vuelto, pero cuando salí, ya no estaba. Los vecinos me dijeron que lo vieron meterse al monte y nunca más supe de él”, relató la testigo.

El acusado habría recibido ayuda para seguir prófugo

“Tenemos sospechas fundadas de que el acusado recibió ayuda para mantenerse prófugo. Ahora estamos tratando de determinar si fueron familiares u otras personas que tenían vínculos de amistad”, indicó Molina.

Son varios los indicios que permiten pensar que contó con colaboración. Entre otros puntos, los investigadores destacan:

- L.A.N. describió la ropa que tenía puesta el acusado no coincidía con la que lucía el día que ocurrió el crimen.

- No se pudo establecer cómo hizo Guaymás para ir desde Campo Norte al barrio 240 Viviendas, que está en el otro extremo de la capital. “Es imposible que haya realizado ese recorrido en menos de cuatro horas, ya que lo dejaron en el lugar pasada la medianoche, esperó allí más de una hora, después habría comprado droga y por último, se presentó en la casa de su amiga antes de las siete”, analizó un investigador.

- El sospechoso conocía muy bien el sector de la ciudad donde fue hallado. Varios allegados informaron que cada vez que se metía en problemas con la Policía, se refugiaba en la casa un tío que sería un tal “Catucho” -los vecinos le incendiaron la casa al sospechar que le dio albergue-, en otras dos viviendas abandonadas de la zona -lugar elegido por los adictos para consumir droga- y en los montes cercanos.

- Los investigadores sostienen que es imposible que haya sobrevivido tres días sin alimentarse.

- Algunas personas indicaron que podría haberle entregado dinero a terceros para que le compren la droga que habría consumido los días en los que estaba prófugo, ya que los transas lo habrían estado buscando.

“Sostenemos que contaba con la ayuda de personas que sabían que estaba eludiendo el accionar de la justicia. Eso es un delito que se llama encubrimiento y que se castiga hasta con tres años de prisión. En el caso de que se compruebe esta situación, solicitaremos que se inicie una investigación en la Unidad de Delitos Complejos”, concluyó el representante legal de la familia de la víctima.

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