“Los relatos del adulto transmiten una verdad que calma y tranquiliza”

“Los relatos del adulto transmiten una verdad que calma y tranquiliza”

Consejos de la psicóloga Solvina Cohen Imach para tranquilizar los miedos de los chicos. Un ambiente facilitador y familiar.

EL ESLABÓN MÁS DÉBIL. Los niños están afectados por la situación general. EL ESLABÓN MÁS DÉBIL. Los niños están afectados por la situación general.

“¿Por qué vos salís al súper y no puedo ir con vos?”, le decía Matías a su mamá. “Vos me dijiste que era peligroso estar en la escuela o en la calle... Tengo miedo que el bichito del coronavirus te pique y te mueras…”. La psicóloga Silvina Cohen Imach toma esta anécdota para explicar lo que está pasando: “más allá de cualquier respuesta que puedan dar los adultos, los niños perciben el clima de tensión, inseguridad y temor que, sin querer, los otros significativos o hasta las imágenes y frases reflejan día a día”.

Según la especialista, este año los niños fueron pasando, tal vez al modo inverso que los adultos, las fases del duelo: por la pérdida o la suspensión del espacio abierto, del afuera, de lo social, de la escuela y de los modos de placer que cada uno de esos espacios puede generar. “Al entusiasmo inicial (por no ir a clases, por ejemplo) y los deseos de conocer, se le sumaron luego la baja tolerancia a la frustración, el enojo, el capricho, la demanda desbordada y los miedos. Modos de respuesta frente a la incertidumbre”, sostiene.

¿Qué hacer? Cohen Imach propone un ambiente facilitador: “el niño no comprende lo indefinido, lo que no tiene fin, ni el devenir loco de esta enfermedad. Demanda una palabra verdadera, como decía Françoise Doltó, esa palabra cual llave maestra que le permita simbolizar este mundo nuevo que se ha puesto ‘patas para arriba’, y de ese modo, pacifique al niño. El miedo paraliza, el caos confunde, la incertidumbre provoca ansiedad y angustia, mientras que los relatos del adulto, a la manera de un mito, trasmiten una verdad que calma y tranquiliza. La palabra mitiga la angustia, ya que algo empieza a novelarse frente a tanta crudeza de lo real”.

La psicóloga propone hacer cosas en familia como jugar, leer, cocinar, ver una serie juntos o incluso practicar algún tipo de ejercicio físico dentro de la casa, pero también hablar de sus miedos, preocupaciones y necesidades, procurando que el niño exprese sus ansiedades o las elabore. “Es importante crear un espacio de juego, dibujo, música, disfraces, modelados y cuentos, que le permita al niño ir elaborando sus vivencias difíciles de estos días, para crear una envoltura simbólica a sus sentimientos, tramitar su angustia y superar sus miedos. Temores tan arcaicos como contemporáneos como el miedo a los monstruos, a la oscuridad, a la muerte o a la enfermedad”, explica la docente de la Facultad de Psicología de la UNT.

¿Qué hacer si los niños enferman?

Prepararlos para el hisopado

Los chicos identifican el coronavirus como algo muy malo. Entonces, ante los síntomas de la enfermedad o la posibilidad de que se hayan contagiado, pueden sentir mucho miedo. “Hay que llevarles tranquilidad, explicándoles que los niños casi nunca se enferman de gravedad y que en la mayoría de los casos lo viven como un simple resfrío”, explica la psicóloga Natalia Gronda. “Un punto muy importante es si se tienen que hacer el hisopado. Hay que prepararlos para esto. ¿Cómo? Contarles todos los detalles: va a venir un médico vestido con máscaras, traerá un palito que va a introducir en tu nariz, etcétera”, aconseja. Luego, en caso del diagnóstico positivo, hay que hablar con claridad: informarles el resultado y decirles cómo se deben cuidar, explicarles que pueden tener fiebre, tos, que tal vez les va a doler un poco el cuerpo. Además, decirles qué es lo que no deben hacer para seguir contagiando: lavarse las manos a cada rato, toser y estornudar en el brazo, no acercarse a otras personas y usar barbijo.

Comentarios