“La trinchera está en el Ministerio de Salud pero la solución está en los laboratorios”

“La trinchera está en el Ministerio de Salud pero la solución está en los laboratorios”

Entrevista a Roberto Salvarezza.

“La trinchera está en el Ministerio de Salud pero la solución está en los laboratorios”

El mundo científico está en una carrera contra el tiempo en la emergencia de la covid-19. En opinión del ministro de Ciencia y Tecnología, Roberto Salvarezza, la pandemia ha obligado a que todos los factores de la investigación, de la Salud y los ejecutivos trabajen de modo coordinado. Eso, cree, va a llevar a un cambio sustancial en la forma de investigar en el país y a la consideración sobre la ciencia.

-Desde hace casi dos meses funciona la Unidad Coronavirus. ¿Cómo evalúa lo que se está haciendo? 

-La Unidad Coronavirus fue la respuesta desde el Ministerio ante la aparición de la pandemia en la Argentina. Desde febrero veníamos siguiendo el escenario internacional, viendo que esto iba a impactar en el país. En ese momento pensábamos que íbamos a tener el pico de la pandemia a fines de abril, comienzos de mayo. El 9 de marzo hicimos
una reunión informal donde juntamos a funcionarios del Ministerio de Salud, biólogos moleculares, representantes de laboratorios farmacéuticos e infectólogos. Hablamos de cuáles eran las oportunidades que teníamos, considerando que había tres o cuatro meses nada más frente a lo que se
venía. Las ventanas que fuimos identificando fueron el diagnóstico, el desarrollo de aplicaciones informáticas, la posibilidad de terapias en el marco de lo que era la pandemia y también el asesoramiento en el modelado epidemiológico y la mirada socioeconómica, es decir el efecto que tiene la
pandemia.

-¿Qué avanzó más rápido? 

-Hemos avanzado en todas las áreas. En el tema diagnóstico hay dos aspectos. Uno era sumar todas las capacidades que tiene el sistema científico; me refiero a capacidad que hay de medir PCR (Polimerasa Chain Reaction, que detecta el virus) para hacer el mismo diagnóstico que hace Salud y que también estaba en el marco del sistema universitario y del sistema científico. Por ejemplo en este momento la Universidad de Córdoba, la Facultad de Medicina y el Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de La Plata están haciendo hoy detección, el mismo diagnóstico que hace Salud. Entonces sumamos sus esfuerzos. Piensen que pasamos de hacer unos 150 tests diarios a mediados de marzo a 2.000 diarios hoy. Otro aspecto en diagnóstico, que está muy avanzado, es el desarrollo de nuevos kits para detectar no sólo el virus sino también los anticuerpos. Esos son desarrollos que están llevando investigadores en conjunto con empresas de base tecnológica y que nos van a permitir detectar anticuerpos con tests propios, no importados, y también en un tiempo más corto que los que utilizan el sistema de PCR, que lleva bastante tiempo. Por ejemplo, en 45 minutos detectar el virus y por ejemplo tener test serológico que detecta anticuerpos en pocos minutos, que es mucho más rápido.

-¿Esos tests ya estarían disponibles? 

-Van a estar listos para ser validados por la Anmat en la semana próxima. Tiene que dar la aprobación final.

-En Tucumán se va a estudiar el plasma en busca de anticuerpos de personas que han sido afectadas por el coronavirus. Tenemos entendido que eso también se va a hacer en el instituto Leloir o en el Malbrán. ¿Cómo se coordina estas investigaciones? 

-Estábamos hablando de tema diagnóstico. Ahora vamos al tema terapia. Tiene dos aspectos que ha definido Salud. Por un lado, el plasma hiperinmune, que es recolectar plasma de diferentes personas que han superado la enfermedad pero que tienen los anticuerpos, y que van a ser concentrados en el laboratorio de la Universidad de Córdoba para preparar un plasma hiperinmune con muchos anticuerpos. Por otro lado, la posibilidad de habilitar a los distintos hospitales y los ministerios de Salud provinciales con otra estrategia que es directamente utilización de plasma convaleciente. No es llevar a un lugar y concentrarlo sino, si hay disponible plasma y hay una persona que lo requiere porque está crítica, entonces poder darle ese plasma a través de un sistema que se llama plasmaféresis. En los dos casos, ya sea el plasma hiperinmune o bien el plasma convaleciente, uno tiene que saber la cantidad de anticuerpos que está poniendo porque justamente es el efecto que hace el plasma: poner disponibles anticuerpos  que fueron creados por la persona que estuvo enferma. Para saber ese nivel de anticuerpos  se necesita tener los tests serológicos que se están desarrollando. Se llama ensayo Elisa. Esperamos la semana que viene ya tenerlos presentados ante la Anmat para su validación.

-Se han planteado investigaciones rápidas, para dos meses, seis meses y un año. Estamos en los programas más urgentes. ¿Cómo están los otros programas? 

-Sí. Un par de ideas más antes de eso. Me olvidaba decir que el Ministerio ya participó en el desarrollo de dos aplicaciones de celulares. La primera versión es “Argentina Coronavirus”, que todos conocen, y ahora la aplicación “Cuidar”, que permite autoevaluación, también si la persona quiere georreferenciarse y además permite obtener un certificado de que uno está libre del coronavirus y que se adjunta con el permiso de circulación. Esto está disponible para todas las provincias y fue desarrollado por nuestro ministerio con investigadores nuestros, del Conicet, de Jefatura de Gabinete y las cámaras de informática del país. 

Esto que cuento  –diagnóstico, terapia con plasma, aplicaciones, evaluación socioeconómica y modelos matemáticos que se están estudiando- se envuelve ahora en una convocatoria a proyectos para poder financiar todo. Y esta convocatoria fue la que reunió 900 proyectos presentados hasta el 10 de abril y que hoy están en evaluación. Sigue la presentación de los proyectos que tienen la recomendación de la comisión; ahora deben presentar el proyecto extendido. 

La verdad es que queremos financiar aquellos que no solamente tienen un horizonte de un mes sino también aquellos que tienen perspectivas a seis meses y un año. Veremos qué cantidad de proyectos tenemos y la disponibilidad financiera. Y también estamos esperando que haya aquellos proyectos que interesen a las provincias. Hemos abierto una convocatoria para coronavirus con el Consejo Federal de Ciencia y Técnica (Cofecyt). Hemos puesto $50 millones ahí para que se puedan establecer proyectos entre el sistema de ciencia –el Conicet Tucumán, el INTA, el INTI- que puedan trabajar con el Ministerio de Salud provincial o con el Gobierno para avanzar en aspectos que necesite justamente la Provincia.

- Una línea de trabajo ha sido la convocatoria a matemáticos y cientistas sociales para hacer evaluación sobre el impacto que tiene el coronavirus en los distintos Grupos sociales del país. 

-Se hizo un primer informe. Trabajaron 500 investigadores del Conicet que se relacionaron con 1.200 referentes sociales de  las provincias. Trata de cómo visualiza la población la situación que tiene en cuanto a sus recursos, a cómo percibe las fuerzas de seguridad, cómo se observa el funcionamiento de los medios de comunicación en cuanto al tratamiento de la pandemia. Temas que hacen a aspectos relacionados obviamente con la parte económica. Los referentes transmitieron cómo perciben ellos, cómo está afectando en esta primera etapa. El informe concluyó el 28 de marzo y en este momento se trabaja con otros informes.

-Usted dijo que se proyectaba una inversión de 300 a 400 millones de pesos. ¿Cuándo se tendrá idea de cómo se va a hacer esa inversión, es decir lo que se requiere para el trabajo científico? 

-Lo que puedo decir es que comprometimos en todas estas acciones que hemos hecho –que consiste en haber impulsado desde el desarrollo de kits de diagnóstico, haber obtenido financiamiento para estos 900 proyectos- el monto que estamos estimando en este momento es del orden de los 400 millones de pesos, incluyendo el aporte que estamos haciendo a esta presentación del Cofecyt. Esos 400 millones fueron obtenidos a partir de reasignaciones del BID que estaban en proyectos que no se habían ejecutado; fondos que inexplicablemente habían quedado sin utilizar por la anterior gestión y que el BID permitió que, dada la situación, utilicemos para estas convocatorias. Y también obtuvimos fondos del Mercosur para insumos que necesitamos para el desarrollo de los kits de diagnóstico.

-En Tucumán tenemos una emergencia de dengue. ¿Ha afectado la pandemia el desarrollo de las investigaciones en este sentido?

-No. Le cuento que en febrero, previo a la pandemia, ya habíamos logrado, a través de una asociación que hay entre la Universidad de San Martín, el Conicet y una empresa que se llama Chemchest, de base tecnológica, un kit que permite
detectar dengue de una manera muy rápida, que está aprobado por Anmat y que está disponible para las provincias.

-Antes del nuevo gobierno usted planteó en Tucumán que hacía falta el desarrollo de centros del interior y conexión con los investigadores de Buenos Aires. ¿Cómo se va a mejorar la federalización de la investigación? 

-Creo que acá tenemos una gran oportunidad. La presentación de estos proyectos sirvió mucho para articular gran parte de la comunidad científica. Estos proyectos van desde lo que es desarrollo de equipamiento médico, como
respiradores e insumos médicos, kits de diagnóstico, terapias, todo alrededor de un tema. Hay una cantidad de proyectos muy importante que viene desde el interior del país. Además, haber puesto una convocatoria especial desde Cofecyt fortalece el sistema de ciencia y técnica de las provincias. 

Obviamente, hay que trabajar mucho; estábamos comenzando con esta etapa de federalización cuando tuvimos que poner nuestro eje en lo que es la pandemia. Pero aun dentro de ella también hemos trabajado para que hubiera oportunidades para todos los investigadores del país, para que pudieran interactuar. Por ejemplo este trabajo que se hizo de las ciencias sociales va con investigadores que están en Jujuy hasta otros que están en Santa Cruz, y todos ellos colaboraron dando una visión del impacto social y económico que tiene la pandemia. Y otra cosa que sucedió el miércoles pasado: se secuenciaron 26 nuevos genomas de virus. 

Teníamos tres que había hecho el Malbrán y ahora un grupo de investigadores del Hospital Gutiérrez ha logrado 26 genomas más. Esta gente es parte de una red nacional de secuenciación del virus y que tiene nodos en Chaco, Córdoba, Santa Fe, Tierra del Fuego. Ahí se armó otra red federal que tiene como objetivo secuenciar genomas. 

También aquí está en juego el carácter federal de la ciencia. Argentina es el segundo país en número de genomas estudiados en Latinoamérica, después de Brasil.

-¿Se podrá mantener este trabajo coordinado cuando termine la pandemia? 

-Nosotros teníamos la idea de un ministerio abierto cuando empezamos; no de uno que se mire a sí mismo, al sistema científico, sino que estuviera interactuando con todos los ministerios y con las provincias. Así estuvimos trabajando con los ministerios de Salud, Ambiente, Educación, Seguridad, Defensa, estableciendo demandas de lo que se necesitaba. Pero al mismo tiempo nos entrevistamos con secretarios de ciencia y técnica, de Tucumán y de otras provincias, con intendentes. La idea era que el Ministerio pudiera construir la demanda para que la ciencia pudiese impactar en la sociedad.

Bueno, tuvimos esta situación y hemos trabajado en la misma dirección: que la ciencia pueda atender las necesidades locales. Esto es lo que estamos haciendo a través de Cofecyt, saber por ejemplo cuál es la situación que impone a la economía de Tucumán el distanciamiento social, cuál es la necesidad del ministerio de Salud de la provincia, qué pasa con Educación… tratamos que toda la comunidad de investigación de cada provincia pueda relacionarse y aportar al Gobierno. Por eso mi expectativa es que esto sea un ejercicio -esperemos que limitado en el tiempo- y que permita continuar con otros temas. ¿Se acuerda de la emergencia alimentaria que, apenas empezamos la gestión, convocamos a participar de “Argentina contra el hambre”? Tuvimos la respuesta de unos 600 proyectos que se presentaron para poder colaborar. Sumamos plataformas tecnológicas que habíamos desarrollado en el Ministerio  de Ciencia para saber dónde teníamos chicos en riesgo en todo el país en tiempo real. Queremos retomar esa agenda apenas este tema se supere.

-Ahora se puede cambiar el cuestionamiento de ciencia útil vs ciencia básica? 

-Hay una falacia en esa cuestión de ciencia útil y ciencia inútil.
Imaginemos un escenario de diciembre. Teníamos emergencia; la principal preocupación del Estado y de la sociedad era el hambre, la situación que tenían los más vulnerables desde el punto de vista económico, la llegada al alimento. Sin embargo, interrumpe de golpe esta pandemia ¿Y qué pasa si uno no tiene virólogos e investigadores capaces de desarrollar las ciencias sociales para mirar esta situación? O sea, uno puede decir lo que necesita hoy, que es mirar la pandemia. ¿Pero sabemos qué es lo que va a necesitar la Argentina dentro de dos años en ciencia? 

Entonces, Argentina tiene que desarrollar todo su sistema científico; por supuesto, poniendo énfasis, como ahora, en ciertos puntos. Hoy tenemos esta situación y convocamos a toda la comunidad científica a resolver este problema. Pero no podemos descuidarnos porque no podemos predecir lo que vamos a necesitar en ciencias. Entonces, es un absurdo esa discusión de ciencia útil-ciencia inútil que se intentó instalar con el mero efecto de desfinanciar la ciencia. 

Enfrentarnos y decir “no, nosotros que somos tecnólogos ¿por qué tenemos que compartir nuestro dinero, nuestros subsidios, con estos que hacen menos, por ejemplo las ciencias sociales?” Eso es un absurdo; hoy tratamos la pandemia o el hambre utilizando las ciencias sociales y también las ingenierías y la biotecnología. Argentina tiene que estar capacitada en todos los terrenos de la ciencia. 

Necesitamos muchos más investigadores de los que tenemos. En 2015 había tres investigadores cada 1.000 habitantes de población económicamente activa. ¿Qué nos dejó el gobierno anterior?: 2,5 cada 1.000. Teníamos el 0,65% del PBI en ciencia y nos dejó con el 0.5% del PBI. ¿Cuánto tienen los países desarrollados de inversión? El 2% o el 4% del PBI. ¿Cuántos investigadores tienen? Nueve cada 1.000 habitantes, 14 en el caso de Israel. Argentina necesita más inversión en ciencia y más investigadores. Es un absurdo acortar el Conicet y no dar cargos en las universidades, echar gente del INTI o del INTA. Bueno, todo eso no se tiene que volver a repetir y esta epidemia refleja la necesidad de ciencia. La trinchera está en el Ministerio de Salud pero la solución está en los laboratorios.

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