Casi cuatro de cada 10 tucumanos están en situación de pobreza

Al cierre de 2019, 335.400 habitantes del aglomerado urbano revestían esa condición

MAYOR INCIDENCIA. La pobreza afecta más a los niños y a los adolescentes. MAYOR INCIDENCIA. La pobreza afecta más a los niños y a los adolescentes. LA GACETA / foto de Osvaldo Ripoll
02 Abril 2020

La radiografía de la franja social más vulnerable del Gran Tucumán-Tafí Viejo ha mostrado que, al cierre de 2019, la pobreza golpeó a 335.400 habitantes del principal aglomerado urbano, un 37,3%. El indicador ha crecido cinco puntos porcentuales respecto de fines de 2018, lo que marca la complejidad que tuvo la sociedad más vulnerable para reunir los fondos necesarios para escalar en la pirámide social. Aún más, los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestran que a una familia tipo le faltó el 40% de los ingresos para dejar de ese pobre (poco más de $ 14.500 mensuales).

A nivel nacional, el Índice de pobreza alcanzó al 35,5% de la población económicamente activa al cierre del segundo semestre de 2019, lo que representó una suba de 3,5 puntos porcentuales respecto al 32% de igual período del año anterior.

En tanto, el nivel de indigencia subió al 8%, por encima del 6,7% de igual período de 2018. Así, en base a una población estimada en 47 millones de habitantes, unos 16,4 millones de personas no tuvieron los ingresos suficientes para adquirir alimentación, pagar servicios básicos y comprar indumentaria. De este número, 3,7 millones son indigentes, es decir que sus ingresos no alcanzaron para comprar el mínimo de alimentos para la subsistencia.

En el caso tucumano, la indigencia afectó a 60.900 personas que no pudieron reunir los ingresos mínimos para poder alimentarse. Según el organismo estadístico, una familia tipo necesitó cerca de $ 15.000 mensuales para cubrir sus necesidades alimentarias. Sin embargo, a los indigentes, en promedio, les faltó un 38% de esos ingresos para salir de esa situación.

En la última parte de 2019, el Observatorio de la Deuda Social Argentina, de la Universidad Católica Argentina, estimaba que el 8,9% de la población urbana era indigente. Se trataba, al momento, de los valores más altos de la década. Adicionalmente, se estimó que el 40,8% de las personas se encontraban por debajo de la línea de pobreza.

“Las reiteradas devaluaciones, el aumento de la inflación, el estancamiento, el aumento del desempleo y las medidas de ajuste acordadas con el FMI explican el deterioro en las estimaciones de indigencia y pobreza por ingresos en el período 2017-2019”, indica un reciente reporte de la UCA. En ese contexto agravado, montado sobre desigualdades y pobrezas estructurales persistentes, es que tienen lugar las consecuencias sociales regresivas que generan las políticas sanitarias de aislamiento preventivo y obligatorio motivadas por la pandemia del covid-19, alerta.

Párrafo aparte es la situación de los adultos mayores. Si bien es menor al 10% el porcentaje de aquellos que no cuentan con un familiar cercano, al menos uno de cada tres mayores declara que no cuenta con ninguna persona que le ayude con las tareas cotidianas cuando así lo precisa.

Además, un 15,3% de las personas mayores declara que se siente sola y también el sentimiento de soledad es mayor entre los y las mayores de hogares más vulnerables. Para muchos de ellos también es un drama el cobro de haberes jubilatorios en contexto de aislamiento social obligatorio. Al respecto se destaca que el 45,9% de los y las mayores de 60 años que perciben jubilación y/o pensión no utilizan el cajero electrónico y cobran por ventanilla (independientemente de que tengan tarjeta o no). Ese porcentaje aumenta al 67,4% en los sectores más vulnerables, indica el reporte de la UCA.

LA SUBA DE PRECIOS

El reclamo de un ministro a comerciantes

El ministro de Desarrollo Social, Gabriel Yedlin, pidió más solidaridad a los comerciantes de barrio en el contexto de crisis en que se encuentra la sociedad.

“Estoy muy preocupado por el aumento de los precios en la venta en los almacenes de barrio, en la verdulería, en la carnicería; esto necesariamente empuja a la gente a salir de su barrio para buscar alternativas para que les rinda más la plata”, dijo a LG Play.

“Todos tenemos que ser un poco más solidarios e intentar vender con un precio adecuado en el barrio donde estamos para que la gente pueda desplazarse menos”, concluyó.

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