Kangatraining: mamás canguro y activas

Kangatraining: mamás canguro y activas

En el periodo de embarazo y de postparto, el “modo fitness” y la actividad física no deben perderse. Acá, algunas propuestas para retomar el ejercicio.

 LA GACETA / FOTOS DE ANALÍA JARAMILLO

Durante el embarazo, hay un centenar de cosas que trastocan nuestras rutinas. Y, aunque en el plano corpóreo “la panza” sea el ícono irrefutable de la gestación, la procesión también pasa por dentro. Las ansias de bienestar, los nuevos hábitos y el redescubrimiento del cuerpo se entrelazan y nos llevan a buscar actividades en las cuales sentirnos contenidas.

Con sus senderos pedregosos y ensortijados de vegetación, el parque Percy Hill (en Yerba Buena) permite a los visitantes adentrarse en la selva pedemontana. Pero los lunes por la tarde, esa cualidad se deja de lado para convertir el pulmón verde en un punto de reunión destinado a aquellas mamás que desean una dosis extra de endorfinas, pero en compañía de sus hijos.

Siete mujeres llegan cargadas con mochilas temáticas de perritos o dibujos animados, botellas de agua y mamaderas -en una mano-, y con sus pequeños a upa en la otra. “Tu mejor ejercicio, juntitos”, enfatiza el cartel de kangatraining y las mamás le sacan jugo.

La actividad es furor en diversas partes del mundo por brindar un entrenamiento postparto que se adapta a las necesidades y a la realidad física de las participantes. “Kanga se enfoca en la recuperación de la musculatura debilitada por el embarazo; prestando especial atención a los movimientos que ayudan a restaurar el piso pélvico, los gluteos y el abdomen profundo. Esta zona sufre una gran disminución de fuerza y de resistencia durante la gestación y el postparto”, comenta Rosario Vera, quien lleva el título de ser la única instructora certificada del país.

Una vez que las participantes y sus bebés están ubicados en las colchonetas, la clase empieza con una rutina de calentamiento: el cuerpo se destraba y, en el proceso, vuelan algunos chupetes. Arriba de las piernas de Eliana Ramón, las sonrisas instantáneas que muestra Isolina Morales (de nueve meses) hacen pensar que tranquilamente podríamos estar en el sube y baja de alguna plaza, en lugar de practicando elevaciones de pelvis.

Valor agregado

“Talones apoyados. Espalda erguida”, marca Romina mientras los más pequeños pasean de un brazo a otro. “Hay gente que piensa que te la pasas conversando o no hacés nada. La realidad es que después sentís el efecto de los ejercicios por el peso de tu bebé y te duele el cuerpo por varios días”, comenta Eliana. Para ella -que viene acompañada por su hermana y sobrino- el mejor agregado es que los niños también establecen contacto con otros. La prueba está en que, un segundo de descuido después, Isolina decidió gatear hasta la familia vecina para saludar.

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