Hace 50 años: 6 de marzo de 1970

“LIBRO NEGRO DE TORTURAS”

“Civiltá Católica”, la importante publicación jesuítica que refleja criterios del Vaticano, publicó ayer lo que calificó de “libro negro de torturas” en Brasil, afirmando que los informes “han estremecido y profundamente preocupado a la opinión pública”. La publicación abunda en detalles sobre asesinatos y encarcelamiento de sacerdotes, monjas y militantes católicos, que han ocurrido recientemente en el país. En la revista el “libro negro” aparece bajo el título “Una hora difícil para el Brasil”. “Las noticias sobre torturas que se han infligido a presos políticos en Brasil, que circularon hacia fines de 1968, aparecieron cada vez con mayor frecuencia y evidencia en cuanto a su certeza durante todo 1969, estremeciendo y preocupando profundamente a la opinión pública, que no estaba preparada para admitir que en un país como Brasil pudieran ocurrir tales atrocidades y violencia”, dice “Civiltá”.

CONFLICTO DE PODERES

Uruguay enfrentaba ayer un serio conflicto entre dos poderes de Estado, luego que el presidente Jorge Pacheco Areco reimplantara las medidas “prontas de seguridad” que una comisión del Congreso había derogado horas antes. La difícil situación se concretó ayer, después que la comisión permanente del Congreso, por seis votos contra cinco, derogó el estado de sitio morigerado implantado por Pacheco Areco en 1969. Poco después de conocerse el pronunciamiento de la comisión -que funciona durante el receso del Parlamento- el presidente dio a conocer una resolución en la que considera “que las medidas prontas de seguridad mantienen plena vigencia y así lo declara a la comisión permanente”, y calificaba de “jurídicamente inválida” la decisión legislativa. El ministro de Defensa, general Antonio Francese, dijo que se vivía virtualmente un “estado de guerra” debido a la acción de grupos subversivos, especialmente los guerrilleros urbanos Tupamaros.

INUNDACIONES EN MEDINAS

El gobierno provincial adoptó una serie de medidas sanitarias y solicitó la colaboración del Ejército para asistir a los damnificados por las inundaciones del día 1 en la localidad de Medinas. Ese día, aproximadamente a las 3 de la mañana, las aguas del río salieron de su cauce, inundando toda la villa y la zona sur del pueblo. El incontrolable torrente fue incluso más violento aún que el sufrido tres años atrás. La rápida evacuación de las viviendas por parte de sus moradores se vio dificultada por la intensa tormenta que caía, pero no hubo, afortunadamente, que lamentar víctimas personales. Prueba irrefutable de la magnitud del torrente la constituye el hecho de que, de una cortada de ladrillos existente en las inmediaciones desaparecieron aproximadamente 50 mil, que estaban listos para ser quemados. Las nuevas inundaciones por el desborde del río, causaron ingentes daños en los cultivos, estimándose que la pérdida será total en los arrozales.