Crítica de "Historia de un matrimonio"

Crítica de "Historia de un matrimonio"

Profunda, humana y dolorosa, como toda ruptura.

Crítica de Historia de un matrimonio

Puntuación: excelente

Película / por Netflix

El inicio suena a comedia romántica. Charlie (Adam Driver) y Nicole (Scarlett Johansson) detallan todo lo que admiran y disfrutan del otro. Lo que los hace tan queribles y cercanos. Lo que los enamoró. Pero de inmediato Noah Baumbach nos pone en foco: estamos asistiendo al principio del fin. La de Charlie y Nicole es una puesta en escena frente a un mediador, camino al divorcio. Ella ni siquiera tiene fuerzas para leer lo que escribió sobre Charlie. Además de quebrada, está enojada.

“Historia de un matrimonio” es, en realidad, la historia de una ruptura, porque los años de felicidad son un destello que apenas se vislumbra de a ratos. A medida que Charlie y Nicole van sacudiéndose las frustraciones reprimidas -y hay una escena terminal, de una visceralidad arrolladora, en un departamento semivacío- la pareja se desmenuza en un cuenco colmado de dolor.

La destreza narrativa con la que el cine de Noah Baumbach viene sumergiéndose en las relaciones familiares, y ya van casi 25 años de carrera, alcanza en “Historia de un matrimonio” una profundidad dramática arrolladora. Baumbach es un gran escritor -los diálogos son maravillosos-, pero también filma con una sensibilidad envidiable. La charla entre la protagonista y su abogada (Laura Dern), que es más bien un monólogo/catarsis de Nicole, está resuelta con un plano secuencia perfecto. Son marcas estilísticas reconocibles, algo de Woody Allen, por supuesto, pero mucho más de Wes Anderson, con quien Baumbach desarrolló grandes películas. Y más acá en el tiempo, de la imprescindible Phoebe Waller-Bridge y de otra compinche de Baumbach como Greta Gerwig.

“Historia de un matrimonio” sabe descansar sus tensiones en el humor. Es descarnada a más no poder, certera al desnudar las ambivalencias de Charlie y Nicole, que frente a frente se prometen una cosa y con sus abogados resuelven otra. Sabe ser tierna y graciosa, y al mismo tiempo implacable. Hay demasiadas lecturas en el devenir de Charlie y de Nicole con las que identificarse: sueños postergados, idealizaciones, sufrimiento, éxitos ajados, el injusto tironeo por el amor de un hijo, infidelidades. También los celos profesionales, porque Charlie es el director de la obra teatral que protagoniza Nicole. No es sencillo marcar distancias con la película y allí radica buena parte de su poder.

Al igual que “El irlandés” y “Los dos Papas”, “Historia de un matrimonio” es una apuesta de alto voltaje que realiza Netflix camino al Oscar, con la salvedad de que las otras dos películas tuvieron su estreno en cines en Argentina. En este caso, fue directo a la plataforma de streaming. Es también una nueva muestra de la alianza de Baumbach con Netflix, tras la experiencia de “Los Meyerowitz: la familia no se elige (historias nuevas y selectas)”. Como Scorsese, Baumbach encontró en el streaming lo que todo artista necesita: presupuesto y libertad creativa, con el agregado de dos estrellas de la talla de Driver y Johansson, despojados de sus respectivos trajes de Star Wars y Avengers para demostrar sus reales capacidades actorales, que son altísimas.

El enorme Alan Alda, Ray Liotta, Julie Hagerty, el niño Azhy Robertson (en la piel de Henry, el hijo de Charlie y Nicole), Wallace Shawn y Merritt Wever (una de las policías de la miniserie “Inconcebible”, también de Netflix) completan, junto a Laura Dern, un notable reparto. Cada uno juega su papel en esa batalla que Charlie y Nicole, a veces forzados, a veces con la más áspera decisión, protagonizan durante más de dos horas del mejor cine.

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