¿Quo Vadis? La economía argentina frente al contexto internacional

¿Quo Vadis? La economía argentina frente al contexto internacional

Seis son las características que presentan los escenarios mundiales de hoy.

03 Noviembre 2019

Por Gustavo Frangini. Licenciado en Administración de Empresas. Máster en Economía. Miembro de Círculo de Politea.

Hablar de economía en estos tiempos se transforma en un trabajo intenso. Arrancando de dónde venimos, definimos a dónde vamos en un contexto internacional, y ahí el título de esta columna.

Seis son las características que presentan los escenarios mundiales de hoy: una globalidad, como desarrollo de la globalización; la disrupción tecnológica constante; la intangibilización de la economía, que se mueve dentro de la sociedad del conocimiento; el avance de la inteligencia digital como factor generador de conocimiento e información; la internacionalización sistémica y compleja en escenarios inciertos, ambiguos y cambiantes de manera permanente; y finalmente, el desafío de generar empresas cuyos mercados y márgenes de ganancias estén en concordancia con el medio ambiente.

Teniendo en cuenta estos enfoques y, hablando de las tres principales economías del mundo, nos encontramos que hay una guerra comercial entre Estados Unidos y China. La Unión Europea (UE) se ve amenazada con el brexit de Gran Bretaña. Mientras Alemania, que fue fuerte, sufre una desaceleración de su crecimiento industrial.

Todo esto se da en un mundo donde sus economías individuales no crecen, exceptuando Brasil.

Hay disponibilidad de divisas en el mundo, con un dólar sobrevaluado, y una inflación en franca reducción en todos los países desarrollados, exceptuando a China.

Estados Unidos viene bajando la tasa de interés con el objetivo de que el dólar se aprecie, pero las economías de los países emergentes, y en especial los países latinoamericanos, no se verán favorecidas por la reducción de los precios de los commodities.

La situación de los países emergentes y su inserción en el mundo estará dada por la capacidad que tengan de llegar a mercados no tradicionales, agregar valor a las exportaciones de commodities, o buscar la asociación de integración comercial con alguno de los bloques económicos más importante como política de estado.

El acuerdo UE-Mercosur permite bajar el 91% de los aranceles de importación de bienes y servicios, y la UE permite bajar el 92% de los aranceles de importación de bienes y servicios provenientes del Mercosur. Habrá cuotas progresivas de hasta 10 años para la disminución de aranceles en productos críticos. Entre otras cosas, se regularon licencias, dumpings, salvaguardas, medidas no arancelarias, y derechos a la importación que pusieran en riesgo el incremento del libre comercio entre ambos bloques.

El acuerdo presentó otros aspectos importantes dentro de un acuerdo bilateral entre bloques económicos, ya que lo definiríamos como un acuerdo de posibilidades para las economías de Brasil y Argentina, las más cerradas del bloque.

Estamos en un mundo con disponibilidad de dinero, listo para la inversión productiva. Pero esas divisas serán de difícil disponibilidad para créditos blandos para los países emergentes y en vías de desarrollo. El crédito en el mundo estará cada vez más atado a las calificaciones de riesgo de esos países, y su implicancia estará dada en los valores internacionales de cotización de los bonos soberanos.

Los países industrializados del mundo, a falta de nuevos mercados internacionales, van a proteger más sus industrias tratando de no aumentar la desocupación.

El aspecto tecnológico cambia el paradigma tradicional de las necesidades de mano de obra, a mano de obra calificada y especializada, con un alto nivel de educación y capacitación. El mundo y cada país debe crecer a través de los intercambios económicos, financieros, y comerciales; en base a una nueva justicia, a una equitatividad en los procesos de intercambio, a la solidaridad y al respeto de la libertad.

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