Por Ricardo Reinoso
15 Octubre 2019
“INTERIOR”. Los restos de una antigua caja, junto a la nueva. Una reflexión sobre el paso del tiempo.
Bajo el título “Caja de Pandora - Caja de luz”, el tucumano Ramón Teves obtuvo una beca del Fondo Nacional de las Artes para la realización de una muestra fotográfica con una temática muy particular. Registró y editó unas 70 fotografías donde los protagonistas son los gabinetes del servicio de energía eléctrica donde se ubica el medidor. Esas cajas, todas iguales, se ubican en contextos muy diferentes, cada uno con características atractivas.
Teves explicó que se trata de un registro de recorridos diarios que invitan a una reflexión sensible, a partir del paisaje urbano y sus interrelaciones. “Las imágenes forman un abanico de matices, donde la mirada transita por lo macro y lo micro del mundo”, dijo.
Reconocido a nivel nacional por haber obtenido numerosas distinciones, el autor comentó que viene desarrollando hace cuatro años este proyecto y que la beca del Fondo es para la realización de una muestra y la edición de un libro.
- ¿Cómo describiría el contenido de la serie?
- En Caja de Luz presento mi percepción particular del paisaje urbano de Tucumán, deteniendo la mirada sobre los medidores de luz, en las fachadas de la ciudad para, fundirme con el sentimiento de “tucumanidad” que reflejan. Sucede que los sujetos hacen de las fachadas un universo de signos cargados de sentidos, y es precisamente este universo el que elijo para hacer la reconstrucción de mi provincia desde los procesos dinámicos de significación intersubjetiva.
“CAJA AMARILLA”. El color y la forma adquieren valor estético.
- ¿Cómo elige cada objeto?
- Son recorridos visuales cotidianos, que tienen un abordaje y un estudio de luz, de la distancia, y de esos procesos cromáticos que hay en la provincia. Creo que se podrían definir como “topografías cromáticas”, que tienen que ver mucho con la identidad del Norte, los colores vivos y es una amplia paleta, un abanico de intervenciones que tiene el ser humano para con sus frentes de casas. Creo que hay un cuidado estético en esas cajas de luz, o lo pueden obviar y lo pintan y lo intervienen maravillosamente, eso es lo que es Caja de Luz. Es un trabajo que no va a concluir, sino que continuará indefinidamente porque sigo registrando cajas que encuentro interesantes en diferentes lugares.
- ¿Por qué Caja de Pandora?
- Es otra acepción también posible, que podía ser cómo una caja con todos los males que puede contener la sociedad o que puedan dar un dejo de esperanza. También hay una crítica social a la coyuntura que esta viviendo la Argentina, en este caso en el plano tarifario y obviamente en lo económico. No creo que uno pueda producir sin tener el bagaje crítico sobre el país, ningún artista puede producir sin tener ese anclaje basal. Yo hago una asociación entre el objeto mismo, generador de energía: una cámara oscura, propia del origen de la fotografía, y la Caja de Pandora, que es la metáfora a partir de la cual reconstruyo al objeto como recipiente de todos los males. Trato de mostrar cómo me asomé a un paisaje urbano deteriorado, espacios desapercibidos por la mayoría de los transeúntes.
“DJ”. El mural se complementa con las cajas, formando un conjunto.
- ¿Hay antecedentes de este tipo de serie fotográfica?
- Sí. Conozco el trabajo de un francés, por ejemplo, que en las décadas de 1920 y 1930 se dedicaba a fotografiar murales callejeros. A ese trabajo lo siguió desarrollando durante 26 años. Trabajar en serie es lo que me va a permitir esa libertad de reflexionar y seguir produciendo.
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