Yo te recomiendo: tres libros para disfrutar

Yo te recomiendo: tres libros para disfrutar

Mariana Nofal. Periodista renegada, estudiante de letras, diletante profesional. Integrante del comité editorial de la revista Sin Miga.

12 Junio 2019

1) Mal de muchos (y otros cuentos de libros)

Santiago Garmendia

(Lago Editora, 100 páginas.)

Lo elijo porque...

es un libro de cuentos pleno de tucumanidad urbana, pero en el que lectoras y lectores extranjeros también pueden reconocerse. Está lleno de guiños para “bichos de biblioteca” y he disfrutado mucho de su sentido del humor.  He probado leer cuentos a mi hija preadolescente. Además de reírse, se ha mostrado interesada en Tolkien, lo cual es un gran logro.

Fragmento de Scriptores inferni”

- Ajá -suelta Bascary con la frialdad de quien toma asistencia-. Sumamos escapistas a nuestro inventario.

Y así la lista se sigue engrosando.

“Cambié el final de todas mis novelas para no hablar sobre mi vida”; “Hice trampas en el concurso de Betaguara”; “Me dediqué a escribir libros por puro placer” (a este, todos lo reconocen con rencor al instante); “Escribí un librito de mierda y gracias a mis contactos viajé por el mundo presentado como si fuera Thomas Mann”.

2) Justo antes de olvidar mi nombre

Alex Zani

(Editorial Elemento Disruptivo, 40 páginas.)

Lo elijo porque...

es un libro de poesía, escrito por una mujer joven del norte argentino. Y probablemente por eso está lleno de mujeridades (las maternidades, la costura, los “deber ser”...) y de un paisaje urbano que nos resulta familiar. Es una poesía cercana en el tiempo y en el espacio, sin rebusques y con un ritmo hermoso.

Poema "A medias" de Justo antes

Las niñas duermen en sus camas
a medio crecer y boca abajo,
los libros duermen en el suelo
a medio leer y boca arriba.

ya no se oyen los ronquidos ni las risas

es arbitraria la muerte
cuando ronda sobre los tejados.

3) La vida en el norte (desear y vender)

Marco Rossi Peralta

(Gerania Editora, 80 páginas)

Lo elijo porque...

me gusta el desparpajo con que el autor usa las palabras. La sonoridad del habla tucumana es clara en el texto. El libro tiene imágenes acompañadas por líneas que son más que un pie de foto o un comentario. De a ratos parece que le queda chico el papel, que quiere irse a un formato electrónico en línea, como una pieza que está en construcción y en diálogo con lo cotidiano.

Un poema de la vida en el norte

Un local vacío
y un cartel
se alquila
esto que soy
se alquila
si total
estoy vacío
y ya nadie puede
comprar nada.

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