La Argentina del puntaje perfecto

La Argentina del puntaje perfecto

No hablemos ni del FMI, ni del riesgo país, ni de la inflación. Hablemos de una cosa en la que Argentina sí se saca 10. Son los vinos argentos los que llevan la bandera de honor, los mejores alumnos de esta patria. Al menos hasta el momento.

La Argentina del puntaje perfecto

El año pasado, por primera vez en nuestra historia, dos vinos argentinos consiguieron el puntaje máximo de Wine Advocate, quizás la publicación más prestigiosa del mundo del vino, firmada por el exigente crítico Robert Parker. “Es un reconocimiento a la región, un reconocimiento a la Argentina”, dijo en esa oportunidad Alejandro Vigil, el enólogo detrás de esos dos vinos que obtuvieron el puntaje perfecto: 100 puntos. Eran las etiquetas Catena Zapata Adrianna Vineyard River Stones 2016 y Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2013.

Este año, la experiencia se repite y se actualiza. Nuevamente, dos tintos mendocinos llegan a la cima con puntajes perfectos: el Adrianna Vineyard River Stones Malbec 2017, de la bodega Catena Zapata; y el Cheval des Andes 2017 (Terrazas de los Andes + la francesa Château Cheval Blanc) alcanzaron los 100 puntos de la lapicera de James Suckling, otro de los críticos más influyentes del planeta de la vid. Su veredicto puede leerse en su sitio, www.jamessuckling.com.

¿Pero de qué se habla cuando se menciona un vino de puntaje perfecto? ¿Qué esperar de estos vinos que obtienen los máximos reconocimiento y se ponen en la boca de los expertos?

“La puntuación de estos catadores influye y mucho en el mercado. A pesar de que son percepciones personalísimas de los críticos, tanto el mercado a nivel macro como los consumidores comunes y corrientes se fijan en las calificaciones. En el caso del mercado, incide de forma directa en el precio y en el posicionamiento del vino; en el caso del consumidor común, es una ayuda para elegir un buen producto en medio de una oferta infinita de etiquetas”, explica Silvio Martinelli, sommelier tucumano.

Entre los varios críticos a nivel mundial, los más influyentes son Tim Atkin, Robert Parker y James Suckling, enumera Martinelli. Vista, aroma y boca, como en cualquier degustación, son los elementos que entran en la suma y resta de puntajes. De ahí, todo dependerá de la subjetividad del catador. “Es muy importante y contribuyen mucho esas críticas, pero que tengan buen puntaje no significa que vaya a ser el vino que más te guste o el mejor vino que vayas a probar. Es muy personal”, insiste. “Además -desliza- se han conocido casos de compra de puntos, de dádivas... De todos modos, prefiero quedarme con lo bueno: es algo que sirve y mucho”.

Según Martinelli, para él mismo, conocedor de vinos, es una referencia importante el puntaje de los grandes críticos. “Yo estoy muy pendiente y cuando los califican, trato de salir a conseguirlos. Antes de que se acaben y antes de que suban los precios, porque es algo que indefectiblemente ocurre”, destacó. También sostuvo que en Tucumán es difícil conseguir estos vinos tan ponderados, por los precios y porque quedan estancados en las góndolas.

Para Alejandro Lahitte, autor del blog Acercate al vino, la clasificación de los críticos tiene repercusiones más hacia afuera que hacia adentro del país. “Es un reconocimiento muy grande al trabajo de una bodega o de un enólogo, y al país también, porque lo posiciona en el mercado internacional. Lo pone en la élite mundial de los escasos vinos que tienen 100 puntos en un año. Entonces, en Estados Unidos, en Inglaterra, en Europa y en Asia, donde los críticos son muy escuchados, los consumidores tendrán más posibilidades de elegir un vino argentino. Creo que, hacia el interior del país, celebramos este reconocimiento a los vinos argentinos, pero no define una compra”, opinó.

Entonces, en un mundo donde las góndolas se caen de tanto buen y diverso vino, de todos los países, rincones y parcelas del planeta, la Argentina llega por segunda vez al podio. Las botellas envasadas en Mendoza brillan para los ojos afilados de los extranjeros, y en cada copa se bebe un vino y se vive un país, la Argentina del puntaje perfecto. Entonces, salud por eso.

No hablemos ni del FMI, ni del riesgo país, ni de la inflación. Hablemos de una cosa en la que Argentina sí se saca 10. Son los vinos argentos los que llevan la bandera de honor, los mejores alumnos de esta patria. Al menos hasta el momento.

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