Por Gustavo Rodríguez
09 Marzo 2019
LOS HERIDOS LLEGARON AL HOSPITAL PADILLA, DONDE FINALMENTE FALLECIERON ARCHIVO LA GACETA
La lluvia apenas había comenzado. Los vecinos, a paso firme, intentaban escapar del agua. De pronto, gritos. Pedidos de desesperados de ayuda y el ruido de las sirenas de las ambulancias. Sed trataba de una sagrienta pelea en Amador Lucero y Canal Sur, al cabo de la cual quedaron un hombre muerto y otro gravemente herido.
En un frío parte policial se informó que Matías Lucena, de 24 años, fue llevado al hospital Padilla por sus parientes después de haber recibido varias puñaladas. Los médicos no pudieron hacer nada para salvarle la vida. Minutos después, llegaba al mismo centro asistencial una ambulancia del 107 trasladando a Juan Alvarado (32). Los paramédicos informaron en la guardia que lo habían recogido a menos de 150 metros del lugar donde había sido herido Lucena.
Intento de robo
Los vecinos, detrás de las puertas, les informaron lo que vieron a los policías de la División Homicidios, al mando de los comisarios Jorge Dib y Diego Bernachi, y al Equipo Cientifico de Investigación Fiscal, dirigido por Miguel Gómez y Hugo Cabezas. Dijeron que ambos hombres habían mantenido una feroz pelea con armas blancas, pero nadie sabía qué había originado el conflicto.
La primera versión era que el muerto le había querido robar al herido. Este se habría defendido y, con el mismo cuchillo que lo había amenazado lo mató. Los familiares de Lucena, enterados de lo que había sucedido, fueron a buscar a Alvarado. Lo encontraron a pocos metros y lo hirieron salvajemente. La otra hipótesis es que se trató de otra pelea vinculada a cuestiones de drogas.
Ataque de pesados
“Se escucharon gritos y después observamos a un hombre en medio de un charco de sangre. Nos fuimos rápido para evitar problemas y nos encontramos con el otro herido. Dicen que este último había sido atacado por varias personas que son conocidas en el barrio porque son pesados”, dijeron aLA GACETA Juan Medina y Jorge Ramírez, obreros de la zona.
El fiscal Diego López Ávila ordenó la aprehensión del herido que se encuentra en estado crítico. Y mientras los peritos hacían su trabajo, una mujer les gritó: ¡Qué bonito! ¡Recién ahora aparecen!”.
“La vida no vale nada”
Silvina Cazorla, ama de casa, justificó a su vecina: “es que estamos muy cansados de vivir en medio de la inseguridad. Acá todos los días pasa algo. La gente está cansada, no sólo de los robos, sino de los violentos. Aquí la vida no vale nada”.
María Fernanda Carrillo agregó que esa es una zona olvidada de la ciudad. “Acá los transas hacen lo que quieren. Son los dueños de la vida de los que consumen droga”.
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