Se podrá armar la mesa de fin de año al aire libre

Se podrá armar la mesa de fin de año al aire libre

Aunque se prevé un tiempo inestable para la noche del 31, es poco probable que llueva.

SIN LLUVIAS. El tiempo permitirá disfrutar de los fuegos artificiales. la gaceta / archivo SIN LLUVIAS. El tiempo permitirá disfrutar de los fuegos artificiales. la gaceta / archivo
28 Diciembre 2018

Lejos de los debates por la comida, discrepancias familiares o los gastos propios del evento, hay un factor en la cena de Año Nuevo que no se puede controlar: el clima. Para la última noche del año, ¿el tiempo estará a nuestro favor?

“El 31 habrá condiciones de inestabilidad que pueden desembocar en chaparrones dispersos. Las posibilidades de tormentas son aisladas, pero la inestabilidad se intensificará en los primeros días de enero”, anunció el doctor Juan Leónidas Minetti, director del Laboratorio Climatológico Sudamericano. Como resultado, el pronóstico de Minetti contempla una fuerte caída de agua y posibles inundaciones para los primeros días de 2019.

Otro de los protagonistas de las fiestas será el calor. “Las temperaturas oscilarán entre mínimas de 22° y máximas que se ubicarán por encima de los 35°”, aseguró el climatólogo.

Por su parte, el sitio AccuWeather anunció una máxima de 30° y una mínima de 23°, con temperaturas cálidas para inaugurar el 2019.

Por lo pronto, la buena noticia es que los planes al aire libre no se verán arruinados. La mesa de fin de año podrá colocarse en el patio o jardín y se podrá hacer una vistosa ambientación con guirnaldas, luces y velas.

Comida anti-calor

La sensación de desgano ocasionada por la humedad puede jugar una mala pasada en la elección de la comida. ¿Cuáles son las mejores alternativas para disfrutar del festín calórico sin sobrepasarse?

La nutricionista Pamela Peyrel recomienda optar por platos frescos que eviten un aumento de la temperatura corporal: “una buena opción son las ensaladas con legumbres y carnes que puedan servirse frías como el pollo, pavita o ternera”.

El secreto está en renunciar a comidas extremadamente calóricas para evitar la sensación de pesadez y facilitar el proceso de digestión. “Es conveniente decir adiós a los picantes y estar atentos a la correcta conservación de los alimentos sin cortar la cadena de frío de las salsas y los aderezos”, explicó la especialista.

Algo similar ocurre con el consumo de bebidas alcohólicas para saciar la sed. “Hay que estar atentos porque la ingesta de alcohol, típica de fin de año, genera deshidratación. Por eso es necesario tomar también agua (dos a tres litros) u opciones como limonadas y aguas saborizadas con hielo”, aclaró Peyrel.

Por último, ante el calor, la mesa dulce también debe ser víctima de cambios. “Al ser frío, un postre ideal es el helado. Siempre y cuando se eviten las cremas y sabores que involucren los chocolates”, finalizó la nutricionista.

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