Facundo Cañazares pinta cuerpos reales y símbolos de lo argentino

Facundo Cañazares pinta cuerpos reales y símbolos de lo argentino

El jujeño radicado en Tucumán quiere que el mensaje de sus obras sea comprensible para toda clase de público. Cómo guiar al alumno.

EN SU TALLER. Cañazares pinta, realiza ilustraciones para editoriales y también da clases en su estudio. la gaceta / FOTO DE RICARDO REINOSO EN SU TALLER. Cañazares pinta, realiza ilustraciones para editoriales y también da clases en su estudio. la gaceta / FOTO DE RICARDO REINOSO

La figura del toro o el cebú campeón con flotadores en sus patas es recurrente en la pintura de Facundo Cañazares. El jujeño de 31 años vive desde hace más de una década en Tucumán, donde desarrolla su arte. Con una obra de la serie “Medidas preventivas” ganó el segundo premio en el reciente Salón Provincial de Jujuy. La idea que presenta en ese acrílico sobre tela surgió cuando vio una entrevista televisiva al gobernador Juan Manzur, que visitaba las poblaciones del sur en riesgo de inundaciones. “Decía que había ido a apoyar a la gente ante la proximidad de las lluvias y estaban repartiendo bolsas de arena a todos los vecinos. Esa era su solución. Instantáneamente, en mi cabeza apareció la imagen esta del cebú con los flotadores -recordó-. Me gusta jugar mucho en mi obra con lo absurdo”.

Cañazares reconoce como referentes de su arte al pintor jujeño Ariel Cortez y, en Tucumán, a gente que conoció en la Facultad de Artes de la UNT, como Alejandro Gómez Tolosa, Sergio Real y Marcelo Lazarte, que lo influenciaron mucho. “Me vine a estudiar la licenciatura, sin saber muy bien en qué me estaba metiendo. Quería pintar, dibujar y después me doy cuenta de que la carrera no era lo mío, así que hice los talleres, agarré lo que me servía y me fui”, confesó.

Personajes solitarios

Desde hace tres años comenzaron a llegarle reconocimientos importantes. En 2018 ganó su premio en Jujuy y la Beca Aída Aisenstein para exponer en la Galería Suipacha, de Buenos Aires. Sobre esa muestra, titulada “Letargo & Paradoja”, la curadora Telma Satz escribe que los personajes del artista yacen en un letargo existencial, rodeados de “un caos de imágenes, signos, información y ruidos. Lo contemporáneo bombardea su existencia silenciosa. Mujeres y hombres que pierden referencia de un horizonte, esperan solos o con su alter ego. Un profundo sentimiento de desarraigo de esos escenarios acrecienta una sensación de extraña soledad humana”.

“MEDIDAS PREVENTIVAS”. Técnica mixta sobre lienzo, de 2017. “MEDIDAS PREVENTIVAS”. Técnica mixta sobre lienzo, de 2017.

Satz elogia la depurada técnica de Cañazares, que lo coloca en la tradición de la gran pintura, “a la vez que su manejo del color refuerza del sentido de la abstracción de la atmósfera contemporánea con una extraordinaria potencia iconográfica”.

Sobre el arte de su provincia, Cañazares opinó que es muy potente, por el cruce de culturas que hay en la zona. “El arte andino es muy fuerte en Jujuy, pero no es el único -aclaró-. Es lo que más se conoce para afuera: el colla, el cerro, el carnaval. Es muy rico, a mí me gusta mucho ver el arte andino, creo que no hay que renegar de esos temas porque tienen mucho peso histórico y en la vida de la gente”.

Con respecto a su iconografía, la imagen del cebú, del toro campeón, de la vaca, es el gran símbolo argentino. “Es un símbolo bastante básico y mi idea es tratar de que la mayor cantidad de gente me entienda -argumentó-. No solamente los sectores que ‘entienden’ de arte, que tienen las herramientas para interpretar una obra, sino llegar a todos”.

-¿Al público en general le cuesta acceder al arte no figurativo?

- Tengo amigos que no están en la movida del arte, que pocas veces pisaron una sala de exposiciones, y me dicen: ‘Vos me invitás a la muestra de alguna gente y yo me siento un estúpido porque no sé qué es lo que estoy viendo. Por ejemplo, veo un morro de arena en una sala y lo primero que pienso es que están arreglando las paredes del museo’. Muchas veces los lugares fallan en acercarle al espectador común esa pequeña información que necesita. En muchas salas hay visitas guiadas, pero el tipo que entra de casualidad a veces se golpea con cosas que no entiende. Y muchos ni siquiera se animan a entrar porque no saben si hay que pagar, o cómo hay que comportarse adentro. Habría que tratar de que la gente se sienta más incluida en estos ámbitos.

- Ahora que está dando un curso, ¿qué le parece importante enseñarles a sus alumnos?

- Que se conozcan. Yo les tiro información, pero cada uno tiene un proceso distinto en la cabeza a la hora de resolver una obra. Hay que saber cuáles son sus caballitos de batalla… Yo voy viendo, a partir de lo que hace el alumno, qué es lo que le puede servirle más. El dibujo es la base. En mi obra por lo general hago bocetos en papel o en la computadora, me gusta usar modelos en vivo cuando puedo. Trato de poner gente real, que no responda al ideal de belleza que te vende la tele. Cada cuerpo creo que tiene una cosa única y genial. El cuerpo humano es algo de lo que nunca me pude despegar. Me apasiona muchísimo y en cada obra que hago siempre me asombra, el cuerpo.

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