Sobran propuestas para cumplir el sueño de una ciudad sustentable

Sobran propuestas para cumplir el sueño de una ciudad sustentable

Proyectos hay. Y muy interesantes. Muchos de ellos se convirtieron en ordenanzas aprobadas. Pero no se cumplen. O se ensayan unos meses y después quedan olvidadas. Clasificación de basura, terrazas verdes, ciclovías, entre otros puntos, forman parte de las ideas que dan vuelta sin llegar a aterrizar hacer de San Miguel de Tucumán un lugar que pueda vivirse y disfrutarse plenamente.

TERRAZA VERDE. Este espacio existe por iniciativa de un vecino y sirve para demostrar que con poco se puede conseguir un pequeño pulmón verde. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO.- TERRAZA VERDE. Este espacio existe por iniciativa de un vecino y sirve para demostrar que con poco se puede conseguir un pequeño pulmón verde. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO.-

Limpia. Ordenada. Con mucho verde. Con menos autos y más bicicletas. Sin tantos ruidos. Es el sueño de una gran porción de habitantes de San Miguel de Tucumán. La ciudad, que hoy cumple 333 años, también tiene ganas de ser sustentable. Al menos eso dicen varias de las ordenanzas que rigen en la capital. El problema es que no siempre se cumplen.

La capital, que alberga casi 530.000 habitantes, ya debería tener una red de ciclovías, las terrazas de edificios llenas de vegetación, la basura clasificada en los hogares, menos contaminación en el aire y más espacios verdes. Si se cumplieran las normas que dibujan una ciudad más sustentable ya habríamos avanzado en la descentralización de actividades, por ejemplo. Y habríamos recuperado sitios muy importantes, como la costanera del río Salí.

Todos estos puntos fueron planteados por urbanistas, concejales y otros expertos. Algunos temas se trataron y se sancionaron. Otros quedaron en simples proyectos.

Bicicletas

En noviembre de 2010, los concejales capitalinos aprobaron una ordenanza para crear una red de circulación para ciclistas. El objetivo del “Programa de Ordenamiento Vial para Ciclistas” era estimular el uso de estos rodados mediante la creación de la infraestructura necesaria: carriles o sendas para bicicletas que comuniquen integralmente las distintas zonas de la ciudad.

También preveía la creación de espacios de estacionamientos para bicicletas en paradas colectivas, en zonas cercanas a centros hospitalarios y asistenciales y de organismos públicos y áreas de esparcimiento.

Pasaron ocho años y en ese lapso los capitalinos sólo cuentan con una ciclovía: la que recorre dos kilómetros de la avenida América.

El impulsor de la vieja medida, el edil Raúl Pellegrini, lamentó que nunca haya prosperado la ordenanza. “Se podría haber empezado con un plan director para establecer qué arterias podían tener ciclovías, y de esta manera, mientras vas haciendo obras de pavimentación, ya vas previendo para el futuro”, señaló el concejal.

Opinó que es esencial tener esta vía alternativa para un tipo de transporte que ayuda al medio ambiente y mejora el tránsito de la urbe. “La gente no se desplaza en bici porque no puede. Históricamente la ciudad está pensada para autos y colectivos; pero es hora de empezar a cambiar. La zona céntrica lo necesita sí o sí para descongestionar el tránsito”, remarcó.

Otro proyecto, que también habla de accesibilidad en la zona céntrica, propone la reparación de todas las aceras y la construcción correcta de rampas, ya que muchas de las que hoy hay en las esquinas son prácticamente imposibles de usar por personas con movilidad reducida. El autor del proyecto de “veredas únicas”, el concejal Agustín Romano Norri, confía en que pronto se comience a implementar la ordenanza, que ya fue aprobada.

“El tránsito y la accesibilidad son las dos grandes deudas pendientes de la ciudad con la gente. Hoy los vecinos no disfrutan de caminar por el centro por veredas angostas y rotas, todo sumado al caos vehicular. El mundo actual le está dando mucha importancia al peatón y hacia allí debe ir también San Miguel de Tucumán”, ponderó.

Basura

¿Cómo tener una ciudad más limpia? ¿Qué hacer con la basura? También son preguntas que la capital se ha planteado en más de una oportunidad. Pero que aún no tiene del todo resuelto. No faltaron proyectos para avanzar en ese sentido. Sin embargo en la actualidad la separación de residuos (en orgánicos e inorgánicos) o cómo hacer para generar menos desechos parecen ser dos objetivos muy lejanos.

Un proyecto de ordenanza aprobado en 2006 preveía la realización de un plan piloto de separación de residuos que permitiría en el futuro diseñar un sistema de división de desechos en toda la ciudad. Se lo llevó a cabo por 10 meses y nunca pudo extenderse a toda la ciudad. Hoy a ningún vecino se le exige que separe sus residuos antes de que pase el camión recolector.

Otra norma exige a los habitantes que entreguen las pilas y baterías usadas -considerados por ley nacional como residuos peligrosos- en sitios específicos, que tendrán recipientes destinados a tal fin. Establecimientos educativos, ONG y locales comerciales debían adherirse voluntariamente a un programa especial para tal fin. Sin embargo, casi ningún vecino de la capital, donde se usan más de usan 5 millones de pilas al año, sabe qué hacer con ellas ni con los desechos tecnológicos que genera.

Lo que sí saben es que no deben tirar papeles en la vía pública. Es una cuestión de cultura y también una ordenanza viejísima que prevé multar a quienes no lo cumplan. Sin embargo, nunca se aplicó. ¿Hace falta?

Gris versus verde

Hay una sola forma de enfrentar el avance del cemento en la metrópolis: con más verde. Pero, ¿cómo hacer cuando ya no quedan muchos espacios disponibles? Eso es lo que se preguntó hace ocho años el entonces concejal Hugo Cabral. La respuesta fue: tener terrazas con mucha vegetación en los edificios, lo cual le daría una linda imagen a la ciudad y ayudaría a mitigar el calor.

Por resolución, el Concejo Deliberante le solicitó al Ejecutivo municipal que realizara los estudios necesarios para el diseño e implementación de un programa que permitiera cubrir los techos de edificios municipales y privados con vegetación. “Bastaba con poner algunas macetas para tener pequeños pulmones verdes; pero todo quedó en la nada”, lamentó Cabral.

Había otros proyectos más ambiciosos que nunca tuvieron el visto bueno. Uno de ellos, por ejemplo, planteaba que todo edificio que se construyera con más de cinco pisos debía ceder a la Municipalidad un área mínima de terreno para espacio verde de uso público.

Para alcanzar el sueño de ser una ciudad sustentable sobran propuestas. Cuando sople las 333 velitas será cuestión de pedir que alguna se cumpla.

> La voz oficial
“la ciudad es lo  que los vecinos quieren que sea”
El secretario de Gobierno del municipio, Walter Berarducci, señaló que San Miguel de Tucumán tiene muchos motivos para festejar. Igualmente admitió que hay falencias e instó a la comunidad a involucrarse más para tener una urbe mejor. “Si tenemos una ciudad caótica no le podemos echar toda la culpa a la ciudad; esta es el reflejo de lo que somos nosotros. Si criticamos el desorden, lo estético, la basura también cabe preguntarse cómo es uno”, recalcó el funcionario de la intendencia de Germán Alfaro. “Las autoridades tienen una responsabilidad mayor, pero la ciudad es lo que los vecinos quieren que sea. Podés contratar los mejores urbanistas y si no estamos convencidos los ciudadanos de mejorar será difícil de aplicar”, apuntó.

> Cortes de tránsito
- A partir de las 12 de hoy, se cortará el tránsito en ambas trochas de la avenida Mate de Luna, entre avenida Mitre y Pellegrini.
- Tampoco se podrá circular por las primeras cuadras de las calles y pasajes perpendiculares a la avenida Mate de Luna, como Asunción, Lucas Córdoba, Libertad y el pasaje Cervantes.
- Las calles San Martín y Crisóstomo Álvarez, paralelas a la avenida Mate de Luna, estarán liberadas al tránsito.

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