La quema, el gran enemigo de la cosecha en verde

La quema, el gran enemigo de la cosecha en verde

En Tucumán, más del 80% de la superficie con caña de azúcar se cosecha en forma mecánica con máquinas integrales, sin quemar la caña antes de la operación de cosecha. Esta práctica se conoce como “cosecha en verde”, y su implementación conduce a un sistema de manejo del cañaveral más sustentable y amigable con el ambiente.

El fuego en la producción de caña de azúcar es mala palabra y está penado por la ley; sin embargo se siguen viendo las quemazones en los campos tucumanos, realizadas generalmente de manera desaprensiva, sin tener en cuenta los daños que producen; pero sobre todo es preocupante, ya que el sector cañero se capacita de manera permanente para evitar que sus cañaverales sean afectados por el fuego antes o después de la cosecha.

En este sentido, tanto el INTA como la Eeaoc trabajan denodadamente para solucionar esta práctica que termina perjudicando al productor y a toda la sociedad.

En Tucumán, más del 80% de la superficie con caña de azúcar se cosecha en forma mecánica con máquinas integrales, sin quemar la caña antes de la operación de cosecha. Esta práctica se conoce como “cosecha en verde”, y su implementación conduce a un sistema de manejo del cañaveral más sustentable y amigable con el ambiente y las poblaciones vecinas a los campos productivos, pero la quema intencional sigue siendo el gran enemigo de esta alternativa de manejo sustentable que se desea incorporar.

La realización de este tipo de cosecha es posible debido a que las máquinas integrales de última generación son capaces de trabajar en estas condiciones con resultados, tanto para los niveles de “trash” (basura) como para los de pérdida de materia prima, perfectamente compatibles con una cosecha eficiente.

El residuo que queda después de la cosecha en verde de la caña de azúcar se conoce como “residuo agrícola de cosecha” o RAC y su cantidad varía, en las condiciones de Tucumán, entre 7 y 17 toneladas de materia seca/ha. Este residuo debe ser considerado como un “valor” por los productores, y se le pueden dar diferentes alternativas de manejo, ninguna de las cuales implica la quema del mismo.

Las alternativas de manejo posibles para el RAC son: 1) dejarlo sobre la superficie del suelo como cobertura (”mulching”), 2) incorporarlo en los primeros centímetros del suelo y, 3) enfardarlo y retirarlo del campo, para que sea utilizado como “mulching” de otras cultivos, para la alimentación del ganado y para obtener energía de diferentes formas (quemado en las calderas, utilizado para producir briquetas de carbón, etcétera).

Cuando el RAC se deja como cobertura sobre la superficie del suelo, favorece una mejor infiltración del agua de lluvia o riego y disminuye la pérdida de humedad por evaporación. Por lo tanto, mejora la conservación de la humedad en el suelo. Esto constituye una ventaja importante en las condiciones de Tucumán, donde la caña se cultiva mayormente sin riego. Normalmente, durante la primavera seca, el cañaveral no dispone de suficiente agua para satisfacer sus necesidades de crecimiento.

Además, la conservación del residuo significa un aporte importante de materia orgánica al agroecosistema, mejora la fertilidad y protege al suelo de la erosión, favorece el desarrollo de una meso y microflora benéfica, evita el crecimiento de algunas malezas, especialmente las anuales originadas de semilla, y permite reducir las labores de cultivo.

Por todo lo mencionado anteriormente, conservar el RAC sobre la superficie del suelo es una práctica beneficiosa para la producción de la caña de azúcar, en aquellas regiones que no presentan problemas de exceso de humedad o napa freática alta.

En condiciones de excesiva humedad, como puede ocurrir en algunas zonas de la Llanura Deprimida, mantener la cobertura de RAC puede tener efectos adversos sobre el crecimiento de la caña de azúcar.

En esta situación, se puede optar por incorporar los residuos en los primeros centímetros del perfil. En Tucumán existen equipos que permiten realizar esta tarea, los cuales son similares al equipo de 4 paquetes, sólo que más pesados.

La otra alternativa de manejo es retirar el RAC del campo, lo que puede realizarse en Tucumán empleando máquinas enfardadoras.

El RAC que se retira del campo puede ser utilizado para producción de energía, como alimento para el ganado o como “mulching” en otros cultivos.

Así, la “cosecha sin quema” (cosecha en verde) y el manejo del RAC son el camino a transitar por la actividad azucarera tucumana.

Además el RAC y el bagazo que se obtienen de la cosecha y del proceso industrial son insumos básicos para incrementar la eficiencia energética de los sistemas de cogeneración de energía eléctrica que muchos ingenios azucareros invirtieron para aprovechar esta ventaja que ofrece la biomasa que produce la caña de azúcar.

Este cambio de visión en la actividad azucarera y el esfuerzo conducente a lograr sistemas productivos más sustentables, con la consecuente valorización del RAC, debe estar acompañado por la concientización de toda la comunidad en relación con el manejo del fuego, a fin de evitar las quemas accidentales y/o intencionales de los campos y cañaverales tucumanos.

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