Cartas de lectores
 la gacetA / FOTO DE FRANCO VERA la gacetA / FOTO DE FRANCO VERA
23 Agosto 2018

LA IGLESIA SAN FRANCISCO

La nota publicada el 20/8 en LA GACETA, sobre el desprendimiento de parte de la fachada de la Iglesia San Francisco, no hace más que recordarnos que el declarado Monumento Histórico Nacional está en una situación de abandono y decadencia edilicia; las autoridades de la Nación no le dan la importancia que la edificación religiosa requiere. El templo en cuestión, que lleva el nombre de uno de los santos que más ejemplo dio de vida evangélica, San Francisco de Asís, paradojalmente vuelve a recordarnos aquel momento en su vida, cuando la voz de Cristo le dijo: “Francisco, repara mi Iglesia”. Fue ese llamado el que impulsó a Francisco a iniciar, desde la más extrema pobreza y despojo, una renovación de la fe cristiana, a fin de acercarla más a las enseñanzas evangélicas y alejarla de un clero corrompido. El “loco de Asís”, como llamaban a Francisco, flaco, barbudo y desgarbado, fundó en el medioevo una de las órdenes mendicantes más conocidas y extendidas aún en estos días. Sólo vestido con unos harapos de color marrón y sandalias, a semejanza de Cristo, supo predicar con el ejemplo y así reparar la Iglesia que, desde lo moral, estaba en declive. En estos tiempos de postmodernidad -donde un Papa argentino optó por el nombre de Francisco-, hoy se encuentra en pleno proceso de restauración la Iglesia, a fin de depurarla de todo aquello que aleja, para hacerla más cercana a los tiempos que corren. El templo de San Francisco en su interior no sólo es espiritualidad, sino historia viva; particularmente, su patio interno es un viaje a la Edad Media, ya que su arquitectura es idéntica a las construcciones monacales de entonces. Aquel Jesús crucificado, en esa Iglesia derruida de San Damián, donde el santo escuchó la voz de Cristo, debería hacernos reflexionar sobre el valor de la Iglesia Franciscana que, de algún modo, dice: “repárenme”. Espero que la burocracia, el descuido o un ajuste económico no hagan caso omiso a la necesidad de reparar tan particular monumento histórico, donde quizás alguien, alguna vez, oró por un familiar enfermo, pidió trabajo o simplemente dio gracias por poder ver al hermano Sol y a la hermana Luna.

Mario Alberto Villafañe

INTROMISIÓN

Cuando leí en la portada de LA GACETA “La Justicia argentina está ante una gran oportunidad”, atribuidas al flamante embajador de los Estados Unidos en nuestro país, Edward Prado, imaginé lo siguiente: el embajador argentino en EEUU, Fernando Oris de Roa, opina sobre la justicia estadounidense en relación con Trump y las cuestiones electorales, y se despacha con una expresión nada diplomática. Dice “La justicia de este país (EEUU) tiene una gran oportunidad” (por el caso electoral que involucra a rusos y Trump). El propio Trump, fiel a su estilo, lo llamaría a Macri pidiendo que le envíe otro embajador. En el acto. Claro, se comprende. Prado viene de ser juez durante tres décadas y está empezando a ser diplomático en tres meses. Su intervención en los asuntos político-litigiosos de Argentina, así predijera que se “está ante una gran oportunidad” es lisa intromisión. Aunque para los EEUU, voltear un presidente de la democracia, como Allende en Chile, no fue sino una natural manera de preservar la sanidad “americana” (sic) en el sistema del “patio trasero”.

Carlos Duguech

INSEGURIDAD Y CORRUPCIÓN

Los argentinos estamos en una situación límite con el gravísimo tema de la inseguridad, los índices de de delincuencia son alarmantes y cada día cobran muchas vidas inocentes en la vía pública, y los tres poderes de gobierno nada hacen por superar este panorama, y las leyes siguen iguales o peor. En Tucumán, el ministro de Seguridad sólo atina a dar los porcentajes de denuncias recibidas en las fuerzas policiales. Con esto no ganamos nada, necesitamos urgente una solución; la gente tiene miedo de salir a la calle, los delincuentes actúan fríamente sin importarles nada, si son niños, adolescentes, adultos o ancianos. Esto no da para más; se está generando un clima candente. Los actos de corrupción, desenmascarados por testigos arrepentidos, son de terror, involucrando a políticos y salpicando hasta la imagen de nuestro Papa en el Vaticano. Esto es muy grave. Argentina está en llamas ante el mundo. Si judicialmente no se toman los recaudos necesarios, puede pasar lo peor entre nosotros. Y aquí el pueblo tiene la palabra; debemos “frenar” esta situación. Se han llenado plazas por el aborto, por la muerte de Nisman, por actos políticos. ¿Por qué no llenamos plazas para decir basta de inseguridad y de corrupción?

Daniel Francisco Leccese

CUIDADO CON EL CORAZÓN

Quiero sugerirles a los lectores de LA GACETA que, antes de hacer sus compras, se tomen la presión y vayan a un cardiólogo, porque estoy seguro de que se van a encontrar con una desagradable sorpresa y un susto mayor. Los productos que un día antes estaban a $ 50, hoy valen $ 100, por la imparable inflación, mientras los gobernantes que nos prometieron “pobreza cero” están ausentes. Nuevamente fuimos engañados como nos tienen acostumbrados los políticos, que usan la mentira y el engaño en busca del voto. Recuerdo que nuestro Gobernador decía que trabajaba por un Tucumán mejor, pero cerraba la fábrica BGH, dejando sin trabajo a más de 50 empleados. Señores gobernantes: esta dura crisis no se soluciona con besos, abrazos y regalos, que son costeados con dinero que el pueblo paga a través de los impuestos. Esto se arregla creando fuentes de trabajo en empresas que se radiquen en Tucumán para mejorar nuestra economía, que está en serio peligro de naufragar.

Juan Carlos Monasterio

Pasaje Luis Beltrán 1.452
San Miguel de Tucumán

AGRADECIMIENTO

Señores periodistas: mi hijo de 18 años, me dice: “Mamá, mamá, LA GACETA expresa lo mismo que vos y el Papá nos enseña: “siempre digan la verdad, cumplan con sus deberes y lo que hayan prometido”, y ponen tu nombre y dirección. Así me entero que en la edición del martes 21 del corriente mes, se publicó mi carta, que reenvié de nuevo. Pido perdón por esto, y les agradezco que la hayan evaluado convenientemente. Especialmente los jóvenes son quienes deben observar esos tres pilares fundamentales que forjarán su personalidad moral. ¡Ojalá muchos hayan leído esas líneas! Gracias por su publicación.

María Dip

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