La amistad viaja en bici y llega cada vez más lejos

La amistad viaja en bici y llega cada vez más lejos

Todo nació a partir de un grupo de Facebook, creado por Soledad García y Juan Iribarren. Ellos lanzaron una convocatoria, abierta a aquellos entusiastas con ganas de lanzarse a la aventura a bordo de la bicicleta. Cada vez son más y lo demuestran. El fin de semana pasado se los vio en Tafí del Valle: habían subido a la mañana y bajaron por la tarde.

“A PURO PEDAL”. La inevitable selfie generó risas entre los miembros del grupo. “A PURO PEDAL”. La inevitable selfie generó risas entre los miembros del grupo.
10 Enero 2018
Veinte minutos antes de las tres de la tarde, afuera de una heladería ubicada en el centro de Tafí del Valle, el silencio de la siesta fue interrumpido por las carcajadas de un grupo de ciclistas. Eran 10 y estaban sentados en bancos de madera sobre la vereda, tomando helado y sacándose una selfie con “Muña Muña”, un personaje urbano de la villa veraniega. Vestían cascos, calzas, guantes, anteojos de sol y algunos hasta camperas, porque en la sombra estaba fresquito a pesar de que el sol brillaba radiante. Contagiaban alegría, buena onda y diversión. Ese estado de felicidad habían alcanzado tras subir en bicicleta durante toda la mañana desde Acheral hasta los Valles. El placer de pedalear en grupo, que es un ejercicio terapéutico y muy adictivo para ellos, los hace viajar casi todos los fines de semana, desde hace un año. Andar en bici los transformó de desconocidos en mejores amigos.
“Si sos nuevo en el grupo y compartís un viaje, a los cinco kilómetros ya estás rebien, porque marchás en la misma sintonía que el resto. Vas contando tus experiencias y los demás también. Al final de la salida ya terminamos todos bien amigos”, contó Alejandra Rodríguez (43) a LA GACETA.
Los siete hombres y las tres mujeres que viajaron a Tafí el domingo pasado -subieron y bajaron en el día- se conocieron por Facebook, a través del grupo “A puro pedal”. La comunidad había sido creada por Soledad García y Juan Iribarren en noviembre de 2016, con el objetivo de organizar viajes en bici, sumar ciclistas, fomentar el compañerismo, el respeto y mejorar cada día.
Viajar pedaleando en equipo les resulta sanador, placentero y muy adictivo. Durante el camino charlan sobre cuestiones personales, pero también se hacen bromas que desencadenan risas. “Es una terapia, es donde yo libero todo lo que me hace mal, toda la carga del trabajo y el estrés diario. Nos contamos de todo mientras vamos andando, como si fuera charlar con un psicólogo o con un amigo íntimo”, confesó orgullosa Soledad Albornoz (43).
Desde la creación del grupo han viajado a muchos lugares. De lunes a viernes las salidas suelen ser hacia Horco Molle, mientras que los fines de semana pedalean hasta localidades más lejanas: hace 15 días ya habían viajado a Tafí del Valle, mientras que hace un mes llegaron hasta Catamarca. Una vez recorrieron 73 kilómetros desde Humahuaca (Jujuy) a Iruya (Salta) en 72 horas. Aunque depende del trayecto, la idea es ir y volver en el día.
Pero quienes viajaron a Tafí el fin de semana pasado no son los únicos integrantes del conjunto. Ese mismo día, otros ciclistas estaban cruzando la cordillera, yendo hacia Chile. “Es un solo grupo pero se hacen varias salidas y viajan los que pueden y a donde pueden”, explicó Oscar Brandán (38).
Lo que incentivó a algunos de ellos a viajar en bici fueron las ganas y la necesidad de mejorar la salud. Como Rubén Ariel Ponce, que forma parte de “A puro pedal” desde hace un año, pero pedalea hace tres, y ya bajó 25 kilos.
Cualquiera que tenga ganas puede sumarse al grupo, ya que no hay requerimientos de edad. Sólo se necesitan ganas de divertirse, relajarse, hacer actividad física y cumplir con los mínimos requisitos de seguridad en cuanto a la vestimenta, como usar casco.
“No tenemos fines de lucro como otras agrupaciones en las que tenés que pagar para que te enseñan algunas cosas sobre andar en bici. Acá, los chicos que tienen más experiencia van enseñando y dando consejos sobre cómo andar, lo que lleva a que se hagan amigos”, aclaró Ariel Sosa (25).
Los ciclistas relataron sus experiencias de viajar en bici juntos con mucho entusiasmo, a los gritos, hablando al mismo tiempo, como si hubieran estado revelando un tesoro muy valioso que muy pocos conocen. “Hay gente que dice que no va a llegar, que no va a poder viajar andando en bici, pero yo creo que sí se puede, que sólo hay que entrenar un poquito”, sostuvo convencida Soledad, invitando a quienes no forman parte de la comunidad a pedalear para disfrutar. 

Veinte minutos antes de las tres de la tarde, afuera de una heladería ubicada en el centro de Tafí del Valle, el silencio de la siesta fue interrumpido por las carcajadas de un grupo de ciclistas. Eran 10 y estaban sentados en bancos de madera sobre la vereda, tomando helado y sacándose una selfie con “Muña Muña”, un personaje urbano de la villa veraniega.

Vestían cascos, calzas, guantes, anteojos de sol y algunos hasta camperas, porque en la sombra estaba fresquito a pesar de que el sol brillaba radiante. Contagiaban alegría, buena onda y diversión. Ese estado de felicidad habían alcanzado tras subir en bicicleta durante toda la mañana desde Acheral hasta los Valles. El placer de pedalear en grupo, que es un ejercicio terapéutico y muy adictivo para ellos, los hace viajar casi todos los fines de semana, desde hace un año. Andar en bici los transformó de desconocidos en mejores amigos.

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“Si sos nuevo en el grupo y compartís un viaje, a los cinco kilómetros ya estás rebien, porque marchás en la misma sintonía que el resto. Vas contando tus experiencias y los demás también. Al final de la salida ya terminamos todos bien amigos”, contó Alejandra Rodríguez (43) a LA GACETA.

Los siete hombres y las tres mujeres que viajaron a Tafí el domingo pasado -subieron y bajaron en el día- se conocieron por Facebook, a través del grupo “A puro pedal”. La comunidad había sido creada por Soledad García y Juan Iribarren en noviembre de 2016, con el objetivo de organizar viajes en bici, sumar ciclistas, fomentar el compañerismo, el respeto y mejorar cada día.

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Viajar pedaleando en equipo les resulta sanador, placentero y muy adictivo. Durante el camino charlan sobre cuestiones personales, pero también se hacen bromas que desencadenan risas. “Es una terapia, es donde yo libero todo lo que me hace mal, toda la carga del trabajo y el estrés diario. Nos contamos de todo mientras vamos andando, como si fuera charlar con un psicólogo o con un amigo íntimo”, confesó orgullosa Soledad Albornoz (43).

Desde la creación del grupo han viajado a muchos lugares. De lunes a viernes las salidas suelen ser hacia Horco Molle, mientras que los fines de semana pedalean hasta localidades más lejanas: hace 15 días ya habían viajado a Tafí del Valle, mientras que hace un mes llegaron hasta Catamarca. Una vez recorrieron 73 kilómetros desde Humahuaca (Jujuy) a Iruya (Salta) en 72 horas. Aunque depende del trayecto, la idea es ir y volver en el día.

Pero quienes viajaron a Tafí el fin de semana pasado no son los únicos integrantes del conjunto. Ese mismo día, otros ciclistas estaban cruzando la cordillera, yendo hacia Chile. “Es un solo grupo pero se hacen varias salidas y viajan los que pueden y a donde pueden”, explicó Oscar Brandán (38).

Lo que incentivó a algunos de ellos a viajar en bici fueron las ganas y la necesidad de mejorar la salud. Como Rubén Ariel Ponce, que forma parte de “A puro pedal” desde hace un año, pero pedalea hace tres, y ya bajó 25 kilos.

Cualquiera que tenga ganas puede sumarse al grupo, ya que no hay requerimientos de edad. Sólo se necesitan ganas de divertirse, relajarse, hacer actividad física y cumplir con los mínimos requisitos de seguridad en cuanto a la vestimenta, como usar casco.

“No tenemos fines de lucro como otras agrupaciones en las que tenés que pagar para que te enseñan algunas cosas sobre andar en bici. Acá, los chicos que tienen más experiencia van enseñando y dando consejos sobre cómo andar, lo que lleva a que se hagan amigos”, aclaró Ariel Sosa (25).

Los ciclistas relataron sus experiencias de viajar en bici juntos con mucho entusiasmo, a los gritos, hablando al mismo tiempo, como si hubieran estado revelando un tesoro muy valioso que muy pocos conocen. “Hay gente que dice que no va a llegar, que no va a poder viajar andando en bici, pero yo creo que sí se puede, que sólo hay que entrenar un poquito”, sostuvo convencida Soledad, invitando a quienes no forman parte de la comunidad a pedalear para disfrutar. 

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