La mala alimentación puede causar la caída del 20% de la productividad laboral

La mala alimentación puede causar la caída del 20% de la productividad laboral

26 Noviembre 2017

Las Enfermedades Crónicas no Transmisibles (ECNT) están representadas principalmente por las enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades respiratorias crónicas. Estas patologías se asocian a una serie de factores de riesgo comunes, dentro de los cuales los más importantes son: la alimentación inadecuada, la inactividad física, el consumo de tabaco y el consumo de alcohol.

A nivel mundial se estima que seis de cada 10 muertes y el 70% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) se deben a las ECNT. Asimismo, se proyecta que para 2030 más de tres cuartas partes de las muertes serán por esta causa, lo que representará el 66% de la carga de enfermedad mundial.

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Por otro lado, las ECNT tienen un impacto económico enorme, no sólo por los costos derivados de la atención médica sino también debido a la pérdida de productividad de las personas afectadas, ya que un cuarto de las muertes por estas causas ocurren en personas menores de 60 años.

La Argentina no está exenta de esta problemática. De acuerdo con publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ECNT representan el 80% del total de muertes y el 76% de los años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Por otro lado, de acuerdo a la información de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS) del Ministerio de Salud de la Nación, en 2013 la principal causa de muerte fueron las enfermedades cardiovasculares, seguidas por los tumores.

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La Nutrición y los recursos humanos son las dos áreas que trabajan coordinadas e íntimamente relacionadas para afrontar el impacto de la salud en la productividad, señalan a DINERO desde Bienestar Consultora (www.bienestarconsultora.com), que recientemente certificó la Marca Tucumán.

El aumento de las horas fuera de casa, sumado al sedentarismo se potencia con drásticas consecuencias para la salud y el rendimiento intelectual y laboral de las personas. A veces nos sentimos agotados y pensamos que es estrés, porque tenemos dolor de cabeza, insomnio, cambios de humor, pero en realidad se trata de una deficiencia en la alimentación. Si los hábitos alimentarios en el trabajo mejoran, se pueden prevenir enfermedades crónicas, mal nutrición por excesos o déficit alimentario, también problemas de atención y concentración. Es fundamental tener en cuenta las necesidades y la salud para ofrecer herramientas que mejoran la efectividad y rendimiento de las personas. La nutrición es primordial a la hora de sentirse bien, con energía y potenciar el día.

Aún existe el concepto de que comer saludable no es delicioso o que es más costoso, por eso hacemos tanto hincapié en derribar esos mitos, en diseñar talleres y en realizar encuestas de salud personalizadas para que la inversión de la empresa sea real y eficiente a la hora de hablar de nutrición laboral, expresa María Paula Martínez, directora de Bienestar y especialista en Nutrición.

“La suma de las ECNT, el estrés laboral y los accidentes laborales son algunas de las causa principales de ausentismo y baja productividad en el trabajador. Desde el punto de vista laboral el stress, afecta directamente la dificultad en la toma de decisiones, el deterioro cognitivo y las problemáticas en la gestión de emociones. De acuerdo con los datos obtenidos a través de la encuesta de indicadores laborales (EIL) que elabora el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, comenta por su parte Ana Romina Toscano Budeguer, la otra directora de la consultora y especializada en Comunicación y Recursos Humanos.

A pesar de este escenario desalentador, estas enfermedades son prevenibles en gran medida. Existen intervenciones costo-efectivas dirigidas tanto a la población en su conjunto como a las personas en particular.

El impacto de estas acciones que abordan diariamente las licencias, se ven reflejado en los siguientes beneficios al pensar en Bienestar personal e Institucional, puntualizan las expertas:

• Implementar la educación alimentaria nutricional en el ámbito laboral.

• Prevenir enfermedades crónicas no transmisibles.

• Disminución del ausentismo e incremento en la productividad.

• Mejorar la imagen corporativa para los colaboradores y comunidad.

• Disminución de la rotación de personal.

• Fortalecer el sentimiento de pertenencia, compromiso y motivación.

•Brindar herramientas para la gestión de emoción y prevención de estrés laboral.

• Optimizar clima laboral.

Muchas veces las empresas solo apuntan a realizar capacitaciones que solo impacten en la tarea de los colaboradores, temas técnicos y puntuales de la tarea. “Hoy por hoy se buscamos lograr salud personal e institucional, considerando a las personas como un todo, cuerpo, mente y emociones “, afirman las licenciadas y directoras de Bienestar.

Un dato de la realidad termina por confirmar la necesidad de accionar en la materia. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la mala alimentación puede ser causa de la pérdida de hasta el 20% en la productividad laboral en las empresas.

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