08 Enero 2017
UN ENCUENTRO CASUAL. Maxi Caram adoptó un gato abandonado y ahora se volvieron inseparables. la gaceta / foto de antonio ferroni
“¡Agotada! Así quedo después de jugar con mis amigos en el parque”. “Mamá ya me deja traer el novio a casa. Ella es muy open mind”. Dos leyendas de foto de Instagram. Lo inusual de esta cuenta es que la protagonista tiene hocico y patas y se llama Brownie. Las imágenes de la beagle tricolor en distintas poses causan sensación en la red social, donde en dos meses ya consiguió 42 seguidores.
Brownie es la perrita juguetona de ojos marrones que Romina Soria adora. Llegó hace cuatro meses a la casa de esta joven diseñadora gráfica, que también es mamá (como ella se define) de Teki, un perro callejero que encontró en Raco hace cinco años. “Para mí, ellos dos son todo. Me acompañan todo el tiempo, me llenan de amor”, cuenta.
Cuando hace mucho calor, Brownie y Teki duermen con Romina en el cuarto con aire acondicionado. A la perrita la mete en la pileta con ella, le compra juguetes y la lleva a pasear al parque 9 de Julio cada tarde. Allí se desenchufa y se pone en contacto con la naturaleza. Justamente, en ese espacio conoció a otros “papás de mascotas”, con quienes conversa sobre temas del mundo animal. Tienen un grupo de whatsapp para pasarse datos sobre veterinarios, alimentos y otros consejos varios.
Samuel es el nombre de un gato gris de ojos amarillos que alguien abandonó hace un año y medio en la puerta del negocio de Maxi Caram, a pocos metros del Instituto Miguel Lillo. Como la mascota lloraba tanto, el joven escultor de 29 años decidió llevarlo a su departamento de barrio Sur, donde vive solo. Y sin querer queriendo se convirtieron en compañeros inseparables. “Antes había tenido un perro, pero se enfermó y murió. Fue muy duro para mí; me sentía muy solo. Samuel fue inesperado, pero la verdad es que me trajo alegría. Además, es muy independiente y no necesita tanto de mí”, explica.
Los animales de compañía son cada vez más importantes en la vida de las personas. Tanto que la mitad de los argentinos que tienen una mascota sienten que es un miembro más de la familia. Así lo reveló una encuesta elaborada en el país por Millward Brown Argentina, para dos reconocidas marcas de alimento balanceado.
Según este trabajo, realizado en las principales ciudades del país, ya hay ocho de cada 10 personas que tienen una mascota. El 40% de los perros vive directamente adentro de las casas y un 18% de la gente los considera “como un hijo”.
Al parecer, perros y gatos se han ido convirtiendo cada vez más en poderosos antídotos para la soledad. Esto es lo que demostró una investigación que hizo el año pasado la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Según este estudio al que pudo acceder LA GACETA quienes muestran más apego con sus mascotas son los solteros, un grupo que viene creciendo sin pausa de acuerdo con últimos datos del censo. ¿Será que estamos cambiando matrimonio e hijos por mascotas?, es lo que se preguntan los veterinarios. La respuesta es sí.
“Para algunas parejas jóvenes el perro es como el primer hijo. Y hay otro grupo importante de jóvenes solteros o personas mayores solas que adoptan mascotas y las tratan como si fuera humanos. La atención que les dedican es total: están pendientes de la salud, hacen hasta lo imposible para que vivan más años, los llevan de viaje, les compran juguetes y los malcrían”, describe la veterinaria Patricia El-Kadi.
La investigación de la UADE reveló que las tías profesionales sin hijos (se las llama PANKs) son las que más consideran a las mascotas como hijos. De hecho, la encuesta dice que piensa eso el 77% de ellas.“El afecto que siento hacia mi mascota me ayuda a estar saludable”, dijeron las encuestadas.
Una mascota está siempre en casa, es afectuosa, contagia su alegría al dueño, lo “empuja” a salir, a entrar en contacto con el mundo exterior y muchas veces eso lo ayuda a relacionarse con otras personas.
“Claro que tener un animal doméstico tiene beneficios. Un perro o un gato ayuda a sus dueños a no deprimirse; las personas solas se sienten útiles, necesarias para que ese ser viva”, explica la veterinaria Rosandra Molina.
“Creo que hay más personas solas y aumenta la tenencia de mascotas porque la gente busca relaciones menos conflictivas y el animal es incondicional”, analiza la especialista.
Molina asegura que en los últimos años ha ido cambiando el rol de la mascota. “De amiga pasó a ser un miembro más de la casa, con similares beneficios que otros integrantes de la familia o más: son los más mimados. La relación entre amo y animal se profundiza demasiado”, señala Molina. Y aclara que si bien emocionalmente los perros y gatos traen muchos beneficios, la humanización de ellos no está buena porque los animales poco a poco van perdiendo su instinto.
Tendencia creciente
En turismo, ser “pet friendly” suma
- Un nuevo contexto se asoma en turismo en lo que refiere a las mascotas. Hoy se sabe que una de cada cuatro personas viaja de veraneo con su perro o gato, una tendencia que seguirá creciendo, lo que lleva a los prestadores de servicios turísticos a ampliar su oferta para satisfacer esta demanda. Hoy en día convertir un establecimiento en “pet friendly” (amigable con las mascotas) garantiza un mayor número de ventas, señalan los expertos.
Servicios de todo tipo
- La humanización de las mascotas hizo explotar un negocio que no para de crecer y de sumar servicios de lo más sorprendentes. Para tener una idea, hoy en Argentina se gasta más en comida para las mascotas que en alimentos de la canasta básica, como yerba y pastas. Hay peluquerías para perros y gatos, tiendas para comprarles ropa y juguetes y veterinarias que venden golosinas, galletitas y caramelos con los que se puede armar una fiesta de cumpleaños al animal.
Más obligaciones, más gatos
- Cuando el hombre o la mujer trabajan, viven solos y no tienen ayuda para cuidar una mascota, el gato se asoma como el compañero ideal. Esto reflejan las estadísticas. Según el Programa Nacional de Tenencia Responsable y Sanidad de Perros y Gatos (Protenencia) que depende del Gobierno nacional, cada vez hay más de estos felinos. Precisamente hay un gato cada cinco argentinos. Respecto de los perros, los gatos dan menos trabajo porque no hay que sacarlos a pasear, son más económicos de mantener, pueden permanecer solos por horas. Son juguetones y excelentes compañeros, según los describen sus dueños.
Perros y gatos, en números
63%de los argentinos tiene perro, según una encuesta nacional.
26%de los hogares del país tiene uno o más gatos.
70%de los perros pasan la mayor parte del tiempo dentro de la casa.
77%de las solteras de 26 a 40 años piensan que su mascota es su hijo.
OPINIONES
“Tenerlos es bueno, siempre que no reemplacen las relaciones interpersonales”
Las mascotas ayudan mucho en la terapia de trastornos de atención, hiperactividad, autismo, síndrome de Down. También son buenas para bajar la presión arterial, para reducir el estrés y para estimular una vida activa y saludable.
Estos son algunos de los importantes beneficios psicológicos y físicos que les aportan los animales domésticos a sus dueños.
La licenciada Beatriz Golberg opina que los perros y gatos son muy terapéuticos para las personas. “Aunque parezca mentira, ayudan en la socialización a mucha gente que está sola, ya que -por ejemplo- cuando los pasean conversan con otros utilizando el perro como punto de conexión”, expresa.
Igualmente, según la psicóloga, las mascotas son muy positivas para los seres humanos en tanto y en cuanto no rellenen espacios o reemplacen relaciones interpersonales.
“Hoy vemos una tendencia creciente de tener mascotas y tratarlas como un integrante más de la familia. Se sienten madres, padres o hermanos de ese perro o gato. En muchos casos, esto tiene que ver con que la gente ya no cuenta con tanta disponibilidad para con los otros. Entonces, la compañía permanente de un perro viene a mitigar algunas de esas carencias”, reflexiona.
Ilusiones
Según Golberg, el vínculo con una mascota genera la ilusión de tener resuelto el problema de la soledad. Brinda una sensación de disponibilidad constante que hace que los dueños se sientan más acompañados. Son fieles, incondicionales y al mismo tiempo no requieren tanta atención y dedicación como otro ser humano, evalúa la psicóloga y escritora. No obstante aclara: “no olvidemos que la respuestas de un perro o un gato es afectiva, pero nunca verbal”.
“Hay más preocupación por cuidarlos y eso aumenta la esperanza de vida”
Cuanto más se encariñan los dueños con sus mascotas hay una pregunta que los tortura: ¿hasta cuándo van a vivir? Por suerte para ellos y para los animales, hoy la expectativa de los perros y gatos está creciendo.
Los medicamentos, las comidas y una mejor calidad de vida están extendiendo sus días en este mundo, explica la veterinaria y especialista en cardiología animal, Patricia El-Kadi. “Igual que con los humanos, si están bien cuidados viven más”, aclara.
“Hay muchos avances. Antes casi no había especialidades veterinarias y ahora sí. Además, hasta no hace mucho no era tan común someter a un perro o gato a una cirugía para aumentarle la sobrevida y ahora esto es muy usual. Hoy en día la demanda para hacer electrocardiogramas es cada vez mayor. La gente saca turno para distintas especialidades tal como lo hacen para ellos”, destacó la profesional.
“El dueño se preocupa más. Hace de todo para aumentar la sobrevida de su animal. Cuando el perro o el gato se ponen viejitos le da medicación todos los días. Así, según las cifras que manejan las distintas asociaciones de veterinarios, se ha duplicada la esperanza de vida de estas mascotas. Por eso es que también estamos viendo tantos casos de cáncer o patologías cardíacas”, precisa.
A los profesionales ya no les sorprende atender a un perro de 16 años o más. Tampoco les extraña cuando los amos aseguran que sus mascotas son como sus hijos. “En muchos casos, para las parejas grandes, llegan a ocupar el nido vacío. Lo ponen en el lugar de hijo o hermano, e incluso cuando hay una separación se lo disputan al animal”, describe El-Kadi.
“Siempre aconsejo que el perro tenga el lugar que debe tener en la casa. De humanizarlos tanto, notamos algunos trastornos en los comportamientos de las mascotas. Se ponen más agresivos, intolerantes e irrespetuosos. Cuando llegan los amos, piden ayuda porque no saben qué hacer. Atendemos muchos casos por problemas de conducta. La clave es empezar de cero a reprenderlos, darles órdenes y que cumplan, no permitirles que hagan lo que quieran”, detalla la experta, para quien “el perro es más feliz siendo perro”. “La cama es el primer lugar que ellos no deben ganar”, recomienda.
“Nunca la relación con una mascota va a ser igual que con otro ser humano. Hay parejas que se casan y en vez de tener hijos tienen perros, o personas que enviudan y buscan un animal para llenar el espacio vacío. Vivimos en una sociedad cada vez más individualista y en ese contexto aumenta el número de personas que no tienen relaciones estables, pero no se sienten solas porque están con su mascota. Esto no está bueno”, resume.
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